La Fórmula 1 suma un nuevo capítulo de alto voltaje. El joven talento argentino Franco Colapinto vuelve a la competición como piloto titular de Alpine a partir del Gran Premio de Emilia-Romagna, en el icónico circuito de Imola, del 16 al 18 de mayo. Colapinto reemplazará al australiano Jack Doohan, en una jugada sorpresiva del equipo francés que sacude el paddock.
La escudería francesa ha justificado el movimiento como parte de un “replanteamiento táctico”. Después de seis carreras, la apuesta por Jack Doohan no ha salido bien, en las seis carreras que se han disputado, no ha sumado ningún punto, mientras que su compañero de equipo, Pierre Gasly, ya acumula siete. La paciencia de Flavio Briatore se ha agotado y ha movido ficha: apuesta por Colapinto, el joven piloto de 21 años que manejará el Alpine durante, al menos, las próximas cinco carreras, a la espera de buenos resultados que puedan proporcionarle un asiento fijo en la parrilla.
Joven promesa
Colapinto ya sabe lo que es correr en la máxima categoría. El año pasado disputó nueve Grandes Premios con Williams, sumando cinco puntos gracias a destacadas actuaciones en Azerbaiyán (8º) y Austin (10º). Su regreso a la competición genera altas expectativas tras los grandes resultados conseguidos en el pasado con un monoplaza que acostumbraba a estar a la cola de la parrilla.
Este cambio se produce en medio de una tormenta interna en Alpine. Horas antes del anuncio, Oliver Oakes presentaba su dimisión como director del equipo, siendo reemplazado de forma inmediata por el veterano Flavio Briatore. La llegada de Colapinto parece ser uno de los primeros movimientos fuertes bajo la nueva gestión.
Doohan no queda fuera del mapa. Seguirá vinculado al equipo como piloto reserva, listo para volver al volante si es necesario. Pero por ahora, todos los reflectores apuntan a Colapinto, que tendrá la oportunidad de demostrar que su talento está a la altura del desafío.
¿Estará a la altura el argentino en uno de los escenarios más míticos del automovilismo mundial? La respuesta comenzará a escribirse en las curvas de Imola dentro de tan sólo una semana.