Nada más acabar el partido que dio el título de la Liga Endesa al Barcelona, Pau Gasol pidió el balón al árbitro. Luego, Mirotic y Oriola le convencieron para que acompañar al capitán en la recogida del trofeo. Todos en el Palau eran conscientes de lo que significaban aquellos momentos para el pívot de Sant Boi, que tenía en la grada a su mujer y a su hija. Fue quizás el último partido en la ACB de Gasol, a quien le esperan aún el mes que viene los Juegos de Tokio, la que será su quinta cita olímpica, aquella para la que trabajó durante dos años para recuperarse de una complicada y que con su aplazamiento por la pandemia le dio la oportunidad de despedirse en la cancha.

Este era el plan, pero el gran rendimiento de Pau Gasol en el tramo final de la temporada ha levantado un clamor para que prolongue su enorme carrera al menos un año más y pueda recibir el reconocimiento de unas gradas llenas y de unos seguidores, sobre todo los más jóvenes, deseosos de ver en vivo y en directo a una leyenda a la que solo han podido seguir en la NBA o en las giras con la selección española. Y tampoco los clubes han ocultado esas ganas de acompañarle en esa despedida ya que saben el impacto mediático que tendría una última campaña de Pau Gasol en la ACB.

“Me tomo cada partido como si fuera el último”, había dicho antes del segundo duelo ante el Real Madrid. “Ahora toca estar con la familia, descansar y pensar en el futuro”, declaró tras proclamarse campeón de Liga dos décadas después un jugador que va a cumplir en breve 41 años y que ha convencido a los más escépticos sobre la oportunidad de su regreso. Muchos ven estas palabras como una puerta abierta a su continuidad más allá de Tokio, pero una cosa es brillar un par de meses y otra, aguantar una temporada de noventa partidos.

En todo caso, Pau Gasol tomará la decisión correcta en un verano que también va a vivir otra despedida de uno de los miembros destacados de esa irrepetible generación del 80. Salvo sorpresa, Felipe Reyes no seguirá en activo tras un curso en el que ha tenido muy poco protagonismo y que ha acabado fuera del día a día del Real Madrid por culpa del coronavirus. El pívot cordobés también merece un reconocimiento masivo, pero su situación es distinta a la del jugador más exitoso de aquellos juniors de oro.