BILBAO. PODÍA haber parafraseado al poeta heleno Constantine Cavafy y soltar aquello de "no me digas que fue un sueño" cuando al mediodía de ayer -solo pocas horas después de haber profanado el Martínez Valero, dar rienda suelta a la celebración y dormir lo justo- Mikel Rico (Barakaldo, 1-XI-1984) descolgó el móvil, aún colapsado por más de ochenta mensajes sin devolución, para atender la llamada de DEIA y desgranar los pormenores del ascenso del Granada a la Liga BBVA, 35 años después, y sobre su aportación en su primer curso en la entidad andaluza. "El héroe callado", describían al centrocampista de Arrigorriaga en los diarios que siempre se vieron obligados a enarbolar a la Alhambra al carecer de un club en la máxima categoría, la que propicia primeras páginas. De lo acontecido fuera del campo en el combate frente al Elche, "casi mejor" pasar de soslayo. "Una vez que el árbitro pita el final es mejor olvidar todo lo sufrido porque esta alegría es demasiado grande como para empañarla".

A Mikel se le empezó a conocer el pasado verano como "el hombre de los 600.000 euros", desembolso nada habitual en la Liga Adelante y que efectuó el Granada al Huesca, siendo el traspaso más caro en la historia del conjunto aragonés a pesar de que el currículo del vizcaino no era deslumbrante. Había probado con el Basconia, donde no convenció, y después se enroló en el Conquense y el Poli Ejido. Los aficionados basauritarras recuerdan de él cómo se desenvolvía por la banda derecha, muy capacitado para actuar en mediapunta. Polivalencia que ha ido acrecentado en sus diferentes estaciones. Esta temporada ha sido quien más minutos ha disputado en la categoría de plata y lo ha hecho jugando de interior, lateral y central si hiciera falta. "Cuando llegué aquí tuve la suerte de que me salieron bien los dos o tres primeros partidos, la gente y la prensa se puso de mi lado y me quité un peso porque si no, por lo que pagaron por mí, se me habrían echado encima. He sentido mucho apoyo y pronto se fueron olvidando del dinero que costé", explica Mikel, del que hablan maravillas. "Además de muy buena gente, posee gran fortaleza física y sube muy bien hacia arriba", dicen en el entorno granadino. "Si ya tuviera un último toque letal, sería un crack".

El Huesca, donde completó tres campañas, "ha sido quien marcó mi porvenir porque me puso en el escaparate", constata Rico, apaciguando con este grato recuerdo momentos no tan benignos. "He estado en Tercera División cobrando 600 euros con los que me pagaba el piso, y en Segunda B me tiré siete meses sin cobrar. Huesca fue como mi primera salvación. No quería volver al Poli porque en principio no contaron conmigo y me hicieron salir de mala manera; cuando me obligaron a irme me sentí mal y se negaron a darme la carta de libertad", rememora. Por eso otea la Primera División como una ensoñación: "Cuando estaba en el Basconia era algo prácticamente imposible. Jugaba al fútbol porque me gustaba, a modo de diversión, nunca pensé en vivir de esto y en ser profesional (ha trabajado en la obra y en empresas de todo tipo). Por eso al saber que en casa no contaban conmigo me salió lo del Conquense, me la jugué y son ya ocho añitos lejos de la familia y los amigos. Creí que mi techo estaba en Segunda. Al pasar por todos los escalones esto se disfruta más".

interés de athletic y osasuna Su progresión no ha pasado desapercibida. O al menos eso asegura Juan Carlos Cordero, secretario técnico del Granada: "En Lezama no destacó pero es el típico jugador al que se le descubre tarde". Confirma igualmente que "Athletic y Osasuna han mostrado su interés por su evolución y le están siguiendo". El futbolista prefiere no ilusionarse: "Es algo que ha aparecido en prensa y que suena pero a mi representante no le ha llegado nada. Si fuera cierto, yo no podría estar más que agradecido aunque solo sea por dedicarme esa atención. ¡Cómo no! Yo desde pequeñito soy del Athletic y eso sería todo un halago". De cualquier forma, algo sí tiene asegurado, visitar La Catedral, además del Camp Nou, Bernabéu... "Todos serán especiales pero para mí el mayor sueño, que está cada vez más cerca, es poder ¡por fin! pisar San Mamés, mi campo... si voy convocado", recalca con la ilusión de un principiante, y con dos años más de contrato por delante con el Granada, proyecto en el que confía.

No en vano, está sustentado por el empresario italiano Gino Pozzo, hijo del dueño del Udinese, Giampaolo, y el empresario Quique Pina, que entre 1999 y 2006 llevó al Ciudad de Murcia desde Regional al sitio que ya ocupa el club andaluz. "Doce jugadores de la actual plantilla llegaron cedidos por parte de la entidad italiana (Mensah, Orellana, Nyom, Siqueira, Luis Muriel, Ighalo, Mainz, Dani Benítez, Rubén Pérez, Kitoko, Carlos Calvo y Alex Geijo). Y creo que volverán a hacer fichajes para mantener el nivel. No creo que se queden simplemente en el a ver qué pasa y cuánto se sufre", intuye Mikel. Tras el padecimiento de la recta final del partido contra los ilicitanos y los posteriores altercados, llegó el éxtasis. Y después "solo llamé por teléfono a mi novia, a mi familia y a mi mejor amigo de Bilbao, que se cogió un avión para estar aquí conmigo y pasar la noche disfrutando de esto". Tras las celebraciones, hoy tocará rendir honores a la Virgen de las Angustias, a las que en su día tuvo que sobreponerse Rico, erigido ahora en señuelo de los valores del Granada.