Bilbao - Es su hora. La de Kerman Lejarraga, al que apodan El Revólver o El Marrazo de Morga. Kim Poulsen, danés bocón y experimentado, se le plantará en las 16 cuerdas del frontón Bizkaia de Miribilla mañana y puede ser el momento. Y es que, tal y como cuenta Txutxi del Valle, entrenador del púgil y promotor con MGZ, “Kerman puede llegar a ser antes campeón de Europa que de España”. Si el vizcaino gana, se meterá de lleno en el top ten continental y podría aspirar al título, “si se tercia”, cuenta. Admite Lejarraga que “estoy muy fuerte. He hecho una preparación muy dura y vengo de una preparación buena de la pelea del 10 de octubre. A esta llego fuerte, me siento bien, a gusto y confiado”. Dijo el rubio escandinavo, en pos de calentar la batalla, que no llegaría al octavo, que le iba a noquear en el tercero. Puro márketing Poulsen, que tiene que demostrar en el wélter ante un Lejarraga que va para arriba. Pocos tienen su pegada en su peso. Poulsen tampoco. Sí se mueve bien el danés, tiene un buen balance -27 victorias por dos derrotas- y se acoda en el décimo puesto de Europa. Pero no dinamita. Lejarraga es un silo.

El Marrazo subió de peso para encontrarse con Javier García Roche en La Casilla hace dos meses en un combate inolvidable, en el que se zurraron la badana y el catalán aguantó como un titán hasta el noveno. El Rey Chatarrero le hizo sudar. “La pelea de Roche me hizo crecer porque pasé los seis asaltos. Llegué a los nueve contra un boxeador experimentado, que tiene muchas batallas, y eso me hace confiar en mí. Me hace probar cosas nuevas. Siempre voy confiado a las peleas, pero lo que quiero es avanzar y tirar para adelante”, argumenta el de Morga, quien agrega que “me tuve que exprimir porque es otra categoría. Al día siguiente, estaba más grande que yo y se notaba”. También le dio una proyección mediática mayor. “Gracias a Marcos y a Javi García Roche soy un poco más conocido. Quiero que resurja el boxeo aquí. Es positivo para mí, pero lo que quiero es para el deporte, para que vuelva a ser como en los 80”, asevera Lejarraga, que declara que “cuando me paran por la calle lo agradezco, pero soy un chico humilde. Me gusta pasar desapercibido, ser discreto. Lo agradezco, porque quiere decir que la gente está enganchada al boxeo”.

En el Bizkaia se encontrará algo muy distinto: “Poulsen es un boxeador muy técnico. No es pegador, pero sabe estar sobre el ring. Ha peleado en buenas veladas en Alemania, Inglaterra, Austria? Ha estado en los mejores sitios”. Hay cierto respeto. Pero el premio puede ser generoso: Europa. De Morga, al continente. “Puede ser el salto porque él es el décimo de Europa y si le gano, entro entre los diez y puedo hacer campeonato de Europa si se tercia. Yo seguiré entrenando y cada combate es como un campeonato del mundo”, añade. No obstante, ese no es el objetivo. Narra Lejarraga que “lo que quiero es pelear, cuanto más mejor. Entreno todos los días y físicamente me siento muy bien. Espero que las lesiones me respeten en las manos. Quiero pelear y pelear”.

De cara a preparar al combate contra Poulsen, Kerman ha viajado a Madrid y Barcelona para ejercitarse junto a Rubén Nieto, actual campeón de Europa del peso superligero, y a Sandor Martín; además colabora con Punky Iglesias, que es “un tío que me ayuda mucho, que es alto y se mueve bien”. “También tengo a mis sparrings de aquí: Asier, Carlitos, Borjita, Andoni Gago?”, añade. Con el de Otxarkoaga, reciente ganador de su cuarto título Estatal de peso pluma, comparte mucho. “Llevamos desde el comienzo juntos y somos una familia. Nos llevamos muy bien. Tanto él como yo boxeamos para adelante”, revela Kerman, que apostilla que “la filosofía es ir hacia adelante y golpear fuerte”.

CAMBIO POR LA LESIÓN Lesionado de las manos, Lejarraga tuvo que parar seis meses. No lo llevó bien. “Lo he pasado muy mal. Este es mi deporte, mi trabajo. Si no fuera por mis amigos, mi cuadrilla de Sani, Etxai, Txema, por la gente del Mampo Gym, por Txutxi, por mi familia, no hubiera tirado hacia adelante. Me han ayudado a levantarme. La gente de mi cuadrilla es incondicional. Esto va por ellos”, concreta. Ha emergido un nuevo Revólver, más tranquilo: “La lesión me ha ayudado a tener paciencia y a esperar las cosas. Todo llega”. Eso se traslada al ring. “Antes me obcecaba con noquear. Ahora estoy aprendiendo a destruir poco a poco, a talar el árbol, hasta que cae el rival. Subo a ganar por K.O., pero hay veces que no se puede y una victoria es una victoria”, finaliza, ambicioso. Es su hora.