El canadiense Ryder Hesjedal sufrió en los últimos kilómetros pero logró defender la "maglia" rosa al entrar con el primer grupo, que llegó encabezado por Joaquim Rodríguez, tercero y beneficiario, por tanto, de los 8 segundos de bonificación.
La ventaja del líder Hesjedal se reduce ahora a 9 segundos sobre Joaquim Rodríguez y 15 sobre el italiano Paolo Tiralongo.
El último ascenso, de 9 kilómetros, hasta la cima situada a 1.87 metros de altitud, dejaba sin opciones a los esprinters puros, ninguno de los cuales consiguió meterse en el grupo principal.
La escapada del día, formada hacia el km. 25 por el costarricense Andrey Amador (Movistar), el francés Julien Berard (AG2R), el polaco Tomasz Marczynski (Vacansoleil) y el vasco Miguel Mínguez (Euskaltel), llegó a tener más de diez minutos de ventaja y, como en la etapa precedente, comenzó a disminuir a 100 km de la meta.
El Katusha de Joaquim "Purito" Rodríguez, que ayer sólo pudo ser cuarto en el primer final en alto, trabajó al frente del pelotón junto con el Liquigas de Iván Basso, mientras el Lampre, a la expectativa, arropaba a su líder, Michele Scarponi, campeón del Giro en 2011 tras la sanción al vencedor, Alberto Contador.
A 50 km. de la llegada la fuga se había reducido a un dúo. Marczynski y Amador mantenían la lucha por el triunfo, ya con menos de cinco minutos de margen frente a un pelotón comandado ahora por el Astana, que en la etapa anterior había vencido por medio de Paolo Tiralongo.
El Katusha avivó el ritmo a 40 kilómetros para echar abajo la fuga con la esperanza de que Purito pudiera vencer arriba e, incluso, vestirse de rosa aprovechando los 20 segundos de bonificación.
El líder, el canadiense Ryder Hesjedal, pinchó a 20 kilómetros de meta y tuvo que cambiar la rueda pero logró reincorporarse al primer grupo antes del comienzo de la ascensión a Lago Laceno.
La escapada murió cerca de la pancarta de 16 kilómetros, dando paso a momentos de tregua hasta que a 6 de meta atacó Domenico Pozzovivo, un peso pluma de 53 kilos que abrió un hueco de medio minuto. En su busca salió Beñat Intxausti, que escapó al control del Liquigas.
Intxausti tenía tres kilómetros por delante para descontar los 22 segundos que le llevaba Pozzovivo, pero el italiano, con un desarrollo largo, conservó su ventaja hasta el final.