“Cuando ponía la televisión de niño, ya vivía la tensión de este deporte”
Lucas Eguibar (Donostia, 1994) afronta la defensa del título de campeón de la Copa del Mundo tras comenzar el curso sin lograr los resultados esperados
donostia - Las cosas no han empezado bien para Lucas Eguibar en esta temporada. El defensor del Globo de Cristal ha tenido un arranque irregular, realizando varios errores que le han llevado a bajar hasta la octava posición de la general. Pero el Snowboard Cross es un deporte que cambia en un abrir y cerrar de ojos. De la gloria al infierno en un segundo. La esperanza del donostiarra para dar la vuelta a la situación.
¿Un año complicado?
-No ha sido como esperábamos aunque tampoco ha sido un arranque malísimo. Estoy octavo en el ranking y todavía quedan cuatro pruebas en las que se pueden remontar muchos puntos. Sé que he cometido errores en carrera, pero lo bueno es que me he dado cuenta de lo que he hecho y hemos podido trabajar en ello.
Ahora le llega el turno de viajar, con las citas de Sunny Valley (Rusia), Pyeongchang (Corea del Sur) y Veysonnaz (Suiza) en menos de un mes. ¿Cómo las afronta?
-Estoy con muchas ganas de ir para allá. Me encuentro bien después de haber sufrido los cambios de horario, que no me permitieron entrenar a tope. Estos días hemos ido a Baqueira y me he sentido bien. Los dos primeros circuitos son desconocidos y vamos todos un poco a ciegas, pero eso a mí me gusta, disfruto encontrando nuevos circuitos.
¿Es posible lograr la remontada?
-Sí, claro que se puede. En estas tres carreras hay muchos puntos en juego y se logró buenos resultados, puedo meterme de nuevo en la lucha, esa es la idea. En nuestra disciplina por cada victoria se logran mil puntos, por lo que ganando se pueden avanzar cuatro o cinco puestos.
Nadie se puede confiar en este deporte.
-En un segundo puede cambiar todo. Salimos cuatro o seis a la vez, depende del circuito en el que se corra, y por mucho que seas el favorito, te pueden tocar en cualquier momento, te vas al suelo y adiós a la carrera.
¿Nota mayor respeto al ser el actual campeón de la clasificación de la Copa del Mundo?
-Puede que sí, que me miren de otra manera, pero en mi modalidad cualquier persona puede sorprender. Dependemos de muchas cosas, además de la suerte: la gente que te toca al lado, las tablas... Si una persona que nunca destaca, acierta con la tabla, puede pasar de estar el quince a ganar, hay que respetar a todos.
Es el campeón, pero sigue siendo uno de los más jóvenes del circuito. ¿A qué se debe esta alta edad media?
-Así es. En este deporte es importante tener una forma física potente. Los chavales de 15, 16 o 17 años empiezan a tener un nivel, pero les hace falta esa fuerza. Luego, la experiencia también es importante. Hay que saber pensar en carrera, cuándo atacar o cuándo aguantar, cómo dividir el trazado...
A la hora de mirar al futuro, ¿cuáles son sus grandes retos?
-Siempre he soñado con una medalla olímpica, con un oro, y espero algún día llevarme una a casa. Más cerca está el Campeonato del Mundo, que se disputará el año que viene en Sierra Nevada. Tengo muchas ganas porque puedo llevarme la medalla y porque vendrán muchos conocidos a apoyarme. Además, siempre intento que este deporte se conozca más en nuestra zona y esta carrera es una buena oportunidad para ello.
¿Por qué debería la gente animarse a ver este deporte?
-No es un deporte más. A la gente le suele gustar ver los deportes de invierno y en este vamos todos juntos peleando por ganar. Últimamente con los resultados que estamos consiguiendo estamos teniendo más repercusión. Cuando ponía la tele y no conocía a nadie de este mundo, vivía ya esa tensión. Es muy emocionante ver la carrera y sientes una adrenalina que te llena.
¿Y entonces a la hora de practicarlo cómo lo vive?
-En carrera hay que estar tan concentrado que no se nota tanto esa tensión. Pero a la hora de entrenar, la adrenalina es total y si practicas este deporte con la intención de disfrutar, te lo pasas como un enano.