Dirigida por Arantxa Echevarría, La infiltrada cuenta la historia real de Aranzazu Berradre Marín, que con 22 años se infiltró en el entorno de la izquierda abertzale para luego pasar a ETA, y que acabó conviviendo durante dos años con los máximos responsables del Comando Donosti, Sergio Polo y Kepa Etxebarria, papel que interpreta el donostiarra Iñigo Gastesi en esta película. Carolina Yuste interpreta a esta policía, mientras que Luis Tosar es el agente que se encarga de reclutarla y de asignarle las misiones encubiertas. La película llega hoy a los cines.
¿Cómo es interpretar a un terrorista de ETA?
Ha sido un reto y también algo interesante, siendo yo alguien de Donostia que, afortunadamente, no vivió la violencia de ETA de cerca, aunque siempre estaba presente. Lo que ocurre es que cuando interpretas a personajes que no son personas al uso, con una cotidianidad distinta y muy alejada al resto de los ciudadanos, buscas, precisamente, los elementos que los igualan a los demás.
¿Cómo es su personaje? ¿Cómo es el Kepa Etxebarria al que interpreta?
Está atravesado por dos vectores. Es alguien militante y con ganas de conseguir sus objetivos y cierto éxito en lo que le mandan, sobre todo, después de haber errado un objetivo. Tiene otro vector que es el de la juventud, de querer sentirse querido y admirado. La idea no es solo que interprete a un tipo que militó en ETA, también interpreto a un chaval joven.
¿No es más difícil hacerse con un personaje tan distante con uno mismo?
El propio guion ya te muestra lo monstruoso que pueden suponer algunas acciones, lo diferente que pueda ser esa vida a la que pueda tener yo... Mi trabajo ha sido el de encontrar ese vector de la juventud, de su ilusión... Él tiene una serie de ilusiones que a mí no me hacen ninguna, claro, pero que son, en cierta medida, substituibles en mi persona para encontrar la verdad del personaje.
¿Cómo fue el proceso de investigación del personaje? Imagino que no pudo tener contacto con el auténtico Kepa Etxebarria.
No pude, no. El proceso de investigación comenzó leyendo algunas noticias y observando unas pocas fotos que pude encontrar. Como actor, decidí centrarme en lo que me daba el guion, en su información, en lo que me pedía la directora en los ensayos y en tratar de aportar lo que yo puedo aportar como actor para dar lo que me han pedido.
Usted nació en 1988, por lo tanto conoció, sobre todo, el fin de ETA.
Sí que recuerdo atentados, en especial el de Gregorio Ordóñez, que agitó mucho Donostia, y el de Miguel Ángel Blanco, que provocó un rechazo generalizado en todo el Estado y que fue como un punto y aparte. Cuando ETA cometía alguna acción recuerdo que se hablaba de ellos en los telediarios, pero no era tan consciente, era pequeño. Pero documentarte muchos años después te da otra perspectiva.
‘La infiltrada’ cuenta un caso real, el de Aránzazu Berradre Marín, que para nada ha sido muy conocido.
Yo no tenía ni idea de estos hechos. Cuando accedí al proyecto, alguna persona llegó a decirme que algo le sonaba, pero de una forma muy vaga. Es una historia totalmente desconocida. Quién sabe si la historia hubiese sido más conocida si la infiltrada en ETA que desarticuló el Comando Donosti hubiese sido un hombre y no una mujer. Nadie se imaginaba que una mujer podía llegar a desarticular el Comando Donosti de ETA y por eso lo logró.
Ha sido su primer trabajo con Arantxa Echevarría. ¿Cómo ha sido trabajar con ella?
La mano que me tendió Arantxa desde el primer día, con su brillo y su manera de ser, me hizo jugar en casa. Ella sabe ver qué tipo de actor eres y las herramientas que tiene que tocar para conseguir que le des lo que ella quiere. Solo tengo palabras bonitas para ella. Cuando llegué al cuarto día de rodaje sentí que ya habíamos rodado antes. Parte desde la tranquilidad, desde el buen rollo y la buena voluntad.
¿Llegó a coincidir con Luis Tosar en el rodaje?
No coincido en pantalla con él, pero sí en el rodaje. Me sorprendió su naturalidad. Es una persona cercana, amable, simpática, normal y humilde. Estoy muy contento con todo el equipo. Carolina Yuste y Diego Anido, con los que he rodado mucho, también son estupendos.
Algunos esperaban la película en el Zinemaldia...
No tengo una respuesta para eso, pero lo que sí creo es que cada vez hay más cantidad de muy buenas producciones en el Estado y eso hace que la competencia sea mayor. Nos estamos acostumbrando a ver cada vez más cantidad de buen cine vasco y español, a la altura del mejor cine europeo, y eso hace que películas que, en un principio, parecen estar destinadas a ser programadas en el Zinemaldia como La infiltrada se queden fuera.
¿Qué proyectos tiene en un futuro próximo?
Estoy rodando la segunda temporada de Hondar ahoak, Zeru ahoak. Y también he participado en una serie juvenil que es para Primeran y Netflix. Para 2025 tengo el proyecto de una comedia en euskera de la que no puedo decir nada porque está en preproducción y para finales de ese año también tengo una obra de teatro