"He atacado desde lejos, y entre los kilómetros que faltaban y la altitud (2.2456 metros la línea de meta) he llegado fundido. estoy muy contento porque he visto un poco más débiles, más accesibles a los rivales. Nos da moral para seguir atacando, mientras las piernas aguanten", dijo Landa al término de la etapa.

El alavés, en las dos últimas etapas ha descontado en más de minuto y medio su desventaja en la general en relación a los grandes favoritos a la victoria final en el Giro.

"Ojalá siga teniendo fuerzas hasta Verona (final del Giro 2019). Es muy pronto para hablar. El Giro cambia de un día para otro, y hay que ir día a día. Está muy difícil, somos muchos corredores que queremos ganarlo. Aún estamos en la etapa trece, estamos día a día", añadió Landa.