EXISTE un dicho en el deporte americano, sin atribución exacta, que asegura que “en 49 estados es solo baloncesto, pero esto es Indiana”. De allí es Kyle Guy (Inidianápolis, 11-8-1997), el francotirador que ha fichado el Joventut para añadir recursos a su vistoso juego de ataque. En realidad, que un tipo de Indiana acabe en Badalona es algo natural desde el punto de vista del baloncesto. De una cuna a otra, del estado en el que nació el mito Larry Bird y en el que el baloncesto universitario se sigue con pasión y se lleva a gala ser un hoosier al club que presume de contar en su plantilla con nueve jugadores formados en su cantera.

Pero no fue en Indiana donde Guy construyó su fama, sino en la Universidad de Virginia, a la que llevó a su único título universitario en 2019 y fue elegido el mejor jugador del torneo final. Su salto siguiente a la NBA no fue exitoso, quizás porque sus 1,88 metros le alejan de los cánones físicos de aquella liga. Apenas disputó tres temporadas con apenas 53 partidos entre Sacramento y Miami y menos de diez minutos de juego y pasó la mayor parte del tiempo en la G-League, en la que el curso pasado promedió más de 28 puntos con los Cleveland Charge. Cerrada la puerta de la NBA, el paso lógico era empezar una carrera en el baloncesto FIBA y Kyle Guy estuvo en conversaciones con el Fenerbahçe y el Gran Canaria y, como tenía claro que quería estar en la Liga Endesa, se decidió por el Joventut “porque es algo muy parecido a lo que tenía en Indiana. Resulta todo muy familiar. Revisé su historia y supe que era el sitio adecuado”.

Cerca, en el Barcelona, tiene un modelo a seguir, Kyle Kuric, que también es de Indiana y tirador, pero ver a Kyle Guy recuerda inmediatamente a Jaycee Carroll, el también liviano anotador de Wyoming que se convirtió en leyenda del Real Madrid. Por algo los rectores del club blanco se interesaron por el ahora verdinegro la pasada temporada, pero Guy prefirió agotar su tiempo en Estados Unidos. Ahora puede convertirse en una de las sensaciones de la Liga Endesa si muestra la misma puntería de su etapa universitaria que cerró con un 42% de acierto en triples.

“Solo quiero jugar y ganar. Si el entrenador me pide que meta 30 puntos, los meteré. Si me pide que no meta puntos y asista más, lo haré. Si me pide que simplemente aplauda desde el banquillo, también lo haré”, aseguró Kyle Guy en su llegada a la Penya. En un equipo que pule los detalles técnicos, su asociación en el bloqueo directo con Ante Tomic o en las salidas de indirectos puede ser un gran fuente de puntos y un motivo para pensar en repetir la extraordinario temporada anterior. “Mi pensamiento siempre ha sido lograr algo que no se haya logrado antes y por eso quiere ganar las dos competiciones, la ACB y la Eurocup”, añadió con un optimismo excesivo.