bilbao - Al destino, que es juguetón y ocioso, que le gusta agitar los dados para tirarlos o dejarlos caer según le convenga, le dio ayer por celebrar el nacimiento del nuevo Giro, el de 2016, y anunciar al mismo tiempo la retirada de Ivan Basso, estandarte italiano, que sonreía su despedida del ciclismo a los 37 años de edad en el mismo lugar en el que se trazaba el Giro que comenzará en Holanda y que coserá tres etapas contra el reloj en un recorrido que crece en dureza a lo largo de los días. Basso, teñido en rosa en 2006 y 2010, agarró la copa dorada de campeón, esa espiral estupenda, un tallarín que levita, para posar su adiós después de 17 campañas en activo y tras dejar atrás un cáncer de testículos detectado en el pasado Tour de Francia.

Afortunadamente, Ivan Basso superó la enfermedad y encara el futuro desde la formación en la que ha dado sus últimas pedaladas, el Tinkoff-Saxo, que le ha reservado un lugar en su estructura. Basso colaborará con el manager general, Stefano Feltrin, y el responsable deportivo, Steven de Jongh, durante la próxima campaña, en la que en principio Basso contaba con un dorsal para continuar en activo. A punto de cumplir 38 años, en su palmarés, además de los dos triunfos en el Giro, sobresalen el tercer puesto en 2009 y el quinto en 2012 así como dos podios en el Tour de Francia (tercero en 2004 y segundo en 2005). Ivan Basso su última victoria la logró en la Japan Cup de 2012.