Bilbao - El Bilbao Basket, al menos el ADN inconfundible que le ha convertido en la gran sorpresa y el matagigantes de esta Liga Endesa, se presentó con 15 minutos de retardo en el Polideportivo Fernando Martín de Fuenlabrada. Llegaron tarde las constantes vitales que han convertido a los hombres de negro en un conjunto granítico, muy difícil de ser abordado, pero llegaron con seguridad y aplomo y una vez que se quitaron de encima la flojera defensiva y cierta espesura en ataque sumaron la décimo tercera victoria de la temporada en un choque repleto de dientes de sierra y con ventajas considerables para ambos bandos pero que, sin embargo, acabó resolviéndose en un final ajustado en el que la compostura y las tablas vizcainas acabaron siendo un tesoro.

Los de Hugo López, necesitados de triunfos para abandonar el sótano de la tabla, trataron de opositar a la victoria merced a ese fantástico bastión que es Andy Panko (29 puntos, 40 de valoración) y a las concesiones que hicieron los de Sito Alonso en el arranque del choque, pero cuando los visitantes activaron sus cinco sentidos y apretaron sus engranajes defensivos sus costuras quedaron a la vista. Cuando el Bilbao Basket sabe que hace bien las cosas atrás no le cuesta demasiado fluir en ataque y ayer se volvió a ver un nuevo ejemplo. Tras el más que inquietante 40-28 en el ecuador del segundo cuarto, los hombres de negro mutaron completamente sus sensaciones y respondieron con un abrumador 4-23 liderados por la excelente labor en las distancias cortas de Marko Todorovic (20 puntos, 9 rebotes y 28 de valoración), el colosal acierto desde el triple de Álex Mumbrú (seis dianas de diez intentos), la inspiración de Quino Colom (17 puntos y 10 asistencias) y la labor oscura pero eficaz de Latavious Williams debajo del aro (9 puntos y 11 rebotes). Con estos cuatro pilares aguantando la estructura del equipo, a los anfitriones no les quedó más que rendirse ante la evidente superioridad de un grupo humano que arranca la segunda vuelta con la misma voracidad mostrada hasta el momento.

Y eso que el Bilbao Basket arrancó el duelo carente de filo en ataque y, sobre todo, sin plantar bien sus bases en la retaguardia y ello hizo que a los anfitriones no les costara demasiado trabajo coger vuelo en el luminoso. Con facilidades para hacer circular el balón y percutir desde posiciones de tiro liberadas, los de Hugo López encontraron una perfecta rampa de despegue desde la línea de 6,75 y las bombas de Díaz, Miso, Rodríguez y Panko dibujaron un peligroso 18-7. La entrada en cancha del añorado Bertans dio algo de brío al juego ofensivo vizcaino. Las muñecas del letón y de Mumbrú permitieron a los de Sito Alonso mover sus dígitos en ataque, pero el problema radicaba claramente en defensa, donde el Fuenlabrada aprovechaba los problemas en el rebote del rival y sus pérdidas de balón para mantener una renta holgada. Y si no, ahí estaba el efervescente Panko para, con cuatro puntos en los últimos 25 segundos, cerrar el acto inicial con un claro 28-17 en el momento más inquietante para los suyos. El Bilbao Basket seguía sin encontrar un quinteto que diera un rendimiento sostenible a su juego en ambas canastas. Probó Sito con una formación con tres bajitos (Raúl, Borg y Colom, con el andorrano sobre Panko en defensa) y Marko Todorovic y Latavious Williams en cancha, pero los locales siguieron anotando de la mano de Burtt y el de Harrisburg para lograr su máxima ventaja en el luminoso (40-28). Sin embargo, tanto movimiento de piezas acabó rindiendo dividendos para los visitantes. Bastó con un considerable rearme de la intensidad defensiva y que los interiores se enchufaran en ataque, sobre todo un Marko que acabó con 12 puntos en este segundo acto, para que el dibujo del choque cambiara de manera radical. El Bilbao Basket salió del pozo con un parcial de 2-12 y tuvo incluso dos balones para ponerse por delante en el marcador, pero visto lo visto el 42-40 en el ecuador de la contienda podía darse por muy bueno, excelente incluso.

Despegue y equilibrio Y la nueva dinámica se confirmó en la reanudación. El Fuenlabrada, con Panko tomando aire, seguía completamente atascado en ataque, lo que unido a la explosión anotadora de Mumbrú desde la línea de 6,75 y el poste bajo y a la extraordinaria actividad de Williams y Marko Todorovic en las distancias cortas dibujó un parcial de 2-11 en el arranque del tercer cuarto para un abrumador 4-23 unido al que se arrastraba desde antes del descanso. Así, el Bilbao Basket pasó a mandar en el marcador y los nervios cambiaron de bando. Con Panko bastante bien desactivado y Colom fluyendo en ataque y convirtiéndose en el principal compinche de fechorías de Mumbrú, los hombres de negro llegaron a mandar por 13 puntos (55-68), pero un triple sobre la bocina de Burtt rompió el estado de ensoñación de los visitantes y revivió a un Fuenlabrada que parecía absolutamente entregado. Porque los de Sito Alonso pegaron primero en el acto final, pero tras la cuarta falta de Colom el equipo perdió la compostura ganada en los minutos anteriores y permitió a su rival volver al partido con un 0-10 espoleado por el siempre amenazante Panko y el efervescente Diagne. Con 68-70, Marko Todorovic acudió al rescate y, junto a Mumbrú, permitió que los suyos no perdieran el equilibrio. Un triple de Raúl a 2:23 tras una jugada embarullada parecía aclarar el horizonte vizcaino (76-82), pero la respuesta inmediata de Vega y la insistencia de Panko y Akindele desde la línea de tiros libres alargó la incertidumbre. Una pérdida de los bilbainos dentro del minuto final con 83-87 incrementó la alarma, pero el blindaje defensivo frenó el último cartucho de los de Hugo López antes de que Colom y Raúl sentenciaran desde el tiro libre convirtiendo en realidad la 13ª victoria del curso y el derecho ganado a pulso de mantenerse en la zona noble de la clasificación.