parís - La conquista de la tercera Eurocopa consecutiva no será un camino sencillo para la España de Vicente del Bosque, que ayer vio como el caprichoso sorteo le situaba en el grupo D junto a Croacia, República Checa y Turquía.

La Roja evitó a Italia, el coco que ninguno de los cabezas de serie quería, pero como reconoció el propio seleccionador el resultado es “un grupo incómodo”, más difícil de lo que se esperaban en el seno de la selección.

El debut ante la República Checa el 13 de junio en Toulouse vendrá seguido del duelo ante Turquía el 17 de junio en Niza para acabar el 21 ante Croacia en Burdeos.

Checos y turcos llegaron a la fase final del torneo con la vitola de haber dejado fuera a Holanda, tercera del pasado Mundial, mientras que Croacia es un viejo conocido de España, que la afrontó en la pasada Eurocopa.

Croacia suena mucho en España, no solo porque ya la ha afrontado, sino porque en sus filas militan jugadores tan conocidos en la liga como Modric, Rakitic o Mandzukic, además de otras estrellas como Kovacic o Perisic.

Aunque su clasificación para la fase de final no fue un paseo, el equipo de Ante Cacic tiene calidad individual y cohesión técnica suficientes para aspirar a algo grande, como el tercer puesto que, de la mano de Davor Suker lograron en el Mundial de 1998, disputado también en Francia.

Turquía, semifinalista en 2008, logró también su billete en el último momento, pero espera mejorar de la mano de un Arda Turan que llegará fresco tras haberse perdido la primera parte de la temporada.

En cuanto a la República Checa, el equipo posee la peor defensa de los países clasificados, con catorce goles encajados pese a contar bajo los palos con la solvencia de Petr Cech.

Pese a ello se clasificó con solvencia, derrotó dos veces a Holanda y consiguió que once jugadores diferentes marcaran.

España deberá acabar entre las dos primeras o como una de las cuatro mejores terceras de los seis grupos para pasar a octavos de final, una ronda nueva en una Eurocopa que los organizadores, a instancias de Michel Platini, hicieron con 24 equipos.

Precisamente el sancionado presidente de la UEFA fue el gran ausente del sorteo después de que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) no levantara su sanción impuesta por la Comisión de Ética de la FIFA por presunta corrupción.

Si para el seleccionador turco Fatih Terim el D es “el grupo de la muerte”, otros observadores atribuyeron esa etiqueta al C, que contiene a la Alemania campeona del mundo, la Polonia de Lewandowski, Ucrania e Irlanda del Norte. O el E, en el que una Bélgica en estado de gracia se medirá a Italia, finalista de la pasada edición, a la Suecia de Ibrahimovic y a Irlanda. Más benévolo fue el sorteo con Francia, anfitriona, y con la Portugal de Cristiano Ronaldo, con Austria, Hungría e Islandia.