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EL mundo del golf mira estos días a Ultzama. Sobre el verde de esta localidad navarra se ha moldeado la nueva estrella del golf femenino del Viejo Continente. Carlota Ciganda solo tiene 22 años. Apenas le ha dado tiempo a pasear su carro de palos una temporada por el Circuito Europeo, pero le ha bastado para demostrar que está llena de talento. La golfista navarra, en su año de debut, ha conseguido ganar la Orden del Mérito y proclamarse mejor golfista europea del año. Ese hoyo en uno tan especial no lo conseguía ninguna mujer desde que lo firmara, en 1985, la inglesa Laura Davies, una leyenda viva del golf femenino. Por eso Ultzama se ha convertido de pronto en el ombligo del mundo del golf. Allí está Carlota, intentando desconectar del green por unos días antes de volver a los entrenamientos en enero. Intenta estar con los suyos y digerir la gesta rubricada en Dubai.
"Estoy contentísima, creo que es un premio a todo el esfuerzo y al trabajo que hago desde hace tiempo. Ahora solo pienso en disfrutarlo y en descansar", confiesa la navarra. Su gesta le ha privado de poder disfrutar de sus primeros días en Ultzama. Compromisos, entrevistas y dos escapadas relámpago a Alemania y Madrid han retrasado las celebraciones con los amigos más íntimos. Pero ella lo acepta de buen grado. Sabe que sus logros ponen en primer plano el deporte que ama: "El golf necesita que se le dé mucha más difusión de la que tiene ahora mismo".
Desde que era adolescente y comenzó a destacar en categorías inferiores, a Carlota le ha perseguido la sombra de su tío, el carismático exdelantero del Athletic y hoy en día técnico del Bilbao Athletic, Cuco Ziganda. "Recuerdo a Carlota con su padre jugando al golf siendo una renacuaja", explica el entrenador, "le estoy viendo con un hierro en la mano". Ziganda tiene claro que una de las claves del éxito de su sobrina está en su cabeza: "Carlota ha estado muy bien educada. En casa la han llevado siempre de una manera muy tranquila, recalcándole siempre que lo primero era seguir los pasos y la evolución que tiene que llevar una cría normal y corriente. Siempre se le ha recalcado la forma de ser, de comportarse... La educación era lo primero y después estaba el golf. Ni se le ha mimado más, ni se le ha exigido más". Su precocidad no ha hecho que Carlota despegue sus pies del suelo: "A pesar de que tiene el currículo que tiene, es la chica más normal del mundo, la más sencilla y, sobre todo, es una persona que no le da excesiva relevancia ni importancia a lo que ella hace. Si no le vieses con un palo de golf, te transmitiría mucha sencillez, mucha dulzura y muchísima corrección. Carlota es eso".
un final disputado La descripción de su tío se ajusta al halo de humildad que desprende Carlota en unas fechas en las que vive esquivando halagos. "No me esperaba esto para nada", aclara la golfista, "no tenía muchas expectativas. Mi idea era jugar e ir conociendo el Circuito, porque no tenía mucha idea de qué me podía encontrar. Empecé colándome entre las diez mejores en varias pruebas, luego gané dos torneos y me coloqué entre las cinco primeras clasificadas. Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía que luchar por acabar lo más arriba posible". Luego llegó su triunfo en el Open de China, lo que convirtió el tramo final de la temporada en un pulso entre la alemana Caroline Masson y ella.
El título lo ha decidido el último torneo en Dubai y su desenlace no fue apto para cardíacos. La actuación de Ciganda fue discreta y Masson tenía el triunfo en su mano, pero le pudo la presión. "Estaba viendo su actuación porque yo había terminado ya de competir y tengo que confesar que estaba muy nerviosa porque nada dependía de mí", relata Carlota. "Me llevo muy bien con Caroline y no le deseo nada malo, pero o ganaba ella o lo hacía yo. Al final se quedó destrozada y lloró mucho, pero está claro que solo puede vencer una. Esta vez me tocó a mí, pero seguro que en otra ocasión puede disfrutarlo ella".
Carlota tal vez no esperaba hacerse con el trono europeo nada más llegar, pero a los que le conocen, a sus familiares, su eclosión no les ha supuesto una sorpresa. Cuco Ziganda conoce bien su progresión: "Lo que ha conseguido no es fácil. Lo que pasa es que, viéndole jugar al golf desde hace años como le hemos visto nosotros...". El exfutbolista destaca el talento innato de su sobrina, pero no olvida su capacidad de sacrificio: "Tiene un don que ha nacido con ella. Está claro que lo tiene que cultivar, porque si no sería difícil progresar como lo ha hecho. Pero es que es muy buena, puede llegar a donde ella se proponga".
Tras su éxito europeo el mundo del golf está pendiente del salto de Carlota Ciganda a Estados Unidos, donde ya se formó durante su etapa universitaria de los 18 a los 21 años. La de Ultzama no tiene prisa: "Antes o después competiré en Estados Unidos, pero es algo que veo a largo plazo. Me lo tomo con calma porque estoy muy contenta en Europa e iré cuando me sienta preparada para ello, como mínimo dentro de dos o tres años". José Ángel Ziganda da fe de la cautela de la golfista a la hora de decidir sus pasos profesionales: "Habiendo demostrado ser la número 1 en Europa, parece que lo más normal es irse a Estados Unidos. Ella parece que aquí tiene otras cosas: una buena preparación, es feliz con su familia, en su entorno. Da los pasos justo en su momento. Es muy pausada, pero no se para, siempre está avanzando. Aunque tenga 22 años no busca el camino más corto para ser la número 1 en Estados Unidos, busca el camino adecuado".