"Esto sí me genera presión", confesó Luis Enrique, seleccionador español, antes de encarar dos partidos en los que siente la máxima exigencia, la amenaza del descrédito de no clasificarse directamente a un Mundial y quedar a expensas de una repesca endiablada con nuevo formato, obligado a ganar en Atenas a Grecia con un equipo plagado de bajas.

España, que suma once presencias consecutivas en Mundiales y no se ausenta de una fase final de la Copa del Mundo desde Alemania 1974, llega a la cita en la capital helena sin su máximo goleador, Ferran Torres, ni Mikel Oyarzabal.

Con la ausencia de Eric García en el centro de la defensa, el descarte de Marcos Alonso o Yeremy Pino como revulsivo respecto al último equipo por el que apostó Luis Enrique para ser subcampeón de la Liga de Naciones, cediendo solamente ante Francia por una acción repleta de polémica por el fuera de juego no señalado a Mbappé en el tanto de la remontada y el triunfo galo en San Siro.

Esas lesiones aseguran al menos cuatro cambios en el once, prácticamente la mitad de jugadores de campo nuevos para responder a la necesidad de ganar en una situación extrema. Con lo ocurrido en Granada en el inicio accidentado de la fase de grupos, cuando España cedió un empate ante Grecia en un encuentro que muestra lo que se debe evitar ante rivales con planteamientos defensivos. Aquel duelo, el pasado 25 de marzo, confirmaba el relevo en la portería de Unai Simón por David de Gea y el fin de un debate que parecía eterno, hasta cambiando el nombre de los protagonistas. El tanto de España en el Nuevo Los Cármenes lo marcó Álvaro Morata, que se perfila titular en Atenas en el regreso de un 9 puro tras disputar la fase final de la Liga de Naciones sin uno.

Iñigo y la espina clavada

El nivel defensivo exhibido por España en la fase final de la Liga de Naciones dejó muy satisfecho a Luis Enrique. La ausencia de Eric García deja paso a la entrada de Pau Torres y el regreso de la pareja zurda en el centro de la zaga, como ocurrió ante Italia en San Siro, o la opción de Iñigo Martínez, que tiene una espina clavada ante Grecia tras cometer el polémico penalti que costó dos puntos en Granada.

Los laterales también presentarán caras nuevas ya que la exhibición de Marcos Alonso en los dos últimos partidos, aprovechando las lesiones de Jordi Alba y José Luis Gayá, no le sirvió para repetir en la convocatoria y Luis Enrique tira de los zurdos que disputaron la Eurocopa. El pulso entre ambos puede caer de cualquiera de los dos lados de la balanza. Y también tendrá la opción de cambiar en el lateral derecho con el regreso de Dani Carvajal, que vuelve a la selección un año y dos meses después y encuentra su demarcación ocupada por César Azpilicueta. Desde el tercer partido de la Eurocopa se adueñó de ella y ya no la ha soltado. La necesidad de apostar por laterales de largo recorrido dan opciones de titularidad al madridista, con menos rodaje físico que su 'rival' por el puesto.

El centro del campo recuperará su esquema habitual tras el retoque de Luis Enrique ante Francia, juntando a Sergio Busquets, Rodri y Koke. La duda por despejar reside en la continuidad del joven Gavi, la última gran sensación con 17 años, o la apuesta por el momento de Carlos Soler.

Duda despejada

Mikel Merino no está lesionado

La decisión, en Atenas. El centrocampista de la Real Sociedad Mikel Merino no sufre ninguna lesión, según confirmaron las pruebas médicas a las que fue sometido ayer, e integró la expedición de la selección española que ayer viajó a Atenas. Su participación en el partido ante Grecia está en el aire en función de su evolución. Mikel Merino, en una acción del encuentro de la Real Sociedad en El Sadar ante Osasuna, se dañó el tobillo y la rodilla derecha en un mal gesto en el intento de remate. También se recupera de los puntos que le dieron por un fuerte golpe. Luis Enrique decidió tras hablar con los médicos y el jugador que siga en la concentración, y en Atenas se valorará si se le convoca para el partido ante Grecia o se le reserva para el domingo ante Suecia.