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Estudiantes 95 - Bilbao Basket 89

Al Bilbao Basket le toca remar de nuevo

La derrota en Madrid vuelve a dejar al Bilbao Basket, esforzado pero poco contundente en defensa, a merced del Betis y el GBC, que ganaron ambos como locales

Al Bilbao Basket le toca remar de nuevo

LA racha victoriosa del Bilbao Basket se quedó en dos partidos porque no tuvo la consistencia necesaria para aspirar al triunfo ante el Estudiantes. Era un partido que iba a proporcionar una gran botella de oxígeno para seguir ascendiendo hacia la montaña de la permanencia a quien consiguiera el triunfo, por eso cuando un equipo, como les ocurrió el domingo a los hombres de negro, solo domina un minuto en el marcador, y eso fue en el primer cuarto, pocas objeciones se puede poner al resultado. El equipo de Álex Mumbrú no dejó de intentarlo, pero fue inferior a su rival e hizo demasiadas concesiones en algunas cuestiones básicas del juego que le llevaron casi siempre a remolque y a no tener las ideas claras cuando dispuso de la oportunidad de resolver de forma favorable a sus intereses.

La primera de esas carencias tuvo que ver con los porcentajes de tiro. Pretender ganar a este Estudiantes proponiendo un intercambio de canastas es un error, más que nada porque los colegiales tienen más munición y la fueron repartiendo por tramos durante todo el partido. Al inicio fue JJ Barea, luego salió Arteaga para castigar de nuevo la espalda de la defensa bilbaina. En el segundo cuarto, aparecieron Brown y Roberson y el colmo fue ya que Vicedo metiera sus nueve puntos en el tercer cuarto para llevar a los suyos hasta los quince puntos de ventaja.

El Bilbao Basket ni borrar la sensación de estar cambiando aciertos y errores en un marcador engañoso. La balanza acabó desequilibrada lo justo, pero suficiente, del lado del Estudiantes porque los bilbainos no metieron ni un triple en todo el último cuarto y menos del 30% en todo el partido y porque los de Jota Cuspinera castigaron con su verticalidad las pérdidas de balón y los desajustes en el balance defensivo de su rival para sumar muchos puntos fáciles. El conjunto madrileño sumó 17 puntos tras recuperar la posesión y 22 al contraataque, una cantidad exagerada que deja en evidencia al Bilbao Basket porque en la Liga Endesa no se suelen conceder tantas facilidades a campo abierto.

Desorden

Pero el conjunto vizcaino lo hizo el domingo, sobre todo en aquellos tramos del partido en los que perdió el orden y sus jugadores se salieron del guion que les reclamaba su entrenador. Otro día más pareció que el uso de las faltas no fue muy inteligente. El Estudiantes estuvo siempre un punto por encima en intensidad y dureza y ni siquiera le importó cargar de faltas a sus dos cincos porque en el tramo final ni Rousselle ni Hakanson estuvieron clarividentes, consumieron demasiado tiempo con el balón en sus manos y no lograron identificar las ventajas interiores que sí había conseguido su equipo hasta entonces. Un triple de Roberson, con menos presencia en pista pero igual de letal, tras penalizar un error defensivo y, sobre todo, un rebote ofensivo capturado por el Estudiantes ante un quinteto pequeño del Bilbao Basket dejaron el balón de la sentencia en manos de Barea y, claro, el portorriqueño no falló porque para eso le han traído.

También ocurrió lo mismo en la primera vuelta en Miribilla cuando aquel palmeo de Arteaga ante una zona desguarnecida convirtió en aún más dolorosos los tiros libres que había fallado antes Zyskowski para acabar con una derrota que todavía sigue pesando. El buen criterio que tuvo en los minutos decisivos la semana pasada ante el Betis no lo encontró ayer el Bilbao Basket, John Jenkins solo metió un punto en el último cuarto y perdió una gran ocasión de dar un salto importante hacia la salvación. Ahora hace falta que el Estudiantes se escape hacia arriba porque sería un pésimo compañero en cualquier empate múltiple que pudiera darse en la zona baja.

Y es que la ventaja que adquirieron los hombres de negro con sus dos triunfos anteriores se esfumó el domingo. El Acunsa GBC y el Betis ganaron con claridad al Valencia y al Andorra, respectivamente, y vuelven a quedar igualados con el Bilbao Basket. Como tienen que jugar entre ellos, esto significa que uno de los dos adelantará virtualmente a los de Mumbrú, que tienen un partido más disputado. La permanencia, por tanto, obliga a sumar donde han sumado los compañeros en este agónico viaje y eso requiere encontrar la solidez defensiva para no depender del acierto.