bilbao - El entrenador vizcaino Miguel Ángel Lotina espera regresar el próximo año a la zona, bien a Catar, ese pequeño y riquísimo emirato árabe que ha convulsionado el mundo del fútbol, o tal vez para trabajar en el vecino Kuwait. Esas son sus expectativas de futuro, confiesa. El caso es que hace un mes optó por dimitir como entrenador del Al Shahaniya, un equipo recién ascendido a Primera División, después de haber dirigido tan solo dos partidos, con un empate y una derrota. No aclara los motivos que le empujaron a tomar tan sorprendente decisión, sobre todo porque el gran encanto de involucrarse en el emirato es el dinero, y sin embargo pondera la excelencia de su experiencia, tanto con los jugadores como en el país. Lotina, además, habla en esta entrevista sobre su fama de desciende equipos que le persigue en el Estado español y sobre la decepcionante temporada del Athletic, un caso muy similar, asegura, al que vivió él con el Celta cuando disputó bajo su dirección la Liga de Campeones en 2004.

Sólo dos partidos con el Al Shahaniya y dimitió ¿Qué pasó?

-No se quiere que se hable mucho de esto. La verdad es que me trataron muy bien y estaba muy a gusto. Los jugadores siempre habían tenido entrenadores árabes y les gustaba mis métodos. Pero hubo diferencias y opté por dejarlo. Los jugadores estuvieron una semana llamándome, intentado que recapacitara. El presidente no me aceptaba la dimisión, pero la tenía meditada y tomada.

Pero eso supondría renunciar a una buena pasta, supongo.

-Pero no todo es el dinero? no quiero comentar demasiado. Tengo una manera de ser. Yo fui a Catar por la necesidad de trabajar, no por dinero.

Sin embargo la gente del fútbol va a Catar porque pagan muy bien.

-Ese es el problema. Que la gente que va solo mira el dinero. Ellos no entendían que yo fuese a trabajar. Quería sentirme de nuevo entrenador y el dinero? es importante pero en mi caso no es lo más importante. Ellos estaban muy agradecidos al trabajo que hacía. Me daban las gracias por mis métodos de entrenamiento. Eran una maravilla de chavales. En el aspecto afectivo... en todo. Me hicieron llorar cuando dimití. Son muy cariñosos.

¿Cómo era el equipo y sus circunstancias?

-El equipo tenía sobre todo jugadores cataríes, pero también había extranjeros. Van a trabajar, mucho jordano, de Yemen, Egipto (además del madrileño Álvaro Mejía y el iraní Masoud, ex de Osasuna). Algunos eran soldados del ejército, policías, no eran profesionales del fútbol. Era un equipo amateur que nunca había subido a la máxima categoría. Nos estaba costando profesionalizarles. Pero la Federación de Catar está haciendo un gran esfuerzo para que en los equipos de Primera todos los jugadores sean profesionales. Les dan excedencia a los que trabajan para que, mientras estén en Primera, solo se dediquen a jugar. Les dan muchísimas ayudas e importan todo lo bueno de las ligas fuertes de Europa. En ese aspecto está muy bien. En todos los entrenamientos hay una ambulancia que manda la federación, con médico y enfermero. Dan gps para todos los jugadores y aportan técnicos para darte toda la información. Todo eso al club no le cuesta nada. Viven de la Federación. Allí se televisan todos los partidos, pero no hay un seguimiento grande, ni público en los campos. Ellos siguen sobre todo la Premier inglesa y la Liga española. La de allí no se sigue demasiado, pero la Federación ayuda mucho a los clubes.

Y su experiencia vital el Catar, ¿cómo fue?

-Ya estuve hace dos años y me gustó. El verano pasado me llamó un empresario al que no conocía y me dijo: Hay un club en Doha que me ha preguntado por tí, ¿te gustaría ir? Le dije sí. Me gusta conocer mundo y, la verdad, estoy muy contento de la decisión. He conocido otra forma de vivir, otra cultura.

Y su anterior aventura, en Chipre, ¿cómo transcurrió?

-Fue distinto. Era un club que tenía problemas económicos, aunque era un club grande, el Omonia. Yo no sabía que tenía esos problemas económicos. Los jugadores llevaban meses sin cobrar. En Chipre, además, hubo un tremenda crisis financiera? Si no juegan en Europa, no tienen dinero.

Lo que sí imagino son las ganas enormes que tendrá de tomarse la revancha y quitarse el sambenito que le han colgado de entrenador desciende equipos, de gafe.

-¡Ah! sí, pero solo he descendido con un equipo estando desde el principio hasta el final, y fue con el Depor. Y vamos a ver qué dicen los jueces dentro de unos meses.

¿Como víctima del presunto apaño entre el Levante y el Zaragoza?

-Claro. En otros descensos he tenido mi participación, lo reconozco, pero hay entrenadores que han tenido más descensos que yo y eso no se cuenta. Si tú preguntas qué entrenador descendió el año pasado muchos no se acuerdan, se acuerdan del equipo. Y sin embargo se acuerdan de Lotina. La temporada pasada descendieron tres equipos y Lotina no estuvo en ninguno de los tres.

Supongo que cuando se enteró del presunto amaño del Levante-Zaragoza le daría un coraje tremendo.

-Sí, sí. Ya sabía algo. Me llamó algún periodista que se dedica a investigar... Ahora, a esperar qué dice el juez. Hasta ese momento prefiero estar callado. Fue un descenso con 43 puntos... muy raro.

¿Lo pasa mal sin entrenar?

-No, no, que va. Me gusta entrenar, sobre todo el día a día, y sí lo hecho de menos, o por lo menos cuando disfruto. Por ejemplo en Doha, disfrutaba hasta en el mes del Ramadán, que entrenábamos por la noche y durante el día teníamos que estar en el hotel. Cuando no entreno disfruto del fútbol de otra manera, viendo muchos partidos, analizándolos más fríamente. Y disfrutas más de otras cosas, de un libro, del cine, de hacer deporte.

Y además ya tendrá la vida solucionada, supongo.

-Eso... Mi padre decía que de belleza y de dinero, la mitad de la mitad.

¿Le sorprende el inicio de temporada que ha tenido el Athletic, tan desconcertante, por no decir desalentador?

-Eso le ha pasado a muchos equipos que no están acostumbrados a jugar la Champions y de repente? Me pasó a mí con el Celta, a la Real el año pasado. Y al Athletic le ha sucedido lo mismo. Jugadores que el año pasado nos parecían a todos unos fenómenos ahora resulta que no lo son. Es algo totalmente psicológico, una de las verdades del fútbol es que es muy emocional. Hubo sobre todo dos derrotas, la del Granada en la Liga y la del Bate Borisov en la Champions, que hicieron mucho daño. Y luego parece que físicamente están mal, pero se trata del estado emocional.

¿Su experiencia en el Celta fue similar?

-Fue parecida. A mí me cesaron cuando estábamos en octavos de la Champions y en cuartos de final de la Copa. Y en la Liga estábamos sobre el 15 en la tabla. Pero el equipo... no había manera. Por mucho que digan, la motivación en el fútbol es muy importante. A veces, la gente que no ha jugado al fútbol dice que los jugadores cobran tanto y no se motivan, pero es que la presión... Cuando estás jugando la Champions, el aficionado, los periodistas, todos hablan de la Champions. Seguro que ante Oporto hubo muchos más periodistas, más expectación. Mientras no juguemos con máquinas la motivación es fundamental, pero también pesa mucho la presión, y a veces no nos damos cuenta de eso.

¿Que perspectivas de futuro tiene?

-En principio, el año que viene espero volver a la zona, no sé si a Catar o Kuwait. Es un sitio que me gusta. Allá miran mi trayectoria y el historial que tengo. Si no te quedas en los descensos y empiezas a mirar los partidos, es otra la perspectiva. Allí valoran mucho la experiencia y yo llevo 14 años en Primera División.

En Catar se disputará el controvertido Mundial de 2022 ¿Qué opina, conociendo el terreno?

-Allí el fútbol es tremendo. Van a hacer unos estadios estupendos. (Catar invertirá más 3.200 millones de euros sólo en la construcción de nueve estadios y la renovación de otros tres).

Y 50 grados de temperatura.

-Sí, bueno, pero la última noticia que he leído es que se puede adelantar a mayo, y si se adelanta a mayo, por la noche se puede jugar perfectamente. Nosotros entrenábamos a las nueve y media de la noche de allí, en junio. A veces la humedad era sofocante, pero la mayoría de los días el entrenamiento era con una temperatura bastante normal y soportable. Si lo adelantan a mayo se puede jugar el mundial tranquilamente. Hace calor, pero no más que en Córdoba o Sevilla.

Y si no, se pone aire acondicionado. Será por dinero...

-Por ejemplo. En Catar ya hay algún estadio que se cierra y juegan con aire acondicionado cuando hace mucho calor. La tecnología lo hará posible. Lo que está claro es que se va a jugar en Catar. Están construyendo un metro que llegará a todos los estadios. Están gastando muchísimo dinero en todas las infraestructuras necesarias. Esto no se puede parar.

Otra opción que barajan es programarlo para noviembre o diciembre. Parece una locura.

-Eso es imposible. En un año no rectificas el desbarajuste que se puede crear en las ligas. Además, para ir a un Mundial tienes que ir con al menos veinte días de preparación.

¿Se ve entrenando en la Liga española?

-Eso nunca se sabe. Tiene que ser con alguien que me conozca y que haya trabajado conmigo.

Para sacarse la espina.

-Qué le vamos a hacer.