VALENCIA: César, Bruno, Maduro, Dealbert, Jordi Alba, Pablo (Joaquín, Min. 69), Manuel Fernandes (Zigic, Min. 81), Baraja, Mata (Vicente, Min. 76), Silva y Villa.

ATLÉTICO DE MADRID: De Gea, Perea, Ujfalusi, Domínguez, Antonio López, Simao, Raúl García, Paulo Assunçao, Jurado (Camacho, Min. 90+), Agüero y Forlán (Salvio, Min. 78).

Goles: 0-1, Min. 59: Forlán. 1-1, Min. 66: Manuel Fernandes. 1-2, Min. 71: Antonio López. 2-2, Min. 82: Villa.

Árbitro: Craig Thomson (Escocia). Amonestó por el Valencia a Bruno, Pablo y Mata y por el Atlético de Madrid a Raúl García y Kun Agüero. Expulsó al segundo entrenador del Valencia, Juan Carlos Carcedo (Min. 44).

Incidencias: Campo de Mestalla, cerca de 50.000 espectadores.

bilbao. Valencia y Atlético de Madrid han dejado pendientes para el segundo acto, que se celebrará el próximo jueves en el Vicente Calderón, la resolución de una eliminatoria imprevisible. Lo indica el resultado, un empate justo, y las carencias y fortalezas que acreditan a estos dos ilustres equipos de la Liga BBVA. A saber: un sistema defensivo sujeto por alfileres, que ambos contrarrestan con una pegada demoledora. Del centro del campo apenas se supo, pues el partido navegó de un área a otra sin que nadie lograra poner pausa y criterio.

En cierto modo, el Valencia salió el mejor parado de este equilibrado encuentro, pues se presentó a la importante cita con la Liga Europa con una cantidad enorme de bajas, sobre todo de corte defensivo (Alejandro Domínguez , Éver Banega, Albelda, Marchena, David Navarro, Miguel o Jeremy Mathieu), lo que obligó a su técnico, Unai Emery, a parchear la defensa y el centro del campo como pudo. Y sobre todo fue a remolque en el marcador, pero jamás perdió la fe y hasta pudo terminar con la victoria a cuestas en los últimos instantes del encuentro.

El Atlético, en cambio, mantuvo su tipo habitual. Es decir, el de un equipo inconsistente, capaz de los mejor y de lo peor, pero con dos tipos arriba, el Kun Agüero y Diego Forlán, capaces de arruinar a cualquiera al menor de los descuidos.

Tras una primera parte con alternativas para ambos, de ida y vuelta constante, aunque increíblemente sin goles, el Valencia cometió un descuido defensivo que le costó muy caro. Jordi Alba, defensa circunstancial, encargado de la cobertura de su equipo en plena ofensiva, cerró mal, rodó por los suelos al intentar cortar el balón, y Agüero marchó junto a Forlan absolutamente solos, con medio campo por delante, rumbo a la portería de César. El Kun tuvo la elegancia de ceder el honor del gol al delantero uruguayo, prácticamente inédito hasta entonces, que marcó a placer.

El Atlético no supo aprovechar el desconcierto que provocó en las filas valencianistas semejante revés, intentando cerrar el partido y en cambio se encontró con una réplica tremenda. Un golazo de Manuel Fernandes anotado desde la lejanía e imparable para Egea, el jovencísimo e inspirado meta colchonero.

En otro error defensivo, en un córner, Antonio López, absolutamente solo, puso de nuevo al Atlético por delante en el marcador.

El partido se convirtió en ingobernable. Emery sacó a toda su artillería, al hombretón de Zigic, e incluso recurrió a Vicente, que volvía a la vida futbolística después de catorce meses lesionado. Suyo fue el pase que cazó Villa que, no podía ser menos, también dejó su huella.