Este jueves se ha inaugurado en Azkuna Zentroa la exposición Escala 1:1, una muestra de Ixone Sádaba (Bilbao, 1977) que gira en torno a la central de Lemoiz. En ella, la artista vizcaina introduce en la Alhóndiga a tamaño real las ruinas del inmenso complejo nuclear construido entre 1972 y 1984 en Cala Basordas, a través de unas proyecciones de fotografías de vistas exteriores e interiores.

Como indicaba en su presentación el concejal de Cultura y Gobernanza del Ayuntamiento de Bilbao, Gonzalo Olabarria, esta propuesta “despliega la investigación fotográfica que ha llevado a cabo Ixone Sádaba durante cuatro años sobre el legado material, simbólico y también político de la central nuclear de Lemoiz”.

Haciendo referencia a esa carga política del eje de su proyecto iniciaba su alocución la propia Sádaba: “Mis primeras palabras son de respeto hacia todas aquellas mujeres y hombres a quienes la historia de Lemoiz les ha causado sufrimiento. Desde las familias que perdieron sus hogares, sus tradiciones y su identidad hasta aquellos que perdieron a seres queridos, pasando por todas las impensables violencias humanas y no humanas que esta historia ha generado”.

En esta misma línea, el comisario de la exposición, Carles Guerra, calificaba de “muy necesaria” una investigación como esta que, a su juicio, “intenta abordar un objeto traumático en la historia reciente de este país que no tiene una fácil incorporación al debate público” al ser “el punto de fricción” en el período de la transición en Euskadi y un aspecto “altamente ideologizado”. Por ello, el afán con el que se ha querido traer a Azkuna Zentroa la inacabada central nuclear, cuyas instalaciones siguen cerradas a cal y canto 40 años después de la paralización de sus obras, es el de “catalizar un debate en el que incluso las nuevas generaciones, que no siguieron el día a día de estas noticias, puedan opinar, para que no vivamos eternamente sobre una paz civil, sino también sobre una paz política que nadie se atreva a desestabilizar nunca más”.

Recordaba Guerra que Lemoiz acumula, además de la política, otras capas “sociales, humanas, ecológicas y de muchos órdenes”. Ello hace que Ixone Sádaba viera el viejo complejo nuclear como algo “inconmensurable en su tamaño, pero también en lo que significa”, idea que está en el fundamento de esta exposición. No obstante, reconocía la artista bilbaina que el concepto de la la escala 1:1 “surge después de la investigación previa, una vez que se sabe que el proyecto va a aterrizar” en Azkuna Zentroa, en “una sala muy concreta, grande, que es una oportunidad maravillosa, pero a la vez con su complejidad”.

Precisamente, el espacio principal de la exposición es un gran muro de casi 40 metros de largo por 5 de altura sobre el que se proyectan 15 secuencias panorámicas compuestas cada una de seis fotografías que recogen vistas a escala real tanto del exterior de la central como del interior de las instalaciones. “No es una escala 1:1 a rajatabla. A veces el encaje entre las seis fotografías no es del todo perfecto, hay un margen de error. Sabíamos que iba a ser así, pero no lo hemos querido corregir”, aseguraba Guerra.

Un mirador para el Conde

En otra sala contigua se muestran dípticos con imágenes del entorno del complejo. Así mismo, también se exponen fotografías de “acercamiento” hechas por la artista en el proceso previo y algunas imágenes y objetos iluminados por neones originales de la instalación. También hay una réplica del mirador construido en 1973 para que quien por entonces era el presidente de Iberduero –entidad impulsora del proyecto de la central–, Pedro Careaga, Conde de Cadagua, tuviera una vista completa en su visita a las obras.

Sádaba desvelaba que la idea de trabajar sobre la central de Lemoiz surgió en plena época de pandemia, cuando aún estaba fijada la movilidad reducida: “Estaba dando una vuelta en moto y pasé justo por delante de ella. Se me había olvidado que estaba allí. Fue como si mi pasado hubiera venido a verme. Pensé que el único relato que había trascendido era el del conflicto, pero que había otros muchos relatos que merecía la pena contar”.

La muestra estará abierta hasta el 27 de abril e incluye visitas guiadas por la artista bilbaina, que en su trayectoria de más de dos décadas ha expuesto en museos del prestigio del Reina Sofía, el MOCCA de Toronto o el Guggenheim Bilbao, en cuya colección está presente su obra. 

Cambios en Azkuna Zentroa

El concejal de Cultura, Gonzalo Olabarria, ha desvelado que el proceso de selección del nuevo director de Azkuna Zentroa, tras la renuncia de Fernando Përez, se iniciará “cuanto antes” y que será “totalmente abierto y publicado en medios”. También ha dicho que se están ultimando los detalles del convenio para la puesta en marcha en la Alhóndiga del proyecto TUMO de la Fundación La Caixa, una iniciativa formativa dirigida a los adolescentes y enfocada a las tecnologías creativas. En este sentido, el contrato suscrito por Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao de arrendamiento del espacio destinado a este proyecto está en vigor desde el pasado 1 de febrero.