Bilbao - ¿Qué balance hace de su primer Dakar?

-Estoy satisfecho y anímicamente me encuentro muy bien. Me quedo con lo bueno de este Dakar. He durado varios días a gusto y rodando en puestos que no me hubiera imaginado nunca. Me he puesto al límite, he navegado y pilotado bien y lo que me ha dejado fuera, han sido los errores de mecánica. He disfrutado de una aventura dura y estresante, pero estoy contento por cómo lo he hecho y lo que he conseguido hacer.

¿Le ha sorprendido algo?

-Lo estresante que es el Dakar. Hay que estar todo el rato pensando en que todo vaya bien. No perderse, descansar, comer bien... no hay tiempo para pensar en uno mismo y todo el rato estás pensando y estresado.

Llegó a estar situado en una especial en el puesto número 11. ¿Cómo se siente al escuchar eso?

-Es una sensación muy gratificante. Tengo que decir que fueron unas circunstancias poco habituales, ya que los que iban delante de mí se perdieron, pero bueno también encontré el camino bueno. Puede que fuera por suerte y con estar el cuarenta estaba satisfecho, pero cuando me vi con gente profesional como Cervantes, me impresionó. Es bonito, pero no era el objetivo que tenía en la carrera, venía a acabar y a pasármelo bien.

Sin embargo, su aventura terminó antes de tiempo.

-Fue uno de esos días en los que la suerte te da la espalda, todo me salió mal. Nada más salir se me rompió el road book y no lo pude reparar. Fui siguiendo las trazas y a otros pilotos hasta el kilómetro 150, que la moto se me paró. Trate de repararla y hubo un momento que arrancó, pero a los veinte kilómetros volvió a pararse. Como quedaba poco, una moto me pudo remolcar hasta el final de la especial.

¿Cómo consiguió llegar desde el final de la especial hasta el lugar donde se encontraba su asistencia?

-Me enganché a una quad, pero en una curva muy cerrada me caí. El piloto no se dio cuenta y me fue arrastrando unos quince o veinte metros con la pierna debajo de la moto, pensaba que me la arrancaba. Fue un accidente. Me quedé recuperándome y luego otra moto me llevó hasta una carretera. Allí, fui empujando la moto hasta una gasolinera, donde me encontré con unos argentinos que seguían la carrera y que me llevaron hasta el lugar donde había sucedido el derrumbe. Pasé la noche ahí y como mi asistencia no podía pasar, los argentinos me llevaron a Salta. Ahí, la organización me dijo que no podía seguir y me quedé solo y sin poder llegar a Chilecito, donde estaba mi asistencia. Entonces, esos argentinos me llevaron también hasta Chilecito para que me pudiera reenganchar a la caravana.

El compañerismo del Dakar.

-El Dakar es una aventura y en el momento en el que alguien se queda tirado, todos somos compañeros. Cuando hay gente con problemas, hay que parar. En estos casos, los minutos no cuentan, cuenta llegar y hoy es por ti y mañana por mí. La gente enseguida paró y me ayudó. Me remolcaron hasta tres pilotos diferentes.

¿Considera justo que no le dejaran reengancharse al Dakar a pesar de que se suspendiera el tramo en el que usted no participó?

-Sí, la dirección de carrera tiene que tomar estas decisiones, si no hubiera sido un trato de favor hacia mí. No he tomado parte en una especial y hay gente que ha entrado y se ha cansado mucho más que yo. Que sean severos y tajantes es bueno.

¿Qué sintió cuando se dio cuenta de que su aventura había finalizado?

-Cuando se paró la moto, no pensaba en otra cosa que cómo salir de esa situación. Había que intentarlo todo y no me desplomé en ningún momento. Luego fui a hablar con la dirección de carrera y cuando me dijo que estaba fuera me entró bajón, sobre todo por lo poco que me quedaba ya. Me quedé resignado, pero al pensarlo en frío me di cuenta de que he disfrutado. Me quedó con que he vivido una aventura y lo he hecho bien.

Aun así, habrá habido momentos de sufrimiento.

-Sobre todo, los días de lluvia y frío. Hemos pasado de tener mucho a calor a acabar algunas etapas tiritando. Por lo demás, físicamente estoy perfecto y lo único que tengo es un esguince en el tobillo derecho. He tenido suerte de que no me ha dado el mal de alturas y he podido acabar las etapas bastante entero.

¿Planea volver al Dakar?

-No lo descarto, pero no puedo volverme loco y gastarme lo que no tengo. Económicamente es un esfuerzo muy grande y tengo que agradecer con toda mi alma a todos los que me han ayudado a llevar a cabo esta aventura. Esto ha sido un capricho mío y ahora hay otros objetivos en mi vida, tengo que pensar en mi familia antes que en mis pasiones. Lo primero es lo primero.