Será con el arranque de 2025 y teniendo a Araba como escenario de gran parte del rodaje. Gaua, la nueva película de Paul Urkijo, se prepara para un rodaje que, sin empezar, ya está levantando grandes expectativas. Casi toda la atención del creador gasteiztarra está ya centrada en su nuevo proyecto, aunque justo ahora acaba de publicar un libro sobre Irati, la película en euskera más taquillera de la historia. Se trata de una obra editada por Elkar en la que se recoge el trabajo artístico que hay detrás del filme.
Se hace un poco extraño estar hablando de ‘Irati’ cuando está a punto de comenzar el rodaje de una nueva película. ¿Por qué ha querido hacer este libro?
—Detrás de Irati, todavía hay mucho más que es necesario contar, cosas que no llegan, en principio, al público. Son todos estos procesos creativos que hay detrás de una película de género fantástico realizada aquí como nunca se había hecho. Me había quedado con las ganas de que la gente viese lo que realmente hay detrás de hacer una película así aquí y que se viera el trabajo de artistas y diseñadores que hay detrás. Además, yo soy muy fan de los libros de arte de las películas de género, que suelen ser de fuera. Guillermo del Toro, por ejemplo, siempre suele sacar libros de sus películas. Es que tú ves un plano de dos segundos pero no te das cuenta de todo el proceso creativo que existe detrás. Son cuestiones que si nadie te las explica, no las sabes. Pasa igual con El señor de los Anillos o ese tipo de películas.
Eso ha coincidido con el hecho de que en el pasado Zinemaldia, tanto ‘Irati’ como su protagonista, Edurne Azkarate, recibieron nuevos premios. Pero es que la película se estrenó en el Festival de Sitges de 2022 y estamos ya a finales de 2024...
—Ahora con las plataformas televisivas las cosas han cambiado mucho, pero el ciclo habitual de una película suele ser de un año y medio o dos años. Estos son como los últimos coletazos que, además, coinciden con el hecho de publicar el libro. También, la película justo acaba de salir ahora en Primeran. Han coincidido varias cosas al mismo tiempo.
Es una película que ha conseguido muchas logros, también marcar un récord histórico en taquilla para el cine en euskera. Es algo para sentirse más que satisfecho pero ¿también una presión añadida para lo siguiente?
—El hecho de que la película se haya visto mucho en el cine quiere decir que es un tipo de producto que atrae a la gente y es bonito que el público se haya decantado por una película de este tipo, además en euskera. A mí eso me sirve como un chute para poder seguir haciendo cosas, para seguir confiando en mi criterio y mi forma de contar lo que quiero, las fantasías personales que me gusta relatarle al público. Pero no pienso en esos parámetros de me tengo que superar ni nada de eso. Solo pienso que a la gente que ha venido a ver Irati le tengo que ofrecer algo, desde mi prisma, parecido pero diferente.
Pero a la hora de llamar a determinadas puertas de la industria, los números del film seguro que ayudan a conseguir determinadas cosas, ¿no?
—Sí facilita. Todo ayuda, eso es así. Pero el mero hecho de haber hecho ya dos películas y de mantener una misma línea autoral hace que mucha gente de la industria te tenga ya presente, en el radar. Ofrezco algo que la gente ya identifica. Eso a los productores les gusta porque también es algo que luego pueden vender a la hora de conseguir financiación.
De su nueva película, ‘Gaua’, todavía se saben pocas cosas tras el anuncio realizado en Sitges.
—Creo que la gente ya entiende las cosas que hago. Va a ser una película de género fantástico, ubicada en Euskal Herria en el siglo XVII. Va a mezclar un poco ese mundo mitológico-histórico a través de un prisma de fantasía oscura. Va a ser mitología vinculada a la noche: criaturas, cuentos, relatos, leyendas de miedo que se contaban en su momento a través de la transmisión oral. Es visitar la parte más oscura de la mitología vasca. Con Irati, la gente podía esperar una película como Errementari, pero se encontró con algo bien diferente, más allá de que puedan existir una serie de vínculos entre ambas. Con Gaua va a pasar lo mismo. Claro, todo orbita dentro de mi universo visual pero va a ser una película distinta a lo que ya he hecho.
Otra diferencia entre los tres largometrajes es que cada vez los procesos están siendo más cortos y no está teniendo que esperar tanto para rodar.
—Afortunadamente sí precisamente porque los productores y la gente de la industria ya me pone cara y ojos tanto a mí como a mis narraciones y la manera de contarlas. Eso hace que se confíe más. Con Errementari e Irati, cuando iba a donde los productores y les decía que iba a hacer escenas donde aparecían criaturas mitológicas, demonios y demás, les costaba creérselo. Hubo gente que me dijo que eso no iba a salir nunca, que era imposible. Ahora la gente confía, sabe que si yo le digo que va a aparece un monstruo con miles de brazos y miles de ojos, voy a ser capaz de hacerlo.
No se puede contar todavía mucho del film pero, ya solo por el título, ya se entiende que se va a rodar mucho de noche. ¿Eso complica más el proyecto o...?
—Es más complicado. Rodar de noche siempre es más engorroso. Además, va a ser en invierno y va a hacer frío. Pero bueno, el que algo quiere, algo le cuesta. Si quieres rodar en ríos, te vas a tener que mojar. Si quieres rodar en herrerías, vas a tener que trabajar con fuego. Todo tiene su complicación. Aquí me he metido en la noche. Estoy con ganas porque la noche, visualmente, es una maravilla. Si la iluminas bien puede ser muy inquietante y muy bonita.
No solo, pero el rodaje se va a llevar a cabo de manera fundamental en Araba, ¿verdad?
—Vamos rodar en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, pero sobre todo aquí. Además, en este territorio se va a centralizar la producción.
2025 va a ser el segundo año con la nueva fiscalidad para el audiovisual, las instituciones siguen manteniendo sus líneas anuales de ayudas... Tanto usted como otros ya creaban antes de todo este nuevo marco, pero es evidente que el escenario ha cambiado en los últimos años. ¿Ayuda realmente?
—Sí, claro. De hecho, en los procesos de Errementari y de Irati hemos tenido conversaciones con la Diputación Foral de Araba para apoyar a la institución y transmitirle nuestro conocimiento sobre el sector para que pudiera dar pasos. E igual han hecho otros profesionales del sector. El esfuerzo de todos ha hecho que ese escenario que mencionas sea una realidad. Para nosotros era una necesidad para poder producir aquí de mejor manera. Desde luego, es algo positivo.
Ya se verá la factura de ‘Gaua’, pero Paul Urkijo sabe que mucha gente entre el público todavía no se puede creer que haya sido usted capaz de hacer aquí una producción como ‘Irati’.
—Pero supongo que a Álex de la Iglesia le dijeron lo mismo cuando hizo Acción Mutante. Hasta la fecha no se había hecho nada así porque a nadie se le había ocurrido. De repente, llego yo, lo hago y puede parece imposible pero evidentemente no lo es. Aquí hay técnicos maravillosos. Es que ahora hablábamos de los incentivos fiscales. Vale, sí, es algo importante para atraer rodajes, pero hay muchas producciones que están viniendo porque hay muy buenos técnicos. Aquí se pueden hacer muchas cosas. Lo que pasa es que hay que estar un poco loco para proponer este tipo de cosas y saltar al vacío de esta manera.
Con ‘Gaua’ está pensando en estrenar en 2025 o...
—Nuestra idea es poder estrenar a finales de 2025, pero bueno, los procesos de posproducción también tienes sus ritmos.
La noche puede dar para mucho, no solo para monstruos y criaturas extrañas, también para locuras, fiestas...
—Por supuesto (risas). La noche es ese territorio en el que nos podemos quitar la careta porque no se nos ve a la luz del sol. Podemos buscar otros caminos que no son los que quizá dicta lo evidente. Tengo muchas ganas de empezar con el proyecto.