Preso de su volcánica exuberancia, de esa arrancada que es una estampida, del árbol genealógico al que pertenece, nieto de Poulidor e hijo de Adrie, esclavo de su propio personaje, una marca en sí mismo, fagocitado por la fama que le cae en avalancha; Van der Poel, el ciclista asombroso, posó como un rapero para la portada de un disco cuando batió al líder Van Aert, su archienemigo en el ciclocross, en la tercera jornada de la Tirreno-Adriático. El show debe continuar toda vez que Peter Sagan, el rock star del pelotón durante años, llegó de cháchara minutos después del estallido de Van der Poel, al que le entusiasma la pasarela. Es la nueva estrella.

El eslovaco pedalea con calma, refugiado en su palmarés, en su pasado de gloria y se divierte. El neerlandés, que rabió bilis cuando perdió ante Alaphilippe, persigue el aura de Sagan y no puede perder el tiempo. "Estaba frustrado después del error que cometí, así que quería hacer todo bien. Estoy muy feliz de llevarme esta victoria", aseguró Van der Poel. Cada día es una oportunidad para demostrarle al mundo que no parece tener límites. Su victoria sobre Van Aert reivindicó el enganche de numerosos aficionados a un ciclistas singular, incluso contracultural.

Ganador nato, a Van der Poel le duele la derrota, por eso no espera a que haga cicatriz. En Gualdo Tadino, donde nació Adolfo Leoni, que obtuvo 69 victorias en el profesionalismo entre 1938 y 1952, se arrancó el postilla del tirón. Es el modo de vencer de Van der Poel, puro salvajismo. Un ciclista que pedalea desde la tripas y retuerce las bielas. El derroche del neerlandés, una fábrica de vatios, aminará su producción durante el fin de semana, cuando la carrera tome altura.

DUELO EN LA CUMBRE

La Tirreno-Adriático se adentrá este sábado en la montaña, donde los protagonistas serán otros. Es el momento para Mikel Landa, cuarto en la general, Tadej Pogacar, quinto, o Egan Bernal, que pretenden ganar la carrera. El colombiano está obligado a atacar para retrasar al de Murgia y al esloveno. Ellos y corredores como Sergio Higuita, Almeida, Nibali o Thomas se medirán en el remate de Prati di Tivo, un puerto de 14,5 kilómetros al 7% y con pendientes que alcanzan el 12%. Probablemente esa llegada en alto sirva para definir la carrera italiana tras la pose revindicativa de Van der Poel.