A pesar de su nombre anglófilo, Susan Santos (Badajoz, 1987) es extremeña. Compositora, cantante y guitarrista autodidacta, lidera un power trío que usa el blues “como punto de partida, no hago blues a la antigua usanza”, explica en esta entrevista realizada de cara a su paso por la primera jornada del BBK Bilbao Legends Fest, este viernes 14 de junio en el Bilbao Arena de Miribilla. Presentará su último disco, Sonora, a las 18.30 horas. “El rock y el blues suena mejor en inglés”, aclara esta guitarrista más conocida internacionalmente que en el Estado y que ha encandilado al líder de ZZ Top, Billy Gibbons.

Quien no sepa de usted podría pensar que proviene de un paraje perdido de Estados Unidos debido al nombre de pila.

-Me llamo Susana, pero mis amigos me llaman Susan desde pequeña. Es algo tan fácil como eso, no tiene nada que ver con mi carrera musical. Sí es cierto que cuando toco fuera de España, por ahí se piensan que soy norteamericana, incluso cuando lo hago en Estados Unidos.

Y no digamos ya al escuchar su música, es más estadounidense que las hamburguesas.

-Claro, claro. El cantar en inglés también lo facilita aunque estoy muy acostumbrada y me sirve para abrir puertas a otros países. Siempre tuve claro cantar en inglés aunque al principio, cuando todavía residía en Extremadura, cantaba en castellano. Al final, todo es personal, pero yo opino que hay músicas que suenan mejor en lenguajes determinados, como la bossa nova en portugués y el rock y el blues en inglés. No me imagino el flamenco en japonés, por ejemplo.

¿Estudió música, cómo llegó al blues?

-Empecé tocando la guitarra española, incluso hice cosas relacionadas con el flamenco, que oía en mi entorno, hasta que descubrí un programa de radio de blues y country. Fue de repente y me hizo querer tocar una guitarra eléctrica aunque ya conocía el rock, claro, a los Beatles y los Rolling. El blues me voló la cabeza y pensé que eso era lo que quería hacer, trabajar en esa sonoridad aunque sin pensar en dedicarme a ello. Eso fue con casi 20 años y no tuve mi primera eléctrica hasta los 21 tras trabajar en una fábrica de manipulación de alimentos. Luego, el blues me ayudó a investigar en la música, en otros estilos.

Tituló un disco titulado piel y huesos. ¿Lleva el blues en ambos?

-Creo que sí porque que no pierdo nunca el punto blues, sobre todo en directo, ya que es de donde viene el rock y otros estilos. Esto es una cuestión de sensaciones, es algo que te llena, no se analiza, se siente. Mola, llama la atención y te anima a investigar. Y en directo me gusta mucho improvisar, mis músicos saben que el solo se va a alargar tanto como yo quiera. Así, cada noche es distinta, pasa esa noche solo.

El suyo es un blues sin prejuicios, que le abre la puerta al country, el rock, algo de soul y folk...

-Totalmente. Lo mío es más blues por concepto y expresividad a la hora de expresarme, pero no hago blues a la antigua usanza, es un punto de partida.

En los inicios hubo muchas mujeres cantantes de blues, pero no tantas guitarristas. Ahora ya despuntan músicos femeninos que cantan y tocan, de Laura Cox a Samantha Fish o Ana Popovic. Esta última pasó por el ‘Legends’. ¿Se va igualando la situación?

-El abanico se va abriendo, sí. Por cierto, con Popovic estuve el año pasado en un festival de Francia, hicimos una jam y tocamos juntas. Mujeres siempre ha habido aunque más cantantes que guitarristas porque la guitarra se ha visto siempre un instrumento masculino, como la batería. Cantando blues y liderando un grupo de blues, somos una minoría que sigue dando guerra, pero vamos avanzando.

Creo que no le ha resultado fácil, que tardó en asentarse como músico profesional en Madrid.

-Fue fruto de vivir en una ciudad más cara que Extremadura, donde trabajaba en una tienda de instrumentos y era profesora de guitarra. Lo dejé todo y tuve que conocer a gente y meterme en la escena. Antes de lograrlo, tenía que pagar las facturas y trabajé en TVE tocando la guitarra, en Las Mañanas de la 1, y en teatros. Ya había sacado ya un par de discos, pero me lancé a centrarme en lo mío. Al final, de todos los trabajos se aprende.

Ganar el European Blues Awards, en 2019, le permitió dar el gran salto.

-Sí, pero no fue un concurso, sino que se valoraba la mejor actuación, mejor solista, mejor disco… A mí me dieron a la mejor actuación tras la gira de 2018.

Tiene ya seis discos, pero hay un gran salto de ‘Skin & Bones? al más reciente, en ejecución y sonido. ¿Lo cree así?

-Hay una evolución clara. Soy muy especialista y puntillosa, y para el último, Sonora, he grabado las canciones en casa, se las he pasado a los músicos, he pensado en el hilo conductor de ellas y no hemos grabado hasta estar todos cómodos con el sonido. Y en las mezclas he tenido las riendas y el poder de decisión.

¿‘Sonora’ es un disco conceptual?

-Fue algo casual. Quería que las letras, que van de los temas universales, tuvieran un punto distinto, como si las canciones fueran capítulos de un libro, con principio y final. Hay amor, duelos a muerte como en el Oeste, estafadoras de casinos… y en todas las canciones aparece el desierto como punto de unión. Además, estuve en California el año pasado y grabé el video allí, en Sonora, al lado del Joshua Tree. Fue en ese momento cuando decidí que se titulara Sonora.

¿Es cierto que por su estilo se le conoce más fuera que en el Estado español?

-En los últimos años, desde 2017, sí he tocado más fuera, en Europa, Estados Unidos y México, que aquí. Este año estoy gratamente sorprendida porque la gira está siendo muy intensa en mi país. Mola sentirse acogida, casi todos los recitales son aquí y viviré un verano diferente gracias a la buena acogida y críticas conseguidas con Sonora.

¿Qué me dice del tópico que dice que el blues son cuatro compases?

-Que no, para nada. En cuestiones como el arte, en lo sencillo se esconden cosas muy importantes, puro sentimiento.

He leído que Billy Gibbons, de ZZ Top, habla maravillas de usted. ¿Es una de sus referencias principales?

-ZZ Top siempre han sido un gran referente para mí, y coincidió que tocamos juntos en 2019 en un festival. El anterior disco, el Ep L. A. Sessions, lo grabé en un estudio de Gibbons y me prestaron una guitarra suya. Me llamó la atención que hablara de mí en una revista. Es un tipo muy majo y humilde, se dirigía a mí como Guillermo y en castellano, aunque ahora estoy más volcada en el country que en el blues, pero también me gusta investigar en músicas del mundo. Eso sí, Stevie Ray Vaughn fue siempre lo más para mí, incluso antes tocaba alguna canción suya en directo. También me gusta mucho Led Zeppelin y me encanta cómo se ha sabido adaptar a otros sonidos Robert Plant porque el músico es un eterno estudiante. Raising sun, que grabó con Alison Krauss, es un disco maravilloso.

¿Púa o dedos?

-Ambos, soy de tener la púa a mano, pero la escondo a veces. Como empecé con la acústica, sé utilizar los dedos, que están muy despiertos en el blues y el flamenco. Con púa el sonido es más afilado y agresivo, y tocar con los dedos ofrece más expresividad, un rollo más íntimo y cercano a la sensibilidad.

¿La veremos también con el banjo en Bilbao?

-Seguramente no, lo dejo para los teatros. Iré con mi guitarra eléctrica y la barítono, para usar afinaciones diferentes. Tengo una Fender y otra que me hizo un luthier de Los Ángeles. Me la construyó para mí, trastes, el puente, el mástil… todo como se lo pedí, incluso en el color: verde agua.

En el último álbum tocó el theremin. ¿Lo traerá a Bilbao?

-No, fue algo casual, me lo encontré por allí, en el estudio de grabación. Quise aportar un toque de locura (risas). Nunca lo he tocado en directo, es un juguete brutal, muy divertido, como un caballo desbocado.

En el ‘Legends’ tocará en el mismo escenario que auténticas leyendas como Deep Purple, Canned Heat o Pretenders. ¿Mola?

-Tú verás… es un gustazo tocar en un festival con ese cartel, todos grandes, auténticas leyendas. Y eso es lo que hace que el concierto vaya a ser especial.

Creo que viene en formato de trío.

-Sí, con David Salvador al bajo y Juli El Lento a la batería. Son quienes grabaron el último disco y llevan conmigo desde el inicio de la gira, desde el verano pasado. Antes ya había tocado con ambos y empezamos a entendernos sin hablarnos.

¿Algún anuncio a la peña que vaya a verla?

-Que se animen porque vamos a intentar que lo pasen lo mejor posible. Solo eso… y rock´n´roll (risas).