CON tres incorporaciones ya oficializadas, el RETAbet Bilbao Basket es el conjunto de la Liga Endesa que más rápido se está moviendo en el mercado. Rápido no siempre es sinónimo de mejor, pero sí es indicativo de que se han cerrado operaciones con jugadores que figuraban muy arriba (alguno incluso en la cúspide) en la lista de apetencias de la entidad de Miribilla. Lo llamativo viene cuando se analizan las vías, secundarias, por las que se ha acudido al mercado de fichajes, pescando en caladeros históricamente muy pocas veces explotados por el conjunto vizcaino, lo que de arranque supondrá que los hombres de negro vayan a contar en su rotación principal del próximo curso, como poco, con tres jugadores sin ninguna experiencia en el baloncesto europeo. Un hándicap, sin ninguna duda, pero las estrecheces económicas marcan el rumbo.
Tim Kempton, 22 años, no cuenta con ninguna experiencia baloncestística más allá de sus cuatro años en Lehigh University; Lucio Redivo, 23, ha desarrollado toda su carrera, tanto formativa como profesional, en ese hervidero de baloncesto argentino que es Bahía Blanca; mientras que Jameel McKay, 24, repartió su primer ejercicio fuera de la NCAA en destinos tan lejanos geográfica y deportivamente del Viejo Continente como Australia y Filipinas. Así las cosas, a Carles Duran le tocará gestionar la adaptación al baloncesto europeo, no ya solo al de la ACB, de tres piezas que, en teoría, ocuparán plaza en su rotación principal de diez jugadores. El porcentaje es elevado y sumará un nuevo nombre, con asterisco eso sí, cuando se certifique el aterrizaje en Bilbao del base brasileño Ricardo Fischer (26 años), que en los últimos siete años ha jugado en su país pero que entre 2008 y 2010 tuvo un fugaz paso por el baloncesto suizo.
Las referencias que se manejan de los tres en la entidad de Miribilla son magníficas. Se han escudriñado sus aptitudes baloncestísticas y sus personalidades, pero sería muy optimista pensar que no necesitarán un proceso de adaptación tanto en lo deportivo como en lo personal. El pasado curso desde el club se esgrimió en más de una ocasión la falta de tablas en la Liga Endesa de algunos jugadores como factor importante para que las rotaciones no alcanzasen un nivel de acoplamiento sostenible. Y eso que jugadores como Miha Lapornik, Danilo Nikolic o Ivan Buva llegaban con acreditadas tablas en Eurocup, Liga Adriática y en la Lega italiana, respectivamente. Pero la ACB es otra cosa. Si el salto con respecto a otras competiciones continentales es plausible, es aún mayor desde ligas como la argentina, la australiana o la NCAA y no solo en cuanto a calidad o exigencia, sino también en el propio concepto del juego.
La calidad, cada uno dentro de sus virtudes sobre la cancha, se les presupone a Redivo, Kempton y McKay, pero la paciencia, no solo desde fuera del club sino también desde dentro, se antoja fundamental para que puedan ofrecer lo mejor de sí mismos. Paciencia y oportunidades. Porque los jóvenes lo que más necesitan para desarrollarse son minutos y esa es una verdad universal lleguen desde donde lleguen. Porque tampoco hay que olvidar, sobre todo en el caso de Kempton y Redivo, que también tendrá que haber una readaptación a nuevos roles. El argentino viene de jugar una media de 32 minutos en su equipo y de lanzar un promedio de 15,8 tiros; el estadounidense, 14,9 lanzamientos en 31 minutos. En Bilbao no tendrán estos galones, pero si su talento en ataque fue la razón por la que fueron fichados habrá que explotar sus cualidades y tratar de pulir y disimular sus defectos. Que no pase como en algún caso del último curso, en el que a jugadores incorporados por su capacidad de sumar puntos se les penalizó por no mostrar una sangre caliente que nunca tuvieron.