Pabellón 6 soplará mañana sus 13 velas y comenzará su 14 temporada. En el verano de 2011, nacía esta pionera iniciativa de la mano de trece creadores vascos que se lanzaron a la piscina con el objetivo de promover un espacio para la exhibición permanente de artes escénicas en Bilbao. El proyecto pretendía priorizar la presencia de compañías vascas, aunque también aspiraban a programar espectáculos de compañías estatales e internacionales. Sus socios promotores fueron Ander Lipus, Blanca Arrieta, Borja Ruiz, Irene Bau, Jose Urrejola, Jose Ibarrola, José Montero, Matxalen Bilbao, Nagore Navarro, Nuria M. Cres, Pako Revueltas, Patxo Telleria, Ramón Barea e Itziar Lazkano. Posteriormente lo consolidaron 200 socios fundadores que creyeron en el proyecto y prestaron su apoyo comprando una imaginaria butaca por 150 euros, que les daba acceso a los espectáculos que se programaban durante la temporada. 

No hay nada igual en el Estado porque se trata de un proyecto gestionado por un grupo heterogéneo de creadores que aglutina danza, música y teatro”, explicaba entonces Ramón Barea, la cabeza más visible del proyecto. 

Pabellón 6 abrió sus puertas el 22 de agosto de 2011, coincidiendo con la Semana Grande bilbaina. Desde entonces, han pasado por este espacio más de cuarenta producciones propias y cientos de espectáculos de teatro, danza o títeres, entre otros. 

Trece años después, los responsables de Pabellón 6 mantienen más vivo que nunca el espíritu originario del espacio teatral. Están de celebración y lo hacen, lógicamente, sobre el escenario. La temporada 2024-2025 comienza hoy con la reposición de Machos en flor, una producción propia del Laboratorio Teatral, cuyos textos y dirección corren a cargo de Felipe Loza. Cuenta con un reparto compuesto por Aitor Echarte, Kepa Alesso, Josu Angulo, Yeray Vázquez, Diego Pérez y Quique Gago.

Una comedia a ratos

Felipe Loza ha descrito la obra como “una comedia a ratos”. La pieza, a través de la risa, invita al público a reflexionar sobre la sociedad actual y el papel de los hombres, con un humor con contenido y no exento de crítica social. El actor, que ha sido profesor de Literatura, pero siempre ha escrito, dirigido... es un todo terreno. Nunca ha perdido la esencia de aquel joven que surgió de Cómicos de la Legua y que años después recorrería las carreteras de todo el Estado en una vieja furgoneta junto a otros compañeros y compañeras de la compañía Karraka, entre los que se encontraba Ramón Barea. 

Para Loza, abrir Pabellón 6 fue una aventura increíble. Han pasado los años, pero sigue ilusionándose mucho por su trabajo. “Machos en flor es una comedia que parte de la realidad y se centra en un grupo de hombres que quieren ser mejores y por ello se reúnen para reflexionar, criticarse, y constituirse en grupo de apoyo para la transformación cultural feminista. Estrenada en noviembre en el Arriaga, tras lo cual se puso en escena en Pabellón 6, regresa “para hablar y reírnos de ese rol difuso del macho actual”, explica el director. “La paulatina transformación cultural feminista de los tiempos modernos, sobre todo en las últimas décadas, ha inducido a cambios profundos en el auto-concepto de algunos de nosotros, los machos. Ya no está claro que los portadores del cromosoma Y seamos tan guapos, tan fuertes, ni tan listos, solo por tenerlo. Para nuestra suerte, dicen, ahora que hay ganárselo”, resume.

La producción plantea la posibilidad de que un grupo de hombres pueda ser motor de la transformación feminista y se centra en los hombres que quieren ser mejores. Los personajes de esta obra pertenecen a un círculo de hombres que están repartidos por algunas ciudades de todo el Estado español. “Estos Círculos son asociaciones estables de varones que aspiran a ser igualitarios, huyendo de los mandatos del patriarcado”.

Pero asegura Felipe Loza que a lado de la maravillosa flor de la “nueva masculinidad” están creciendo los hierbajos de la reacción. “Los nostálgicos de la Nación Hombre proliferan entre las nuevas generaciones, tan gritones como sus abuelos, pero más llenos de ira, por puro miedo a la extinción. Y en esa pelea se sitúa el conflicto de Machos en flor: evolución contra involución, los buenos contra los malos...”, asegura. 

La obra se representará en el Pabellón 6 hasta el próximo 15 de septiembre.