JON Santacana (Donostia, 1980) es un hombre tranquilo y acostumbrado a estar en el podio de las pruebas más importantes del esquí alpino internacional. Por eso sorprendió mucho la expresión que el deportista de Basque Team mostró al colgarse la medalla de plata de la prueba de supercombinada en los pasados Juegos Paralímpicos. Sonreía, pero más que de júbilo, parecía una mueca de alivio. Como si esa presea le hubiera liberado de la gran carga que llevaba a sus hombros y por fin, con ella al cuello, podía enderezar su espalda. Porque Santacana acudió a los Juegos de Corea del Sur junto a su guía Miguel Galindo sabiendo que iban a ser sus últimos -y los quintos-. Y por eso, su ambición quería despedirse con un metal. Antes de la cita con la supercombinada, el donostiarra rozó el podio con dos cuartos puestos en descenso y supergigante. A sus 37 años, dos diplomas olímpicos eran un gran resultado. Pero no eran una medalla. Así que cuando finalmente logró esta segunda plaza, Santacana se centró solo en disfrutar: “Suelo ser una persona contenida en la entrega de medallas, pero esta plata fue algo muy especial porque eran mis últimos Juegos, un evento muy importante al que cuesta muchísimo llegar. Íbamos a luchar por el podio porque era una bonita forma de terminar, un resultado que merecíamos y, cuando por fin lo conseguimos, la felicidad y la relajación se notó en mi expresión”, resumió Santacana.

De hecho, ser una de las parejas más laureadas del esquí internacional es algo que no benefició a Santacana y Galindo, que notaron la presión externa y la ilusión mediática incluso antes de poner rumbo a Corea del Sur: “Afrontábamos los Juegos con la idea de disfrutarlos porque iban a ser los últimos, pero sentíamos también la responsabilidad de hacerlo bien. El equipo esperaba mucho de nosotros y se hablaba de medallas antes de marchar, como si fuera sencillo ganarlas. Por eso los dos primeros cuartos puestos fueron satisfactorios, pero seguimos luchando por la medalla, que es el resultado que merecíamos”. Con una plata, tres diplomas y una descalificación temprana en la prueba de descenso, Santacana acabó su participación en los Juegos Paralímpicos. Cerró un libro cuyas páginas relatan 20 años de vida y, aunque su última prueba en Corea del Sur dejó mucho que desear -se enganchó en la cuarta puerta de la primera manga-, el donostiarra solo puede hablar de “satisfacción”: “Fue una pena quedarme fuera del descenso tan pronto y en ese momento me dio rabia despedirme así de los Juegos; pero la valoración debe ser en conjunto y, por eso, es muy buena. De hecho, los resultados de estos Juegos son unos de los que más orgulloso me siento”.

Ya en casa y comenzando el epílogo de su carrera deportiva, que concluirá en marzo de 2019 con el Mundial de Suiza, Santacana no oculta su “tristeza porque son muchos años dedicados a este deporte”, pero también se alegra de llegar al final de esta etapa. “Ahora puedo ver las cosas en perspectiva y no puedo estar más que satisfecho con mi trayectoria porque incluso con las lesiones he tirado hacia delante. He estado en cinco Juegos, no sé ya los Mundiales en los que he participado ni las Copas del Mundo que he disputado. Pero después de estar compitiendo durante tantas temporadas, ahora hacerlo con chicos de 17 años menos y que no nos pierdan de vista porque saben que somos peligrosos, es algo muy satisfactorio. Así que me voy con la sensación de haber hecho bien mi trabajo”.

El mundial de despedida Tras estos exitosos Juegos Paralímpicos, Santacana cerrará el curso con el Campeonato de España de esquí alpino para, después, cogerse unas “merecidas vacaciones”: “Luego nos pondremos a trabajar en la siguiente temporada porque el Mundial de Suiza es una bonita forma de cerrar tantos años de carrera deportiva. Pero no tenemos que perder el norte, tenemos que prepararnos como siempre y después ya se verán los resultados”. El donostiarra no quiere ponerse objetivos antes de tiempo y participará en tan solo dos pruebas -de las cinco que solía- del Mundial de Suiza: “Pasan los años y tengo ya fastidiada la espalda así que no competiré en las pruebas de velocidad. Me centraré solo en el gigante y el eslalon, donde nos queda un peldaño por mejorar y la ilusión de terminar mi carrera haciéndolo bien”.