bilbao - Sonó el despertador del ciclismo europeo en la sede de la Volta a la Comunitat Valenciana y el pelotón se puso de pie de inmediato, sin ovillarse en las sábanas del descanso. Nada de bostezos ni de dudas. Todos a la carrera, huyendo de la pretemporada como si esta fuera un recuerdo de otra década, aunque realmente es cuestión de días. No existe arcén en la estación ni un banco en el que descansar y contemplar la vida. Regresa el horario de oficina. La rutina que no cede. Todo está pautado. Las cronos son la fórmula más regladas, allí donde prevalece el reloj, los cálculos de aerodinámica, la potencia de vatios... un lugar donde sobra la improvisación. Así amaneció la cita valenciana, bajo el designio de las manecillas, un reclamo para los especialistas y los corredores con chispa en un recorrido duro, de apenas 10 kilómetros, en Orihuela.

En ese primer contacto con la competición fue tiempo para reivindicaciones. Dorsales con mensajes. El de Edvald Boasson Hagen fue el de la victoria. El liderato. Feliz el noruego del Dimension Data, el único capaz de bajar de 13 minutos. Su marca: 12:55. A un peldaño, a un manojo de segundos, quedó Ion Izagirre, flamante fichaje del Astana, que paró la cuenta en 13 minutos. El pequeño de los Izagirre demostró su ambición y su capacidad en cronos cortas, una de sus especialidades. El de Ormaiztegi vio cómo Boasson Hagen pudo con él por apenas 5 segundos. Piensen en cinco segundos. Sí. Ya han pasado. En esa diferencia, en alguna curva o una arrancada, se le escapó la victoria a Ion Izagirre, que quiso demostrar que su incorporación a la escuadra kazaja es un acierto de los rectores del equipo celeste. Ese mismo maillot viste Pello Bilbao, que también subrayó su nombre en la contrarreloj de estreno de Valencia. El gernikarra tiene hambre después de un gran curso y engalanó su debut en la campaña con un séptimo puesto, a 12 segundos del vencedor. Pello Bilbao fue mejor que Alejandro Valverde (Movistar), octavo, y Geraint Thomas (Sky), decimotercero.

El galés, campeón del Tour, no solo pedaleó con constancia en su bautismo del año. También habló. Con firmeza. Sin rodeos. Thomas quiere repetir en el Tour aunque Froome remarque que el recorrido del Giro le sentaría fenomenal al galés: “le iría como anillo al dedo”. Thomas lanzó que “quizá lo corra el año que viene, pero en este voy a centrarme en el Tour”. El galés sabe que el Tour se gana de puertas adentro en el Sky, que el enemigo a batir es Froome y ningún otro rival. “El principal objetivo para mí será regresar al Tour de Francia para lograr el mejor resultado posible. Quizá si no hubiese ganado el Tour en 2018 habría buscado Giro/Vuelta, pero habiendo ganado el Tour luciré el número uno a la espalda y sería triste no volver, y no volver al 100% también”, expuso recientemente Thomas, que también piensa que su hora ha llegado.