Ahmad Joudeh: “Llevo tatuado en el cuello las palabras ‘Bailar o morir”
El bailarín, refugiado apátrida, conmueve con su historia en el BBK Bilbao Kultura Social Forum
“Soy bailarín, refugiado apátrida,medio sirio medio palestino, que crecí en un campamento de refugiados. Y ahí empecé a bailar”, explica Ahmad Joudeh, cuya historia inspiradora que ha conmovido al público del auditorio del Guggenheim de Bilbao, que ha asistido a la primera jornada del BBK Bilbao Kultura Social Forum.
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Porque Ahmad Joudeh nunca lo tuvo fácil. Bailar o morir: esas tres palabras se convirtieron en su declaración de guerra contra el EI, el denominado Estado Islámico. Se las hizo tatuar en la nuca en 2013 después de que le amenazaran con decapitarle. Está tatuado en el sitio donde cortan la cabeza de sus víctimas. Si le cogen, será lo último que lean.
Joudeh ha bailado hoy en Bilbao con la misma fuerza que lleva venciendo obstáculos casi desde su nacimiento, fruto del amor entre una siria y un palestino. “Un día que fui a cantar con mi padre y mis hermanos a Damasco vi a unas niñas bailando El lago de los cisnes. Entonces, pensé que en lugar de cantar, podía hacer música con mi cuerpo. Me encerré en mi habitación e intenté bailar en secreto, no estaba bien visto que un hombre bailara ballet, pero mi madre me sorprendió. Lejos de asustarse, me animó a acudir a la escuela de baile. Tenía 15 años y podía coger el autobús solo para Damasco”, explica el bailarín. Cuando su padre le vio le pegó y le hirió de tal manera que Ahmad no pudo bailar durante un tiempo. Pero nada ni nadie puede quitarle su amor por la danza.
El baile, su arma contra ISIS
“Cuando bailo me siento libre”, confiesa. Porque el baile es el arma de Ahmed contra ISIS. Por eso ha actuado en sus antiguos reductos, como el teatro de Palmira. “Ese teatro es para el arte, no para matar gente. Unos días antes de bailar, ISIS había matado a bastante gente allí. Salvar tu cultura es la lucha más grande que puede haber”, afirma el artista. Ahmad perdió a cinco familiares y su hogar a causa del conflicto,y se encontró en situaciones que pusieron en riesgo su vida. Pero en su tiempo libre, enseñaba danza a personas jóvenes con síndrome de Down y a niños y niñas – en las aldeas infantiles SOS en los alrededores de Damasco – que habían quedado huérfanos debido a la guerra civil.
El premio Emmy
En 2016, la lucha de Ahmad en Siria fue cubierta por la televisión neerlandesa. Conmovido por su historia, el Ballet Nacional de Países Bajos creó el Fondo de Danza por la Paz e invitó a Ahmad al país. Un par de meses después, Ahmad se mudó a Ámsterdam. Desde 2017, trabaja como artista independiente alrededor del mundo. Ha participado en una gran cantidad de eventos con los que se busca generar consciencia sobre la situación de las personas refugiadas. En 2018, el documental Bailar o morir, que trata sobre la vida de Ahmad, ganó el Emmy.“Si eres artista te planteas cosas, te haces preguntas, porque el arte te abre la mente y quieren que nuestras mentes estén cerradas”, reivindica.
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