Bilbao - No hay ninguna duda de que el atletismo tiene tirón, de que este deporte da una vida y un color diferente a las ciudades. Todo ello quedó patente anoche en la VIII edición del EDP Bilbao Night Marathon, una prueba que reunió a más de 11.000 atletas y llenó de magia las calles del botxo. No fue hasta las 20.30 horas cuando se dio el pistoletazo de salida a las tres modalidades que componen la prueba -Pirata (10 km), Media Maratón (21 km) y Maratón (42 km)- pero desde más de una hora antes del inicio de la prueba, ya se notaba el ambiente atlético en las inmediaciones del museo Guggenheim.

Allí se podía ver a muchos participantes calentando y estirando para estar totalmente a punto para el momento cumbre del inicio de la carrera. Cada uno tenía sus objetivos, sus metas, sus motivaciones, pero muchos de ellos compartían color de camiseta, concretamente el azul de la elástica repartida por la organización de esta prueba que ya ha echado raíces en la villa. El ambiente era de auténtica fiesta desde antes del inicio de la prueba y, según se acercaba el comienzo, mayor era el número de personas que se aglomeraba en las inmediaciones de la salida de la prueba para ver in situ el comienzo de la misma. Allí estaban junto a la margen izquierda de la ría, en las inmediaciones del emblemático museo ideado por Frank Gehry.

Quienes se acercaron a seguir el desarrollo del Bilbao Night Marathon pudieron ver cómo, entre otros, corría el gasteiztarra Martin Fiz, que fue uno de los atletas que dio lustre a esta prueba que permite contemplar imágenes únicas de la capital vizcaina. Finalmente, llegaron las 20.30 horas, llegó el momento de la verdad. Las condiciones eran idílicas, cabe decir que impropias de una noche de mediados de octubre, ya que el termómetro marcaba 20 grados y la lluvia no hacía acto de presencia. Al pistoletazo de salida le prosiguió una traca pirotécnica que indicaba que comenzaba el verdadero espectáculo, que más de 11.000 personas tomasen las calles de la capital vizcaina para impregnar el recorrido de la prueba de deporte y vida sana. Evidentemente, los primeros en alcanzar la meta fueron los participantes en la modalidad Pirata, categoría en la que en modalidad masculina Alejandro Codesal se hizo con el triunfo con un tiempo de 32 minutos y 30 segundos, mientas que el segundo y el tercer puesto fue para Eduardo Ordax y Martín Fiz respectivamente. En modalidad femenina, la más rápida fue Elena Loyo con un crono de 35 minutos y 7 segundos, quien aventajó en casi ocho minutos a la segunda, Leticia Acereda, mientras que Yolanda Moreno ocupó el tercer lugar.

Por su parte, en la media maratón se pudo disfrutar de una carrera histórica, ya que Camilo Santiago batió el récord de la prueba al hacer un tiempo de 1.05. 56. El segundo lugar en categoría masculina fue para Iván Acereda y el tercer puesto del cajón fue para Marcos Peón. En categoría femenina, la dominadora fue Itziar Méndez, con un crono de 1.25.33. Rosa Fuentes ocupó el segundo puesto, mientras que Eguzkiñe Aspiazu cerró el podio.

Por último, el maratón masculino tuvo dominio africano. Pharis Kimani fue el más rápido en cubrir los 42 kilómetros y 165 metros en 2 horas 17 minutos y 16 segundos. Stephen Kiplimo quedó segundo, mientras que el tercer puesto fue Elijah Chelimo. En categoría femenina, la gran dominadora fue Dolores Marco, quien se impuso a sus contrincantes marcando un crono de 2 horas 49 minutos y 38 segundos.

boda a la vista El de ayer no solo será un día inolvidable para los vencedores del EDP Bilbao Night Marathon, sino que también será una jornada que quedará, de por vida, en el recuerdo del taiwanés Able Chiang y su futura esposa, una pareja que pronto se dará el “sí, quiero”. Fue ayer mismo cuando se confirmó que serán marido y mujer ya que, cuando aún estaban llegando atletas a la línea de llegada y ante muchísimas personas y la luna como testigos, Chiang echó la rodilla a tierra y le pidió matrimonio a su novia. La respuesta de ella fue afirmativa y ambos volverán a casa no solo con la experiencia de haber competido en la prueba bilbaina, sino con el reto de cubrir una larga carrera de fondo, la del matrimonio que, ojalá tenga un final tan feliz como el de esta Bilbao Night Marathon. Esta pedida de mano fue el colofón ideal a una auténtica fiesta del atletismo bajo la luz de la luna.