LA temporada pasada el Prosetecnisa Zuazo consiguió un subcampeonato copero que le acabaría dando importantes alegrías. Esa segunda plaza en el torneo del K. O. era el billete tan ansiado a Europa, un viaje que ningún equipo de balonmano vizcaino había logrado realizar hasta ese momento. Así que la plantilla rojinegra se llenó de ilusión y de ganas, aunque sin descuidar la liga -puesto que pretenden repetir o mejorar el quinto puesto de la campaña anterior-. Por ello, comenzaron la presente temporada como un tiro, siguiendo la estela de los favoritos a todo, pero en la mente tan solo una eliminatoria: aquella que le enfrentaba al H65 Höörs HK sueco. Por fin llegó el día del debut europeo de las zuazotarras, que se pusieron su mejor ropa de abrigo y viajaron al norte continental en busca de un resultado que les dejara con vida para el duelo de vuelta a disputarse en Lasesarre. Volvieron con seis tantos en contra (31-25), pero con la lección aprendida para el encuentro definitivo.

Una semana después, el pabellón barakaldarra lució mejor que nunca. Más de 2.000 personas se acercaron a ver el primer encuentro europeo celebrado en territorio vizcaino y, aunque el Zuazo pareció acusar al principio tanto apoyo, luego se desmelenó y consiguió meter en apuros a las suecas. Sin embargo, remontar seis tantos era una gesta complicada, por mucho que Lasesarre se empeñara en lo contrario y finalmente las rojinegras fueron apeadas de la Challenge Cup por tan solo dos tantos de diferencia.

A pesar de ello, el conjunto fabril se marchó de Europa con la cabeza bien alta y sintiéndose protagonistas de una experiencia que quieren volver a repetir más pronto que tarde. Por ello, el Zuazo no mira al pasado, aunque busca aprender de él, y ya tiene en su horizonte nuevos objetivos. Al fin y al cabo, como ya dijo Juanjo González, técnico que cogió las riendas del banquillo barakaldarra esta temporada, “el Zuazo puede volver a repetir el éxito del año pasado”.