BILBAO. Iker Casillas, el hombre milagro, el santo, un guardameta de película, afronta desde ayer su partido más complicado. Ni punto de comparación con aquella noche del 11 de julio en Sudáfrica en la que sus paradas ayudaron a que la selección española de fútbol conquistara el primer (y único) Mundial de su historia; o cuando tras salir del banquillo se disfrazó de héroe en Glasgow para que el Real Madrid ganará su novena Copa de Europa en el ya lejano año 2002; tampoco con el de su debut en la élite, que curiosamente se produjo en San Mamés el 12 de septiembre de 1999. Casi 20 años después de aquel día, una jornada de contrastes para un Casillas que defendió la portería blanca en La Catedral con apenas 18 años pero que se llevó cuatro goles (el Athletic venció por 4-2), su corazón dijo basta ayer. El mostoleño sufrió un infarto de miocardio durante el entrenamiento de su equipo, el Oporto, y tuvo que ser hospitalizado. Su futuro en el fútbol está en el aire. Cabe recordar que el arquero renovó su contrato el pasado mes de marzo con el equipo portuense por una temporada más, hasta el 30 de junio de 2020, con opción a una segunda.

Tal y como informó el conjunto portugués, club al que llegó en el verano de 2015 procedente del Real Madrid, Casillas padeció un “infarto agudo de miocardio” del que fue rápidamente asistido en el Centro de Entrenamientos y Formación Deportiva PortoGaia, donde se desarrollaba la sesión, por los médicos del club y trasladado después al Hospital CUF de Oporto, donde se recuperó de su dolencia. En el mismo comunicado, el club avanzó que el guardameta se encuentra “bien, estable y con el problema cardíaco resuelto”. El propio jugador tranquilizó a sus seguidores con un mensaje en Instagram: “Todo controlado por aquí, un susto grande pero con las fuerzas intactas. Muchísimas gracias a todos por los mensajes y el cariño”.

Casillas se sintió indispuesto en un instante del entrenamiento, motivo este por el que fue trasladado el centro hospitalario, donde fue evaluado y se le detectó una obstrucción en la arteria coronaria derecha, lo que requirió su paso por el quirófano para someterle a un cateterismo. Una intervención que resulta habitual en casos similares y que consistió en la colocación de un stent, una especie de muelle que expande el vaso sanguíneo obstruido y permite que la circulación fluya normalmente.

A la espera de que en las próximas horas se actualice el parte médico del guardameta, quien recibió la visita de varios de sus compañeros en el hospital a lo largo de la tarde de ayer, Nelson Puga, médico del Oporto, dijo que el portero pudo superar el infarto sin que le queden secuelas, pero subrayó que es pronto para hablar de su futuro en el fútbol, que va a depender de la recuperación y la propia voluntad del jugador. “Dependerá de la medicación necesaria, de la evaluación que tendrá que ser hecha no solo en situaciones de reposo sino también de estrés como el ejercicio físico y también de la voluntad que tenga en continuar”, dijo en declaraciones a Porto Canal, cadena propiedad del club.

Numerosas reacciones

Nada más conocerse la noticia, el mundo del deporte se volcó con Casillas, que cumplirá 38 años el próximo día 20. El Athletic de manera institucional, así como su director deportivo, Rafa Alkorta, y jugadores como Ibai Gómez o Mikel San José dejaron mensajes de apoyo para el portero. También su excompañero Sergio Ramos, el exjugador Carles Puyol o el presidente de LaLiga, Javier Tebas, utilizaron las redes sociales para mostrarle su cariño a Casillas, algo que también hicieron políticos de distinto signo como Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias o Gabriel Rufián.