Bilbao. 24 horas para recorrer en bicicleta los 751 kilómetros que separan Orreaga de Santiago. Ese es el objetivo del donostiarra Mikel Azparren, que quiere entrar por la puerta grande en las pruebas de ultrafondo. "Quiero hacerlo en menos de 24 horas", declaró Azparren a DEIA. De lograrlo, batiría el récord del bilbaino Julián Sanz, de 27 horas y 30 minutos, el más rápido en este tramo del Camino de Santiago. El ciclista saldrá mañana a las doce del mediodía de la localidad navarra de Orreaga.
"Quería buscar el límite de mi cuerpo, saber si podía adaptarme a las pruebas de ultrafondo", explicó el donostiarra. Azparren lleva tres meses preparándose "exclusivamente" para el reto y desde enero "acumulando kilómetros en bici". El donostiarra ha ido dejando constancia de su preparación en su web, workcycling.com, donde también se informará kilómetro a kilómetro de los progresos de Azparren durante el reto.
El ciclista ha planificado a conciencia la tentativa de récord. Respetar las velocidades medias previstas será vital para la consecución de la hazaña. "En llano tengo que rodar a 35 o 36 kilómetros por hora", afirmó. Azparren buscará "mantener frecuencias altas" durante su maratoniana jornada.
El donostiarra se enfrentará a tremendos obstáculos. El primero, como él mismo reconoce, su "inexperiencia en las pruebas de ultrafondo". Azparren afronta su primera incursión en este tipo de prueba. "No sé cómo va a reaccionar mi cuerpo", explicó. Aunque ha entrenado duramente y conoce bien el mundo del ciclismo, fue mánager del Caja Rural y ha disputado carreras como la Quebrantahuesos, que llegó a disputar en tándem, nunca antes ha superado los 500 kilómetros del tirón. La horas rodando en noche cerrada y las consecuencias del necesario descanso también preocupan al donostiarra. Azparren se detendrá a dormir unos 25 minutos y su rendimiento tras el parón es una incógnita hasta para él mismo.
El pistoletazo de salida al desafío será mañana a las 12.00 en Orreaga. La elección de esta hora no es casual. "Quería quitarme las horas más duras de calor en las primeras horas", explicó un Azparren que no ha dejado ni el más mínimo detalle al azar.
El ciclista contará con el apoyo del Ayuntamiento de Donostia que se ha encargado de realizar las gestiones pertinentes con otros ayuntamientos para que nada detenga a Azparren durante su trayecto. "No puedo pararme en un semáforo o en un stop y el Ayuntamiento se ha encargado de que donde vaya haya un policía municipal", explicó. El reto tiene también un lado solidario más allá del meramente deportivo. Cada kilómetro que recorra Azparren se puede comprar al precio de un euro, y lo recaudado irá destinado a la ONG Ciclismo Solidario y su proyecto de construcción de un hospital en Malí.