Bilbao - Al cartel de la Itzulia, el Broadway del ciclismo vasco por eso de las estrellas y la alfombra roja que concede el WorldTour, se le han desenroscado varias bombillas. El fulgor que lo emparentaba con los grandes estrenos se ha opacado con el apagón de Quintana y la ausencia de Primoz Roglic, la luminaria que alumbró el faro de la Itzulia en 2018. El filamento que unirá Zumarraga con Eibar entre hoy y el próximo sábado se ve ahora como un neón incandescente, siempre encendido, pero intermitente su intensidad. Si bien Geraint Thomas y el fulgor de su triunfo en el Tour de la pasada edición le concede luminosidad a la ronda vasca, al igual que el flash de Julian Alaphilippe, imperial en lo que va de campaña, y el estatus de Adam Yates otorga luz de luciérnaga a la carrera, lo cierto es que la Itzulia ha amainado la lumbre internacional para plegarse a la luz cálida del hogar, la morada donde sobresale el potente foco del Astana, que en estas latitudes muda a Eustana con una alineación hiperbólica donde se mecen los hermanos Ion y Gorka Izagirre, Pello Bilbao y Omar Fraile. Los cuatro jinetes del Apocalipsis y sus antorchas.

“El Astana es con diferencia el equipo más fuerte. Hay mucha diferencia entre ellos y el resto de equipos. Si Izagirre sale líder de la crono, con un equipo como el Astana controlando, aquí no se va a mover ni dios. Si es al contrario y son los Astana los que se tienen que mover la carrera, va a haber fuegos de artificio en cada subida. Para mí es el equipo más fuerte por la calidad de sus corredores y porque cuatro de ellos son euskaldunes. Lo tienen todo requetevisto”, analiza Markel Irizar, que acometerá su última Itzulia antes de despedirse en la Clásica de Donostia. Irizar solo prevé dos escenarios en la carrera vasca. En ambos, la bisagra será el Astana. “Hay dos escenarios posibles y son totalmente opuestos. Si quien sale de líder es un Astana, van a tener controlada la carrera, irá atada. Entonces se verá menos espectáculo. En cambio, si el maillot lo coge otro corredor, el Astana puede mover la carrera como ellos quieran y se va a ver una carrera superbonita. No hay término medio”, desgrana Irizar.

Pivotará la Itzulia sobre el eje gravitacional del Astana, reflexión que también comparte Mikel Landa, segundo en la pasada edición de la carrera y que parte con la idea de inscribir su nombre en el frontispicio del santuario de Arrate, cima venerada por el corpus del ciclismo vasco. “Intentaré estar a nivel competitivo y dar espectáculo por lo menos, aunque no sé si podré rendir al nivel del año pasado. Me encantaría ganar una etapa, sobre todo la de Arrate. La general la voy a intentar disputar. Aunque vengo de ganar, no sé muy bien cómo estoy”, establece el alavés. El de Murgia encabezará un Movistar de vuelo raso. “Ion es un claro candidato a ganar la Itzulia. El Astana tiene un bloque muy potente e incluso Gorka Izagirre o Pello Bilbao pueden jugarse la carrera”, enarbola Landa, que llega bien a la cita, pero no súper, tras un invierno marcado por la caída en la Challenge de Mallorca.

Alrededor del sol del Astana merodean varios solistas como Alaphilippe y Enric Mas (Deceuninck), Geraint Thomas y Michal Kwiatkowski (Sky) o Adam Yates (Mitchelton), segundo el inglés en la Volta. Además de ellos, se espera ver la progresión de Tadej Pogacar, el jovencísimo esloveno del Emirates que estrenó su palmarés en la Volta al Algarve en su debut con una atronadora irrupción. Sucede que todos ellos parecen supeditados frente al Astana, que dispone de varias figuras en la baraja. Ion Izagirre, tercero en tres ocasiones, está ante su gran oportunidad. En el equipo también formará Pello Bilbao, que apunta alto. Desea alcanzar el podio. Junto a ellos se alistarán Gorka Izagirre, otro nombre a tener en cuenta, y un par de seguros de vida como Omar Fraile y Luis León Sánchez.

EUSKADI-MURIAS, A LA PELEA Dispuestos a guerrear se embarcan por segunda vez en su “pequeño Tour” los ciclistas del Euskadi-Murias, en pleno vuelo después de un gran comienzo de curso que da continuidad a la magnífica campaña de 2018. La formación vasca, que suma tres triunfos adquiridos hasta la fecha por la velocidad de Enrique Sanz, uno de los esprinters de la Itzulia, intentará hacerse notar en su tierra por mediación de Óscar Rodríguez y Mikel Bizkarra de cara a la general. El equipo vasco sueña con ganar alguna etapa. Con esa idea también partirá la muchachada de Caja Rural, donde Jonathan Lastra llega “mejor que nunca”.

El trazado de la renovada Itzulia, que comienza esta tarde con una crono en Zumarraga que puede definir la carrera, y su enmarañado recorrido hasta el sábado, ordenará los objetivos de unos y de otros. La segunda jornada quedará reservada para el sterrato, un piso por estrenar con destino Nafarroa. La Itzulia desembocará el tercer día en el Santuario de Estibariz, donde aguardará un final con cierto desnivel.

La cuarta jornada estará reservada para la llegada a Arrigorriaga, donde el acento lo pondrá la subida a Zaratamo. En la quinta etapa se yergue el altar de Arrate tras una ruta clásica con perfil aserrado. El cierre será en Eibar, con la incorporación de Karakate, una subida inédita entre aristas en una jornada corta en la que cincelar el nombre del ganador. El aurresku será para un debutante en el pórtico de la gloria. El postre de la casa, bajo el sol del Astana.