lA vida de Eder Sarabia, que transcurría con cierta normalidad, sin altibajos reseñables hace poco más de un año, rodeado de los suyos y como comentarista de los partidos del Athletic en una emisora local, dio un giro radical una tarde otoñal de octubre de 2015. Una llamada de teléfono, una propuesta “irrechazable” y la voz al otro lado de la línea de Quique Setién dieron forma a su aventura en Gran Canaria, donde se convirtió en la mano derecha del técnico cántabro. Hasta las Islas Canarias se marcharon el maestro y el alumno con la firme consigna de salvar a la Unión Deportiva Las Palmas, que tras la disputa de las ocho primeras jornadas de liga contaba únicamente con cinco puntos en su haber y que el 18 de octubre, un día antes de contratar a Setién y Sarabia, había caído con estrépito (4-0) en su vista al Getafe. Lo lograron... ¡vaya que sí! El conjunto insular, en su retorno a Primera, finalizó en un meritorio undécimo puesto, con 44 puntos, seis más que las plazas de descenso y sin pasar apuros en las últimas jornadas. Lo hizo, además, con un fútbol atractivo para el espectador.

Ahora, Eder, hijo del mítico Manu Sarabia, que jugó 382 partidos en las once temporadas que militó en el Athletic, disfruta de la vida en la isla. “Aquí estoy muy bien. El clima es espectacular y la gente muy cercana. Me pongo una sudadera por no sentirme mal cuando me llaman de Bilbo y me dicen que hace frío y está lloviendo”, bromea. A esa vida tranquila, aunque siempre con el fútbol en la mente, pues son muchos los partidos que analiza al detalle casa semana, ayuda también que el caminar de la Unión en liga, al menos está la fecha, está siendo bastante positivo. “Al final lo importante es eso, que en plano deportivo, que es lo que manda, las cosas salgan bien. Y de momento no podemos quejarnos”.

El vizcaino asegura que la manera en la que los habitantes de la isla viven el fútbol, la pasión que muestran, guarda ciertas similitudes con la parroquia bilbaina: “Lo que yo veo es que es gente que vive el fútbol de manera intensa. Pasa como en Bilbao, que la gente es del Athletic, pero también del fútbol en general. Hay mucha pasión. La gente te para por la calle -hace un alto en su explicación para detallar que no son muchos, pero que sí hay quien le reconoce-, te da las gracias y hay quien incluso se atreve a mostrar su opinión. Lo mejor de todo es que en muchas ocasiones tienen criterios muy válidos”.

partido especial La tranquilidad que rodea a Eder habitualmente se está rompiendo en estos últimos días, cuando las llamadas de periodistas, amigos y compañeros de profesión se incrementan notablemente en número. “Es lo que tiene jugar contra el Athletic”, apunta entre risas. “En el fondo gusta que se acuerden de uno”. No le falta ni pizca de razón. No obstante, el Athletic es su equipo. No lo oculta, resultaría imposible. Tampoco quiere. “Pero a pesar de todo intento llevar la semana de la manera más normal posible. Es un partido bonito y especial, no cabe duda, pero lo voy a saborear más cuando haya pasado. Yo me debo ahora a la Unión Deportivo Las Palmas y mi trabajo sigue siendo el mismo que en otro partido: analizar al rival y trabajar codo con codo con Quique”.

Admite, eso sí, que él cuenta con una pequeña ventaja a la hora de examinar al Athletic, pues es una función que lleva haciendo “muchos años”. “No sé cuántos partidos he podido ver, pero si hay gente a la que le puede sorprender el nivel que está dando Yeray es porque no le han visto jugando en el Bilbao Athletic. Yo creo que tanto a él como a Vesga, que han subido este verano, les he visto como 50 partidos en el filial. Pero bueno, que luego nunca sabes. Esta vez hemos tenido diez días para preparar el partido y luego no sabes de qué manera puede salir. Cada partido es un mundo”, expone.

No obstante, Eder Sarabia espera “el mismo Athletic de los últimos años”. Pese a que el conjunto rojiblanco no parece estar muy fino en este arranque de temporada, el técnico asegura que “siempre hay que esperar al mejor Athletic, al que presiona muy alto, al más intenso, al que impone un ritmo altísimo a los partidos, al que te compromete y tienes muchas alternativas. Ese Athletic de alto voltaje”. Aunque, eso sí, matiza que “parece que fuera de casa no están del todo bien”.

Cuestionado acerca de la irrupción de Yeray, un futbolista al que ya seguía, Eder admite que “es uno de jugadores que jugó en Segunda con el Bilbao Athletic al que más proyección se le veía”. Ahora bien, recalca que buena culpa de que los aficionados rojiblancos estén disfrutando de él la tiene Ernesto Valverde: “Esto es como todo. Si el entrenador no le da continuidad a un jugador es difícil que juegue bien. Lo que más me ha podido sorprender es el rendimiento tan alto que está dando en tan poco tiempo. Además está sumando más cosas a su juego de las que aportaba el curso pasado, como una salida de balón más clara o una mayor contundencia”.

el sueño de ser primer entrenador Que conoce al Athletic a las mil maravillas es evidente, del mismo modo que resulta imposible no ver pasión en su trabajo y en cualquier aspecto relacionado con el fútbol. “Es mi vida”, apunta en mas de una ocasión. Así, mantiene intacto el sueño de ser primer entrenador. “Claro que me gustaría. Es cierto que ahora no lo pienso porque estoy metido de lleno en este proyecto, pero hace dos o tres años pensaba que lo sería en cinco años. Sin prisa, pero sé que lo voy a ser. No sé en qué categoría, pero lo seré. Así lo siento. Pero ahora estoy con la mejor persona (Quique Setién) para aprender. Intercambiamos ideas, exponemos nuestros pareceres... Creo que trabajamos muy bien juntos”.

Esa compenetración que existe entre ambos les ha hecho compartir también los elogios que recibe prácticamente cada semana la Unión Deportiva Las Palmas por su fútbol valiente y atrevido. Pese a ello, Eder mantiene los pies en el suelo. “En eso también es bueno Quique. Él que tiene 58 años lo ha vivido todo en el fútbol. Jugó en el Atlético de Madrid, en el Racing, en la selección española... Sabe que los halagos son efímeros. A uno le gusta que le reconozcan su trabajo, pero cuando más te halagan más tienes que trabajar. No queda otra. Si te relajas, te superan”.

Y así, aprendiendo poco a poco los entresijos de la profesión de entrenador de élite, Eder Sarabia, la mano derecha de Quique Setién en la UD Las Palmas, sigue viviendo su sueño: el fútbol.