bilba0 - “No, no la vimos”, bromea el fotógrafo Aritz Gordo, un amante de las luces, sobre la presencia de Mari, la dama de Anboto, la montaña mágica de Euskal Herria. Tampoco la rastreó la mirada del rider Markel Uriarte, piloto de Orbea Enduro Crew, en su escalada a la cumbre con la mountain bike. “Pero tiene algo de mágico Anboto”, lanza Markel sobre su aventura, que comenzó de madrugada “para aprovechar las luces del amanecer, que son únicas”, expone el fotógrafo Aritz Gordo, un profesional enamorado del deporte y que trabaja con Markel Uriarte desde hace tres años. Con el alba aún en la sala de espera, -partieron el pasado domingo de Urkiola a las 6 de la mañana-, equipado con una luz azul y una tonelada de ilusión “porque es una sensación única subir así”, Markel se encaramó a la cresta de Anboto sobre las 9.30 horas.
“La ventaja que tiene él es que viene del trialsín y domina muchísimo la bicicleta incluso en un lugar así, con mucha roca. Basta que tenga un metro para maniobrar”. “A decir verdad lo pasé peor subiendo que bajando. Había cuatro o cinco pasos con una caída enorme por los dos lados”, confiesa Markel Uriarte, que deslumbró con su capacidad técnica a los que tuvieron la suerte de presenciar su espectacular descenso entre las rocas y el abismo. “La gente comentaba que nunca habían visto allí arriba alguien bicicleta”, desliza Uriarte, funambulista sobre la bicicleta mientras Aritz retrataba esos momentos de acción y peligro. “Técnicamente es muy difícil, Anboto es peligroso”, expone Uriarte, que el pasado año ascendió el legendario Tourmalet sobre una rueda, haciendo caballito. “Me gusta hacer ese tipo de retos”, añade Markel, que pretende establecer el récord de la hora pedaleando sobre una rueda. Anboto, escarpado, puntiagudo, repleto de aristas una vez abandonada la pista, no invita a esa clase de excentricidades, si bien en algunos tramos Markel dio rienda suelta a su instinto y cabalgó en varios instantes sobre una rueda. “Hay que tener cuidado, esto puede ser peligroso, pero disfruté un montón con la experiencia y más si cabe después de ver las fotos que me hizo Aritz”. Rider y fotógrafo, Markel y Aritz, protagonistas de una bonita aventura en Anboto, en busca de su dama, de Mari.