sERGIO Manuel (26-6-1987) cogió un silbato por primera vez hace 20 años en el patio de Escolapios, ese lugar en el han nacido muchas historias del baloncesto de Bizkaia. "Yo andaba mucho por allí porque mi hermana jugaba. Un día me dijeron para arbitrar y no lo debí hacer mal porque seguí. Y hasta hoy en que se ha convertido de una forma de vida, en una profesión", comenta cuando va a arrancar su décima temporada en la ACB. Además, este verano el árbitro bilbaino ha recibido la confirmación de la FIBA de que ha subido en el escalafón y adquiere la licencia black ya sea de selecciones absolutas o formativas y de clubes".

Es el mejor momento para crecer en el concierto internacional ya que "los dos últimos años ha habido muchos menos partidos por la pandemia y no hemos salido tanto fuera" y la mejor manera de arrancar esta temporada de vuelta a algo parecido a la normalidad anterior. "Lo primero que me va a tocar va a ser las previas de la Eurocup femenina. Después de dos años de internacional, ya entras mucho más en la rueda", explica. Los árbitros de la ACB están considerados como los mejores de Europa y su labor en competiciones de menor rango debería ser sencilla, "pero necesitas un trabajo previo de mucho estudio y mucho trabajo administrativo, de preparación de viajes, de coordinarse con los compañeros, ahora aún de protocolos covid... La ACB es la máxima exigencia y por ahí te encuentras de todo, desde clubes muy profesionales hasta entornos en que no lo son tanto. Además, la FIBA tiene una manera de trabajar diferente y te obliga a estar pendientes de muchas cosas".

Ya se está produciendo el regreso del público a las canchas, algo que Sergio Manuel asegura que los árbitros también echaban de menos, pese a todo. "Todos tenemos ganas de que haya normalidad, de llegar a las canchas y que haya ruido, esa exigencia que te obliga a estar concentrado y alerta. Nos hemos acostumbrado a arbitrar sin público, pero que haya gente en las canchas es beneficioso para todos, también para el arbitraje", señala. La ausencia de espectadores cambió las ruinas, la comunicación en la cancha, "y exigió mucho a nivel mental a todo el mundo. Estos meses se ha escuchado todo y todo el mundo sabía que lo estabas escuchando. Y ha habido que hacer mucha psicología. La ACB tiende a un arbitraje preventivo, a tratar de ser dialogante, tener empatía y explicar las cosas, pero no siempre puedes hacerlo, claro".

Ayuda de la tecnología

Manuel considera que la creciente presencia de la tecnología alrededor del deporte, el instant replayen el caso del baloncesto, ha hecho que "el arbitraje también haya mejorado porque el factor acierto-error está más claro. Hay muchos más ángulos de visión y, por tanto, a nosotros nos exige más, la posición del árbitro en la cancha cobra más importancia y creo que eso reduce los errores. Eso sí, la tecnología nunca va a sustituir al factor humano, en todo caso es algo que he venido para sumar". Porque tiene claro que "nadie de fuera va a ser más exigente con un árbitro de lo que él es consigo mismo, a cualquier nivel. Centrarlo todo en la figura del árbitro es un hecho cultural, aunque convendría saber colocar a cada uno en su papel. Nosotros seguimos esa máxima de que tienes derecho a equivocarte, pero también la obligación de no repetir errores y para ello trabajamos".

Sergio Manuel confiesa que el tiempo, veinte años ya como árbitro federado, ha pasado muy rápido, pero aún recuerda aquellos primeros años en la élite "en los que era consciente de que había que aprender rápido para hacer las cosas lo mejor posible, sin querer correr demasiado, pero por la necesidad de hacerte valer en tu parcela. Es como en cualquier trabajo, tienes que conocer con quién estás y quienes te rodean". Al final, alcanzar el rango internacional, haber dirigido ya dos fases finales de la Copa y crecer dentro de la Liga Endesa compensa "las renuncias que hay que hacer. La exigencia es grande, hay meses que son una locura y no tienes tiempo para mucho más. Si no se lo quitas a otra cosa, no llegas".

Al final, se trata de acumular experiencias para seguir la estela de grandes figuras del arbitraje de Bizkaia como Juan López Vicente, Juanjo Neyro, Kiko de la Maza, Antonio Sacristán y aún Juan Carlos García, que fueron pasando el relevo unos a otros. Sergio Manuel reivindica, por ello, el trabajo que siempre se ha hecho en Bizkaia y en lo que le queda por delante se conformaría con participar en unos Juegos Olímpicos, como su compañero en la ACB, "porque dirigir una final, como hizo él, es para comer en otra mesa y estar un peldaño por encima de lo que muchos vamos a llegar".

"Nosotros seguimos esa máxima de que tienes derecho a equivocarte, pero también obligación de no repetir errores"

"Que haya gente en las canchas es beneficioso para todos, también para el arbitraje"

Árbitro vizcaino de la ACB