Los acontecimientos que se están viviendo alrededor del duelo por el ascenso a Segunda B entre el Portugalete y el Sestao River vivieron una nueva vuelta de tuerca a última hora del lunes cuando la Federación Española dejaba sin repesca adicional de ascenso al club jarrillero, derecho deportivo que tenía en el supuesto de que perdiera la hasta ahora en suspenso final del play-off ante el conjunto verdinegro. Fue algo que sorprendió a propios y extraños. Además, el ente federativo propuso el 6 o 7 de agosto como posibles fechas de la final en caso de que los jugadores del Portu volvieran a dar negativo en los test que se les realizarán el próximo lunes.

El presidente jarrillero, Eduardo Rivacoba, se mostraba cariacontecido. "Estoy sorprendido de que en el siglo XXI estemos jugando este play-off. Se habrían necesitado más trabajadores y prever este tipo de situaciones y sus salidas. El error grave es que ellos pensaban que tener un jugador con positivo era como tener un jugador lesionado y las autoridades sanitarias se han impuesto, obligando a hacer un PCR y la próxima semana otro. Han reaccionado perjudicando al único club que lo ha hecho bien, de manera transparente. Y además dicen que hay que finalizar la competición para el día 9 porque la economía de los clubes de Tercera está maltrecha, algo que no se ha pensado hace dos meses y ahora importa una semana", analizó. La plantilla del Portu espera para el lunes nuevos test PCR y en caso de ofrecer resultados negativos entrenará tres días para jugar el fin de semana la final. "Ha sido un golpe muy duro para todos que una vez que lo asumamos tiene que enrabietar a los jugadores, que son los que tienen que sacarnos de aquí. Después de asumir lo que está pasando, que sirva para sacar fuerzas de flaqueza y tener más motivación", arengó Rivacoba.

Poco hay que añadir ante un caso que ahora tiene difícil solución sin que alguna parte no se sienta agraviada. "Cualquier persona pensaría que corríamos mucho riesgo de jugar en esas condiciones. ¿Qué ha ocurrido? Que en junio ha pensado la sociedad que todo estaba arreglado y ahora se ha visto la realidad, que no se podía jugar en esas condiciones. Porque los test son insuficientes; por parte del club se han tomado las medidas necesarias. Ellos solicitaban que los jugadores no hicieran vida social, pero también tienen la laboral. Todo esto hacía que los riesgos fuesen demasiados", analizó el presidente.

La Tercera División ha sido en este caso el hermano pobre. "Esto está hecho para los equipos megaprofesionales, para recuperar los ingresos de derechos televisivos; en el fútbol de Tercera es todo lo contrario, para perder dinero", finalizó.