La 44ª edición de ARCO está formada por un 40% de mujeres, una cifra “mejorable” como dijo su directora Maribel López, y que también resulta insuficiente para algunas de las artistas que exponen sus obras, como es el caso de Marina Vargas, creadora de la obra Romper el canon en la que replica el cuadro La libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix. “El campo de visibilidad que tenemos las mujeres es más reducido y en el mercado tenemos un valor muchas veces más precario de una manera injusta”, afirma. Lamenta, además, que el mercado del arte sea “patriarcal”.

En este sentido, la artista también cuenta que las mujeres van “muy por detrás” de los hombres en el sector, aunque considera que la situación está cambiando y se trabaja en esa línea. “Hay que seguir trabajando y concienciando a todo el panorama cultural de manera gradual”, asegura. Vargas visibiliza en Romper el canon su propio cuerpo “enfermo” con el brazo izquierdo levantado, tras perder el pecho izquierdo a causa del cáncer de mama. “Normalmente no se puede levantar el brazo porque te quitan los ganglios, pero tenía que hacerlo porque era un gesto de resistencia y de feminismo”, explica la artista, que califica su pieza como una obra “deconstructiva, irónica y esencialmente feminista”.

Una de las obras que más expectación ha generado en los dos primeros días de ARCO es Dat-Astral Chart, de Noemí Iglesias, expuesta en la Galería Moises Pérez de Albéniz, y donde se pararon los Reyes este pasado miércoles. “Les pareció muy interesante, aunque a la Reina le dio un poco de miedo”, bromea la artista.

Noemí Iglesias destaca que “solo hay un 5,8% de mujeres artistas en galerías españolas”, una cifra que, como ella misma indica, “es bastante menor” que otras ediciones. “Todavía queda mucho trabajo por hacer para que haya una igualdad en cuanto a la representación de las mujeres”, destaca Iglesias, quien censura asimismo que, a pesar de que algunas instituciones ayudan a las mujeres artistas, a otras, a la hora de ofrecer de becas, “les da más igual”.

Por su parte, Inma Herrero, creadora de Glaciar I, obra más barata de ARCO, ensalza la importancia de que la feria apueste por la presencia femenina, pese a que ella añade que “nunca” se ha sentido discriminada por su género. “Tenemos cosas muy importantes que decir y nos tienen que dejar el espacio para hacerlo. Es importante que exista la mirada masculina, pero también la mirada femenina”, ha indicado.

Reivindicar su papel

Otra de las artistas presentes en ARCO 2025 es Concha Jerez que, con su obra Necrológicas censuradas de mujeres olvidadas expuesta en Freijo Gallery, reivindica a aquellas mujeres que solo son conocidas por su necrológica. “Muchas estupendas mujeres, con una vida llenísima, las he conocido por el periódico. Me ha parecido interesante traer esta obra aquí y reivindicarlas”, ha asegurado.

Además, señala que se debe seguir reivindicando el papel de la mujer en este tipo de eventos porque hay, a su juicio, muchas “que han abierto caminos”. “Creo que mi reconocimiento en ARCO va cambiando porque van aceptando a mujeres más jóvenes, algo que antes era más complicado”, admite.

El apunte

Mujeres. La asociación de Mujeres en las Artes Visuales (MAV) pone el foco en el número de mujeres artistas presentes en ARCO y señala que, en esta edición, se ha reducido hasta el 35,1%, muy lejos de la paridad que se estuvo a punto de alcanzar en 2024. Según un estudio realizado por la asociación, la reducción de ese porcentaje es aún más sensible en el caso de artistas españolas, cuya presencia ha bajado hasta el 5,8%, casi la mitad que el año pasado y por debajo del ya exiguo 7% de 2010.