bilbao - Todos los equipos son una suma de piezas que dan forma a la idea que el entrenador tiene en la cabeza. El Bilbao Basket no es una excepción, pero de todas esas partes que forman el todo Ondrej Balvin es el jugador sobre el que se va a sujetar el entramado táctico de los hombres de negro en defensa, donde está llamado a ser el protector, y en ataque, donde ejercerá de finalizador en la zona. El pívot checo tenía prevista su llegada a Bilbao ayer tras disputar ocho partidos con su selección en la Copa del Mundo en apenas dos semanas. Dentro de una de las revelaciones del torneo, Balvin ha promediado 26 minutos, 9,1 puntos, 8,4 rebotes y 1,3 rebotes y su figura ha salido revalorizada, a costa de acumular un esfuerzo importante en sus piernas. Su incorporación al equipo no tendrá lugar hasta el próximo viernes y, además, será progresiva y controlada con la intención de que llegue en buenas condiciones al debut liguero ante el Iberostar Tenerife. Por ello, tampoco participará en el amistoso de mañana en Olite ante el Joventut.

Será el sexto partido de prueba para el Bilbao Basket, que acabará la pretemporada sin saber qué podrá dar de sí el equipo cuando Balvin esté perfectamente integrado. Su ausencia se ha notado especialmente en los partidos ante rivales de la ACB. Así, el equipo ha sufrido para contener a jugadores que pasan de los 2,10 metros como Víctor Arteaga, del Estudiantes; o Youssoupha Fall del Baskonia, y probablemente sufrirá también ante Alen Omic, del Joventut. Ben Lammers aún está en periodo de adaptación para medirse a jugadores más fuertes que los de la LEB Oro, aunque no está desentonando, y David Doblas, todo voluntad en su periodo temporal, ya no puede reproducir la capacidad de rebote e intimidación que se espera de Balvin. También el Bilbao Basket está jugando en ataque sin esa referencia a la que ponerle balones cerca del aro o en las continuaciones de los bloqueos con lo que los automatismos en la ejecución de los sistemas se van a retrasar.

El checo va a tener mucha importancia en las dos mitades del campo y ahora mismo el Bilbao Basket es un equipo mutilado porque tampoco está pudiendo contar con Emir Sulejmanovic, cuya puesta a punto tras su operación en una mano va despacio y sin fecha fija de ingreso en el equipo. El bosnio puede alternar las posiciones de cuatro y cinco y sin él, Mumbrú ha probado algunos minutos con Arnoldas Kulboka y Iván Cruz como pareja interior, con la consiguiente cesión de kilos y centímetros.

Es evidente que el Bilbao Basket ha sido una víctima colateral de las buenas prestaciones de la República Checa en la cita de China y que cualquier valoración sobre el potencial del equipo está condicionada por la ausencia de la pieza maestra. Pero el calendario no da tregua y en menos de diez días el equipo ya estará en competición oficial, que no espera a Ondrej Balvin ni a nadie.