Agosto. Calor. Playas. Todo el paquete completo en estos días de verano. ¿Y la bici? Hay mucha gente que en verano deja reposar la bici y aprovecha para descansar con la familia, pero también hay quien saca jugo a los días de vacaciones para meterse esas palizas de largo recorrido para las que no tiene tiempo el resto del año.
Pues aquí os propongo una ruta que lo tiene todo: costa, playas, dureza y un largo recorrido. Un paseo por la costa vasca uniendo en una etapa de 180 kilómetros el Kursaal de Donostia con el Museo Guggenheim de Bilbao.
En Euskadi tenemos la inmensa suerte de que prácticamente a lo largo de toda nuestra costa podemos ir por carretera muy pegados al mar. Esto nos permite realizar excursiones muy bonitas con vistas a nuestro Cantábrico azul, rodeados de los verdes de los montes, prados y bosques (o plantaciones) de pinos, eucaliptos y otros árboles que nos rodean. Salitre y olor a pino. Todo en uno.
Además, casi todos los pueblos de nuestra costa son por sí mismos un objetivo por su atractivo, vistosidad y alegría, sobre todo en verano. Y tampoco es de despreciar la oportunidad de parar en alguno de ellos a tomar algo, pues pocas cosas hay más refrescantes que tomar unos pintxos con una copa de txakoli en cualquiera de los puertos pesqueros que nos alegran la excursión cada pocos kilómetros.
Pero, comencemos, que el día va a ser largo.
Tomamos como punto de partida los cubos del Kursaal, en el barrio donostiarra de Gros, para cruzar luego toda la Concha y dirigirnos a Orio por la dura subida de Igeldo, eso sí, con poco tráfico. Ya en Orio (km. 18) no nos queda más remedio que meternos en la N-634 en la que seguiremos por la costa hasta Deba. Pasaremos el Alto de Orio, una tachuela, y luego rodaremos junto a los arenales de Zarautz (km. 24), el coqueto ratón de Getaria (km. 28) y Zumaia (km. 34) hasta que ya en Deba (km. 50) tras el Alto de Itziar, abandonamos esta concurrida carretera y seguimos por la costa de Gipuzkoa por Motriko para entrar ya en Bizkaia en Ondarroa (km. 60).
Entre Ondarroa y Leketio tenemos una carretera de muy poco tráfico y plagada de curvas y repechos, y tras pasar la bonita villa de Lekeitio (km. 74) la ruta hasta el breve pueblo de Ea se separa un poco de la costa. Desde Ea tenemos una nueva subida de cierta entidad hasta el barrio de Natxitua (km. 87). Luego bajamos hacia Ibarrangelua pasando por la playa de Laga (km. 94), una de las más atractivas de la costa vasca, con el imponente Cabo Ogoño que la escolta.
Ahora daremos un gran rodeo para bordear esa maravilla natural que es la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, por lo que debemos ir por los arenales de Laida hasta Gernika (km. 108) para tomar la carretera de Bermeo, por la margen izquierda de la Ría de Mundaka.
En Bermeo (km. 122) obviamos la subida a Sollube, uno de los puertos históricos en el ciclismo vasco, para ir hacia Bakio admirando uno de los puntos más atractivos de nuestra costa, San Juan de Gaztelugatxe (km. 130) por el Alto de San Pelayo. Atravesamos Bakio (km. 133) e iniciamos un tramo de carretera muy pestoso, con continuas subidas y bajadas y rodeados de eucaliptos que nos impiden ver el mar, hasta Armintza (km. 149), un pequeño puerto pesquero muy tranquilo.
Ya pasado Plentzia (km. 156) vamos acercándonos a la zona del Gran Bilbao por Getxo (km. 170) viendo el Puente de Bizkaia en Las Arenas, y la carretera de la Ría nos llevará a Bilbao por San Ignacio hasta culminar nuestra hazaña junto al símbolo del Bilbao moderno, el Museo Guggenheim, tras 182 kilómetros en los que habremos sumado casi 3.000 metros de desnivel. Una verdadera etapa de montaña al borde del mar.