Casi nadie en el mundo del fútbol sabe su nombre, pero Sheikh Mansour se ha gastado más de 1.000 millones de euros en fichajes. El dueño del Manchester City saca una de las carteras más gruesas del mundo en cada mercado de fichajes y, aún así, apenas se preocupa por comprobar lo comprado. Y es que desde que el empresario y político árabe se hiciera con el club inglés allá por 2008, tan solo ha ido a verle en dos ocasiones. La primera, en 2010, en un 3-0 al Liverpool. La segunda, ayer. Es decir, Mansour no veía jugar en directo a su equipo desde hace 13 años, justo los mismos que han pasado desde la última Champions que levantó el Inter. Así, como si el árabe supiera de antemano algo que el resto de los mortales desconocíamos, ayer se presentó en el Estadio Olímpico Atatürk para presenciar cómo el City levantaba la primera Orejona de su historia. Cómo los dirigidos por Pep Guardiola conseguían el ansiado triplete con Liga, Copa y Champions.

No fue un camino de rosas. El Inter iba de tapado, pero en el pitido inicial se descubrió. Con una apuesta valiente e intensa, los de Filippo Inzaghi maniataron a los favoritos durante gran parte del encuentro. Tutearon al City con el descaro de quien no tiene absolutamente nada que perder y ni siquiera el gol de Rodri en el 67 logró desviarles de su objetivo. Rozaron la prórroga con dos ocasiones que entran en el 99% de las veces. Pero ayer la suerte del Inter se movió en el otro 1%, por lo que se retiró de la final con el honor intacto, pero sin el trofeo.

Los equipos saltaron al campo con una sorpresa en cada once. En el Inter, Brozovic aprovechó la lesión de Mkhitaryan para entrar en la exigente medular del conjunto italiano mientras que Guardiola prescindió del tocado Walker para poner una defensa de tres con Nathan Aké acompañando a Ruben Dias y Akanji. La primera la tuvo el City en las botas de Bernardo Silva. Cierto es que antes avisó Haaland, pero en fuera de juego. Así, fue el portugués quien calló a un estadio con mayoría nerazurra con un zurdazo tocado con rosca que se marchó muy cerca del palo derecho de la portería de Onana. Sin embargo, lejos de meter miedo, esto despertó al Inter. Con un Brozovic omnipresente, sublime en la recuperación, y con un Dimarco pilón en la banda izquierda, el conjunto italiano también dio sus avisos. La más clara fue de Barella en el minuto 27. Con la portería libre después de un fallo en la salida del balón de Ederson, el 23 de Inter se precipitó, se llenó de balón y mandó su disparo demasiado desviado. Inzaghi se echó las manos a la cabeza. Sabia que esos regalos no suelen repetirse, aunque ayer Ederson dejara unos cuantos.

La mala suerte de De Bruyne

A la media hora llegó la lesión de Kevin de Bruyne. Al igual que le ocurrió en la final de Champions de hace dos años, cuando el City perdió por la mínima ante el Chelsea (0-1), el centrocampista belga tuvo que retirarse antes de tiempo por problemas musculares. Phil Foden tomó su relevo y Guardiola volvió a defensa de cuatro. Retrasó a Stones al lateral derecho y el encuentro llegó al descanso con un 0-0 que hablaba mucho mejor del trabajo del Inter. La segunda mitad comenzó con el City buscando en largo a Haaland, pero el noruego no tuvo ayer su noche por culpa de unos espléndidos Bastoni y Acerbi. Así, con el máximo goleador del City, la Premier y la Champions noqueado, tuvo que vestirse Rodri de matador. En el 68, tras una jugada larguísima, el español clavó en la red el despeje de un centro de Bernardo Silva, tras un gran pase en profundidad de Akanji. Con el 1-0, los de Guardiola empezaron a gustarse más con la pelota. Hasta que Lukaku entró en calor. 

Lukaku mereció la prórroga

El belga sustituyó a Dzeko en el 57 y tuvo la prórroga en dos ocasiones. En la primera, sacó sin querer un remate de Dimarco que se colaba dentro; y, en la segunda, en el 88, sacó a todo el banquillo de Inter cuando vio dentro su cabezazo a bocajarro con toda la portería a favor. Pero el balón se encontró con la rodilla de Ederson, así que la fotografía que se recordará es esta de Gündogan levantando la primera Champions del City.