DONOSTIA. La Bandera de La Concha no es cosa de un único día. La historia dice que ganarla en el primer domingo es casi misión imposible y su descorche pasa a ser una cuestión de supervivencia. Mantenerse en la pelea es la meta de todas las traineras y si por el camino se puede conseguir un colchón extra, mejor. Esa tónica casi se hace añicos ayer. Hondarribia lo bordó en la bahía donostiarra y cerca estuvo de dejar sentenciada la regata. El esfuerzo realizado en la txanpa final por Orio y Santurtzi provocó que la renta no fuese mayor y quedara viva la pelea por la bandera en el segundo domingo. Los oriotarras acabaron a cinco segundos y la Sotera finalizó agarrada a la lucha por un fino hilo de esperanza. Los santurtziarras tienen que remontar nueve segundos y esperar que los aguiluchos también cedan. La tanda de honor será completada por Zierbena, que necesita una mañana loca para ser algo más que un espectador de lujo.

Los primeros sustos llegaron ya desde la salida. El semáforo verde se encendió y las cuatro embarcaciones de la primera tanda salieron con mucha fuerza. Las hostilidades arrancaron y entonces el juez empezó a hondear la bandera roja con fuerza. Salida nula. Las preguntas invadieron las tostas y en la zona de delegados la confusión aumentó. Se buscó al culpable en las repeticiones y nadie encontró ninguna causa entre las traineras para repetir la salida. La cuestión no estaba en los que debían ser los protagonistas del día. El retraso se produjo debido a que al alumbrarse el semáforo verde, el cronómetro no empezó a moverse. Este sistema de arrancada, de estreno en la Bandera de La Concha, falló en el momento clave y obligó a las cuatro tripulaciones participantes a tener que repetir la salida, aumentando ligeramente el cansancio físico y la tensión. Pequeño desgaste, pero golpe pesado en una temporada en la que la igualdad y las victorias por detalles mínimos son habituales.

Dejados de lado los problemas con el semáforo, arrancó la primera tanda con una ida marcada por la igualdad. Orio, Santurtzi y Urdaibai oscilaron en los mismos tiempos tras las primeras paladas y Kaiku dejó claro que no está todavía para estas batallas. Los sestaoarras cumplieron con creces en la clasificatoria y estar compitiendo en la Bandera de La Concha ya es todo un éxito para ellos. Es el primer paso de una cuadrilla que quiere crecer desde la base, pero que todavía está lejos de los colosos de la competición y ayer tuvo que ver la batalla desde una posición muy alejada.

Tampoco está en su mejor momento Urdaibai. La cita en la capital guipuzcoana era la última esperanza de los bermeotarras, la regata en la que convertir una mala temporada en un gran curso. Sin embargo, en la bahía donostiarra tampoco estuvo la panacea de los males de la Bou Bizkaia. La tradición de este curso se mantuvo y la cuadrilla prepara por Aitor Altzibar no fue capaz de acabar en los puestos de la tanda de honor. En la ida pelearon con entereza y aguantaron en los tiempos de Orio y Santurtzi, pero a la vuelta no encontraron la remada y las olas les esquivaron una tras otra. Urdaibai perdió fuerza mientras la San Nikolas y la Sotera pelearon por el primer puesto.

Entre estas dos embarcaciones saltaron chispas. La Bandera de La Concha acostumbra a tener ese toque de tensión y esta vez lo vivieron Orio y Santurtzi. Los oriotarras cogieron la proa de la tanda y la Sotera decidió colocarse a rebufo para tratar de reducir distancias. Como si de un gran premio de Fórmula 1 se tratara, las trainera morada empezó a buscar el adelantamiento. Lo intentó primero por babor y pasó luego a estribor. Sin conseguirlo en ninguno de los intentos volvió a su posición original. Fue una maniobra extraña, casi desesperada, que pudo hizo perder algo de tiempo a Santurtzi, pero no hizo mella en su concentración. En la txanpa final, los cambios de dirección quedaron olvidados y las dos embarcaciones remaron rectas en busca del camino más corto hacia la meta. Esfuerzo máximo que se resolvió a favor de Orio por solo tres segundos.

Muy superior

La segunda tanda arrancó con la bandera en un pañuelo y Hondarribia dejó La Concha teñida ligeramente de verde. La Ama Guadalupekoa fue muy superior a sus compañeras de tanda. Donostiarra decepcionó en casa y Ondarroa no pudo dar continuidad a la hazaña de la clasificatoria del jueves y quedó descolgado a las primeras de cambio. Tampoco pudo ser rival Zierbena. Las regatas previas de los galipos no fueron las mejores de la temporada y en la Bandera de La Concha no pudieron revertir la situación y volver a ser esa trainera fiable del principio del curso. Acabaron cuartos, pero catorce segundos se antojan demasiados si no ocurre nada muy alejado de lo normal.

Con la fuerza que da la ventaja, Hondarribia voló en la bahía donostiarra. Su ritmo le puso en cabeza y en el largo de vuelta todo fue disfrutar. La ventaja obtenida en el largo de ida le permitió bogar a sus anchas en popare y ese factor de fortuna, siempre necesario en la Bandera de La Concha, también le sonrió. El viento les golpeó fuerte de popa en la vuelta y afianzaron una importante ventaja antes de la segunda jornada del domingo que viene.

1. Hondarribia19:19,58

2. Orioa 5,54”

3. Santurtzia 9,12”

4. Zierbenaa 14,94”

5. Urdaibaia 19,04”

6. Donostiarraa 23,30”

7. Ondarroaa 30,42”

8. Kaikua 53,64”