Mientras la competencia de McLaren va cediendo terreno, la pugna en el seno del equipo de referencia en la actual Fórmula 1 crece de manera apasionante. El Gran Premio de Austria sirvió el abandono de Max Verstappen, que se aleja del título como náufrago en el mar que ve alejarse su barco de manera irremediable, y un enconado duelo de los pilotos papaya, que cada jornada de trabajo ofrecen más argumentos sobre sus candidaturas al trono. Son dos hombres y un destino. 

Tal fue el ritmo que tuvieron que imprimir en esa batalla interna Lando Norris, el ratón, y Oscar Piastri, el gato en la persecución, que los McLaren establecieron unas diferencias abrumadoras con el resto de equipos. El primer Ferrari, Charles Leclerc en tercera posición, alcanzó la meta a 19,8 segundos del ganador; el Mercedes más avanzado, George Russell en quinto lugar y ganador de la carrera anterior, cruzó la bandera ajedrezada a 62,3 segundos. Qué decir del primer Red Bull, el de Yuki Tsunoda en decimosexto lugar, a dos vueltas de distancia. 

McLaren ha transformado el campeonato en una lucha entre sus pilotos. Norris, dominador a lo largo de las sesiones previas a la carrera, protagonizó una brillante victoria tras soportar una constante presión de Piastri que le hizo incluso salirse de la pista. 

El piloto de Bristol disparó su monoplaza en primera posición. Piastri, líder del Mundial, ganó la posición a Leclerc en los primeros metros y se instaló tras su compañero. A partir de ahí dio comienzo una persecución memorable.

En esos compases inaugurales, Kimi Antonelli se tiró de forma alocada a por el ángulo y mientras sus neumáticos lanzaban humo se estrelló contra Verstappen. El italiano fue una bola de bolera. “Idiotas”, criticó el neerlandés, que ya sí, cede puntos en lo que ya se antoja como una remontada improbable. Está a 61 puntos de Piastri. “Estas cosas pasan. Todos hemos cometido un error como este y no me lo tomo como algo personal. No estoy disgustado”, entonó tras la carrera, al conocer que al responsable era su amigo Antonelli. Existe un punto de resignación en el discurso de Max. Quizás empiece a doblegarse ante el potencial de McLaren. Al fin y al cabo, persigue reeditar su título con el que probablemente sea el cuarto mejor coche de la parrilla. Si a eso se le suma la mala fortuna...

El accidente de Antonelli y Verstappen provocó la entrada del coche de seguridad. Tras la reanudación, McLaren inició una demostración de potencial. Norris tiraba y Piastri replicaba. En el sexto giro se abrió la ventana de DRS. La presión de Piastri fue severa. En la vuelta 11 de las 70 pactadas Piastri lanzó el morro de su coche en una entrada a curva, alcanzó el liderato, pero Norris traccionó mejor en la salida del ángulo y recuperó el liderato. En el giro 17, Norris acusó la intimidación de su compañero y se salió de la pista. En el garaje de la fábrica de Woking crecía la tensión. Norris apuraba toda la anchura de la pista; Piastri no abría tanto la trazada, rodaba más fino para proteger los neumáticos y el coche de la amenaza de los arcenes.

El punto de inflexión

En la vuelta 20 llegó el punto de inflexión. Piastri atacó por el interior bloqueando los frenos y estuvo cerca de impactar contra Norris. A un pelo del drama, en ese mismo giro el box de McLaren puso fin a la batalla. Ordenó la primera parada de Norris. Separó a sus pilotos con estrategias de neumáticos diferentes. “No deberías de hacer otra vez esa maniobra”, recriminaron a Piastri.

Pero eso no hizo remitir el duelo. Cuando ambos pilotos habían completado la segunda y última parada, la diferencia era de 6,5 segundos. Piastri logró a reducir la desventaja hasta los 1,5 segundos en los instantes finales. Irreductible el australiano. En plena remontada, el doblado Franco Colapinto no le vio aproximarse y le llegó a sacar de la pista. “Ha sido intenso. He empujado toda la carrera. Hemos tenido buenos lances, ha sido divertido, pero bastante estresante”, admitió Norris.

Piastri, el perdedor en este duelo por la jerarquía de McLaren, se mostró en la misma línea: “Ha sido intenso. Espero que haya sido interesante de ver, porque ha sido un trabajo muy duro, una buena batalla, pero un poco al límite. Incluso, quizás haya sobrepasado ese límite”. Y es que el australiano terminó pidiendo disculpas por lo ocurrido en la curva 4, cuando estuvo cerca de provocar un doble abandono.

Piastri-Norris: solo 15 puntos de diferencia tras 11 carreras

Con este resultado el campeonato adquirió equilibrio. Norris redujo la ventaja de Piastri desde los 22 puntos hasta los 15, una diferencia ínfima después de once carreras. Aguardan emocionantes carreras que pueden generar un cisma en McLaren, donde no hay reglas –“son libres de competir”, proclaman–, algo interesante para el espectador pero preocupante para la escudería, que tal vez adopte medidas tras lo vivido en Canadá, donde Norris chocó con Piastri y tuvo que abandonar, y en Austria, donde esta vez Piastri estuvo cerca de replicar la acción. ¿Quién sería el piloto obediente? ¿Quién se declararía en rebeldía? Al fin y al cabo, no todos están en condición de poder ser campeones de Fórmula 1 algún día.  

“El ritmo no era suficiente; eran demasiado rápidos”, lamentó Leclerc, en tercer lugar y ganador del duelo con Lewis Hamilton, cuarto. Las sorpresas llegaron con los pilotos clasificados entre la sexta y la décima posición, con Liam Lawson, Fernando Alonso, Gabriel Bortoleto y Esteban Ocon rebasando la meta en este orden. 

Carlos Sainz no pudo tomar la salida. Quedó parado en la parrilla de salida cuando se emprendía la vuelta de calentamiento, lo que retrasó la salida de la carrera. Seguido, cuando estaba dispuesto a partir desde el pit lane, los frenos comenzaron a arder, lo que le impidió participar en el Red Bull Ring..