Bilbao. Alberto Zerain y Juan Carlos Arrieta Txingu detallaron ayer en Gasteiz los pormenores de su expedición al Nanga Parbat, frustrada por el mal tiempo. Las peores condiciones climatológicas de los últimos veinte años imposibilitaron que los dos montañeros vascos alcanzaran su objetivo; ser los primeros en seguir la arista Mazeno para hollar al estilo alpino (sin oxígeno, cuerdas fijas, campos de altura preparados con antelación ni sherpas) este gigante de 8.125 metros, la novena cumbre más alta del mundo.

"La decisión de abandonar es triste, pero es la correcta. Las condiciones han sido siempre malas y durante las tres semanas que pasamos solos en el campamento base no hicieron más que empeorar. Ahí arriba incluso hemos vivido un pequeño terremoto -4,2 en la escala Richter-", lamentó Zerain, quien también reconoció que, pese a no haber logrado el objetivo final, "la experiencia ha sido muy buena, porque siempre es bonito comprobar cómo se comporta uno mismo ante unas condiciones tan malas y, sobre todo, porque volvemos con la satisfacción de haber empezado a abrir una nueva ruta hacia la cima del Nanga Parbat; hemos pisado donde nadie lo había hecho antes y eso es una satisfacción". "No me importaría volver, aunque plantearía la expedición de otra manera porque me gusta buscar retos nuevos y no quiero repetirme. Quizá podríamos realizar la aclamación en algún ochomil", indicó dejando abierta la posibilidad de realizar un nuevo intento por hollar la "montaña desnuda".

Pese a haber realizado hasta tres intentos y a los problemas de salud de Txingu, debilitado por una gastroenteritis, finalmente fueron las tormentas junto a las avalanchas de piedra y los fuertes vientos los que, el día 22, hicieron desistir a los montañeros, a quienes en el campo base se había unido el argentino Leonardo Proverbio, Cuny.