LA excelente trayectoria del Bilbao Basket esta temporada no puede pasar desapercibida, aunque sus protagonistas quieren caminar por la Liga Endesa sin darse mucha importancia. Pero resulta imposible cuando ya son cuatro las ocasiones en que algún hombre de negro ha logrado la distinción de mejor jugador de la jornada: Marko Todorovic lo ha conseguido tres veces en las jornadas 2, 8 y 18, y Quino Colom, una, en la 15. Solo el Barcelona iguala en este capítulo en el que el Bilbao Basket también ha batido una marca histórica.

Nunca hasta ahora el equipo bilbaino había tenido cuatro MVP semanales en la misma temporada. De hecho, en alguna de las diez anteriores no tuvo ninguna. En la primera campaña en la élite, tres jugadores alcanzaron este honor: César San Martín, Germán Gabriel y Richard Scott. Ocurrió lo mismo en la 2009-10 con Marko Banic, Axel Hervelle y Álex Mumbrú y en la 2011-12 con dos de D’Or Fischer y otra más del pívot croata. Mumbrú sumó tres más: dos en el curso 2010-11 y otro en el 2013-14. La elección de Andy Panko en la campaña 2005-06 y la de Lamont Hamilton en la 2012-13 completan las catorce jornadas en las que el Bilbao Basket ha brillado a través de uno de sus jugadores.

Ahora, incluso, esta consideración ha ganado algo de peso ya que se concede al jugador más valorado entre los equipos que hayan conseguido ganar sus partidos. Colom, cuarto en asistencias en la temporada, y Todorovic, tercero en valoración, se han estrenado en esta faceta de MVP, lo que no es más que una traslación a las planillas estadísticas de la importancia que ambos tienen en los esquemas de Sito Alonso y de su propio rendimiento, que hasta ahora ha superado las expectativas que se tenían de ambos. Un buen base y un buen pívot son los puntales de cualquier equipo que quiere ser ganador y en el caso del Bilbao Basket esta máxima se cumple a rajatabla.

el tercer elemento El tercer vértice del triángulo lo ocupa Álex Mumbrú que ha salvado su fascitis plantar y se niega a perder su papel de referente. El balón pasa mucho menos por sus manos, pero eso le ha permitido ganar en capacidad resolutiva. De hecho, está firmando los mejores porcentajes de su carrera en triples (42%) y es ya el máximo anotador del equipo y el quinto de la Liga con 13 puntos por partido después de su soberbia racha de las tres últimas jornadas. Bertans promedia 12,1; Marko Todorovic, 11,1, y Colom, 10. Si se añade a Raúl López, queda que cinco jugadores anotan más de nueve puntos por partido, algo que el equipo bilbaino no tuvo en temporadas anteriores en las que, supuestamente, la plantilla tenía más calidad global.

Sito Alonso ha conseguido que ahora esa diferencia no quede tan clara al repartir la responsabilidad ofensiva y, sobre todo, la confianza entre más jugadores. El Bilbao Basket no juega a que destaque ningún jugador, no depende de nadie para construir su personalidad, sino que el funcionamiento coral lleva al brillo individual, que es lo que debe ser en un deporte de equipo. Al revés, ocurre muchas menos veces y el ejemplo perfecto fue el último partido en Fuenlabrada. Andy Panko firmó una actuación numéricamente irreprochable, con 40 de valoración, pero su equipo cayó derrotado.