bilbao. Ayer por la mañana, mientras Samuel Sánchez anuncia que no esperará más de dos semanas para encontrar equipo y seguir corriendo, Chris Horner desvela que lo ha hallado, ¡eureka!, después de pasarse cinco meses buscándolo desde que ganara la Vuelta, y que vestirá el maillot del Lampre, donde volverá a coincidir con Josean Fernández Matxín casi una década después. Amets Txurruka, el chico valiente de Etxebarria, anduvo así también, pensando que la imponente primera mitad de temporada -inagotable en la Vuelta al País Vasco y victorioso en la Vuelta a Asturias, bravo también, después, en la Vuelta a España- le abriría alguna puerta del World Tour. "Pero este no era el año. El mercado estaba raro y difícil, así que cuando vi que la cosa se aplazaba sin respuesta opté por quedarme aquí, que estoy muy a gusto", dice sobre su segunda temporada en el Caja Rural-Seguros RGA, que se presentó ayer en Iruñea con el foco del Baluarte iluminando a Luis León Sánchez, símbolo del deseo de grandeza del equipo navarro, que ya es segundo del escalafón estatal tras el Movistar.

"El equipo se ha fortalecido para ser más grande", proclama Txurruka, que es pequeño y ligero, escalador y todas esas cosas, pero sobre todo, duro y obstinado, que es la manera en la que alcanzó en 2013 el éxtasis de la victoria (Asturias) después de despedirse de Euskaltel y el World Tour que ahora no echa en falta en acceso porque al final, dice, el calendario no dista tanto el uno del otro y, sin embargo, las oportunidades de lucirse se multiplican. "Solo hay que saber aprovecharlas y tener suerte con varias cosas, que es lo que me ocurrió a mi el año pasado y ahora que arranco de nuevo veo lo difícil que será mejorar los resultados, así que en lo que pienso es en demostrar que este, el que se vio el año pasado, es mi verdadero nivel". Confirmarse supondría el despegue de Amets, un ciclista con alas.

Un virus que contrajo cortó las de Omar Fraile (Santurtzi, 1990) cuando en agosto se disponía a despegar en la Volta a Portugal. En primavera, el vizcaino del Caja Rural había dado alguna bella pincelada de todo lo bueno que promete, como aquella etapa dantesca de la nieve, el frío y la lluvia de la Vuelta al País Vasco en Beasain, donde Unzue, que mascullaba en silencio el triunfo de Nairo Quintana, archivó en la pupila la presencia espigada y poderosa de Omar, al que le tiene echado el ojo. Le podrá empezar a seguir desde ya mismo, porque el vizcaino, que ha debutado en el Tour de Gabon donde Luisle estrenó el palmarés del equipo, se embarca desde este fin de semana en la intensa gira francesa que le tendrá cerca de un mes lejos de casa. "Es un inicio de año cargado, pero me vendrá bien para estar a tope en primavera". En esa época se corre la Vuelta al País Vasco, la carrera que le dio fama en 2013 y que desea volver a correr, "aunque ahora la competencia es mayor y habrá que apretar". Para hacerse un hueco en el equipo que dispute la ronda vasca y para subir algún peldaño más en su progresión. "Me gustaría ser más constante y estar más metido en la general de alguna carrera. Y también, claro, ganar aprovechando alguna de las oportunidades que ya tuve el año pasado y malgasté".

"Ilusiones renovadas" De la temporada pasada poco tiene que destacar Pello Bilbao (Gernika, 1990) salvo que fue lo suficientemente dura y desesperante como para pensar en que todo lo que llegue tiene que ser bueno por necesidad. "Como todo cambia, me siento con ilusiones renovadas y encuentro nuevas motivaciones", dice el tercer vizcaino del Caja Rural, un ciclista del que siempre se han hablado maravillas. "Pero en 2013 me estanqué", reconoce; "y ahora solo pienso en que en este equipo las cosas pueden ser diferentes, empezando por el calendario, que me da más libertad para lucirme". Estima que se le puede dar bien la Copa de Francia que disputa desde este fin de semana; anhela correr la Vuelta al País Vasco, y no se descarta para la Vuelta a España que pudo correr el año pasado con Euskaltel aunque al final se quedara fuera del equipo.

Siente que puede despegar Pello Bilbao en el Caja Rural que se presentó ayer en Iruñea en un acto en el que también se fotografió el equipo aficionado donde corre este año Miguel Indurain, 18 añitos anda más e hijo del campeón navarro, un niño aún que apenas ha empezado a volar.