¿Ha pensado en algún momento que este día no llegaría?

-Tanto como nunca no sé si he llegado a pensarlo, pero sabía que me iba a costar lograrlo, eso seguro. Viendo cómo iban los Bora, que han ganado casi todas las etapas, era difícil. Ayer (por el viernes) me quedé un poco decepcionado con la exhibición que dio Buchmann, porque llegó con dos minutos de ventaja a pie de Arrate, que sabíamos que era insalvable. He arrancado la etapa con 54 segundos de retraso con respecto a Buchmann y viendo el equipo que tenía el Bora sabíamos que iba a ser difícil darle la vuelta. Pero nosotros también teníamos aquí un buen bloque.

Ha parecido una prueba de eliminación con tanta caída. ¿Tenía la sensación de que era este año o nunca?

-No sé si era este año o nunca. Pero sí teníamos una muy buena oportunidad este año. El viernes acabé un poco triste por la exhibición de Buchmann. Nadie lo esperaba. Se fue solo, sabíamos que tenía un minuto y medio, pero había viento en contra, gente tirando desde atrás y no pensábamos que iba a empezar Arrate con dos minutos. Vino la moto, nos enseñó el cartel de 2:04 y fue un golpe duro. Sabíamos que no le íbamos a recortar esa ventaja.

¿Su triunfo ha sido una cuestión de fe?

-Sí. Quedaba el último día y queríamos pensar que podía pagar el esfuerzo del viernes. El objetivo era ese, que se quedara cuanto antes sin equipo y que tuviera que salir a los ataques.

¿Se ha quitado una espina?

-Más que una espina, lo que me quito es un peso de encima. La prensa siempre está colocándome como favorito, diciendo que este año puede ser y esa presión se nota. Han sido varias ediciones rozando el larguero. Este año venía en buena condición de forma, había también un recorrido que me gustaba, con una contrarreloj dura el primer día. Más que la espina, me he quitado un peso.

La estrategia de su equipo parecía clara. ¿Ha funcionado tal y como estaba previsto o han tenido que improvisar?

-Era la idea inicial. Poner un fuerte ritmo ya desde Kalbario para dejar al líder lo más solo posible y luego probarlo en Azurkil con Fuglsang, que era nuestra segunda baza para la general. Ha habido un momento en el que he visto que Buchmann no podía salir a su ataque, yo he salido y ahí ha estado la clave. Nos hemos juntado cinco corredores en cabeza e íbamos viendo que las diferencias aumentaban y había que mantenerlas. Fuglsang ha llevado el peso de la fuga, haciendo un trabajo espléndido y vaciándose por mí. Tengo que agradecer su trabajo y el de todo el equipo.

¿Hasta qué punto ha sido clave para su triunfo que el Team Emirates metiera dos hombres en fuga y en ella estuviera también Adam Yates?

-Nos hemos puestos de acuerdo bastante bien. Todos hemos tirado. Cada uno tenía sus objetivos. Unos querían la etapa, otros adelantar posiciones en la clasificación, el podio? Se veía que Fuglsang pasaba más fuerte y ha llevado el peso de la fuga, sobre todo en las subidas, para que nadie se fuera hacia adelante. Ha habido un buen entendimiento entre todos y eso ha sido un poco clave.

En 2015, 2017 y 2018 se subió al tercer peldaño del podio. ¿Qué ha habido de diferente en esta ocasión para que haya logrado la victoria?

-No sé, diferente no sé. Lo hemos intentado de la misma manera, aunque sí es verdad que el bloque que hemos traído ha sido impresionante. Ya demostraron en la etapa de Gorraiz, en la que hicimos mucho daño, que teníamos un gran equipo. Ha trabajado durante toda la semana muy bien para mí. El viernes tanto Jakob (Fuglsang) como yo subiendo Arrate hicimos las primeras diferencias, pero Buchmann nos llevaba bastantes segundos. El equipo ha trabajado desde Kalbario muy fuerte para dejarle solo al líder. La preparación no ha cambiado mucho, solo que a veces salen las cosas y otras veces no.

Se le ha visto muy emocionado tras cruzar la línea de meta.

-La verdad es que sí me he emocionado. Al llegar a meta me han dicho: “Has ganado, has ganado”. Pero quería esperar oficialmente a que fuese cierto y que pasara Buchmann la línea de meta. Ya cuando me han dicho que he ganado me han venido muchos sentimientos. Es una carrera de casa, querida, que siempre he tenido en mente. He ganado en el Giro y en el Tour, pero esto es especial. Es con la gente de casa, con la familia, amigos? Han sido muchas emociones en pocos segundos. Han sido unos minutos muy emotivos.

¿Es la de la Itzulia su victoria más grande?

-No sé si la más grande, pero sí la más especial porque es en casa.

¿Tiene pensada la celebración?

-No sé si dónde ni cuándo, porque el viernes nos vamos, pero habrá que celebrar. Estos días habrá que ir a Ormaiztegi a alguna sociedad.

Ha logrado buenas victorias este año, ha dado un paso adelante. ¿Le van a volver a pedir que vaya a disputar una grande o tiene claro que ese no es su sitio?

-Vamos a esperar. Ahora toca el Giro. Ya sé que no voy a por la general, que me toca ayudar a Miguel Ángel López. Luego, en la segunda parte de la temporada, aunque aún no he hablado con el equipo, creo que disputaré la Vuelta a España y ahí sí puedo prepararme para hacer una buena general. Aún no está decidido, pero sí que me gustaría correr la Vuelta con el objetivo de hacer la general.

¿El triunfo le anima de cara al Giro?

-Sí, claro. Todas las victorias animan. Aunque el Giro es otra cosa y voy con otro objetivo, que es ayudar a Miguel Ángel López. Tengo claro a lo que voy, que es ayudarle a que pueda hacer un gran Giro.

Por lo visto ayer, no hace falta diseñar etapas de muchos kilómetros. Con una de 100 y poco y un diseño como el de hoy se puede liar.

-Sí. Es bonito con etapas cortas de este estilo. Ya se vio también en la última etapa de la París-Niza de este año. Las etapas cortas como estas suelen ser intensas y muy tácticas y apenas dan pie a que se relaje el pelotón y para el espectador también son etapas espectaculares.

¿Es este ya su mejor año como profesional?

-No sé si catalogarlo como el mejor, como el segundo mejor o el tercero. Sí que es bueno. Han llegado victorias, que llevaba un par de años sin degustarlas y tenía incluso olvidado lo que era alzar los brazos. Este año he empezado muy bien, también el equipo, y hemos podido lograr varias victorias y yo he podido ganar en casa, que me ha costado unos cuantos años. Esperamos seguir por esta línea, que sigue la inercia y la buena racha.