ESTOY muy contento”. Telegrafía la felicidad, código morse del bienestar Aitor Hernández, el imbatido. Mastica el ermuarra un comienzo de curso estupendo, sin mácula, con los brazos en alto desde Orduña hasta Karrantza después de haber hecho cumbre en Burgos (Medina de Pomar y Villarcayo) e izado la bandera en Abadiño. La polaroid del vizcaino es la de un ciclocrossista que no conoce la derrota, siempre la misma silueta, la estampa sonriente en meta. “Estoy ganando, pero las diferencias no son tan grandes como el año pasado”, dice a modo de autocrítica el ciclista, replegada su voz en un discurso humilde, como si le quisiera quitar el pan de oro a la decoración de su palmarés, que no encuentra parangón en el amanecer de la campaña. “No he arrancado muy fuerte, pero es cierto que el hecho de ganar te da confianza para las siguientes carreras y entre semana los entrenamientos pueden ser más suaves para llegar más fresco a la carreras”.

Nada como el nutriente de las victorias para destensar la espera entre cita y cita del calendario y limpiar el horizonte para el vizcaino. “El ganar te da tranquilidad”, apunta Aitor Hernández, cuyo curso alzó el telón en Francia para rascar puntos que le validen un mejor punto de partida en el Mundial. Después acampó en el calendario estatal. “En las carreras de aquí apenas están en juego 220 puntos UCI y eso limita muchísimo, es una gran desventaja. Resulta frustrante porque solo existen tres carreras de carácter internacional”. Nada que ver con los más de 2.000 puntos que reparte el calendario belga, por ejemplo. “Para mejorar y progresar hay que competir fuera”, subraya Aitor Hernández, que intentará repetir los registros del pasado año, cuando conquistó el Campeonato de España de la modalidad.

El ermuarra tomará contacto con la Copa España el próximo fin de semana. “Ganarla es uno de mis objetivos”, establece. El sábado Laudio y el domingo Muskiz darán inicio al circuito, que asiste al despunte de jóvenes como el valenciano Felipe Orts o el cántabro Kevin Suárez, sus principales rivales en Karrantza, la última prueba que se embolsó el vizcaino. “Orts y Suárez están muy fuertes, pero también está Javier Ruiz de Larrinaga”, calcula el vizcaino, que confiesa no estar “todavía” en el mejor pico de forma del curso. Lo espera. “Aún tengo margen de progresión y de mejoría. Espero estar mejor a partir de noviembre”. Los entrenamientos sobre la mountain bike (disputa entre 8 y 10 carreras al año) y la bicicleta de carretera han tricotado el trampolín en el que se impulsa Aitor Hernández, brillante sol de otoño.