Cuenta Asier Loroño, el Presidente de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao (BAOS), que este proyecto comenzó a gestarse cuando un familiar regaló un acordeón a su padre. Es ahí cuando Josu, el patriarca del clan, “comenzó a explorar las posibilidades del instrumento” y fundó la formación que acaba de ser condecorada con la medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes correspondiente al año 2022 en la ciudad de Cádiz. 

El nombramiento llegó en un momento dulce para la formación, a las puertas de su 60º aniversario. Cuando recibió la noticia, Amaia Loroño (su directora artística) confesó que el de este miércoles es “el mejor de los regalos” al esfuerzo, sacrificio y a la dedicación de cada una de las personas que durante décadas han hecho posible que esta agrupación musical siga deleitando a los ciudadanos con un sonido perfectamente coordinado. “Sentimos una inmensa alegría y un orgullo desmedido por llevar la medalla a Euskal Herria. Además, nunca se había galardonado nada relacionado con el acordeón”, ha trasladado hoy a DEIA su hermano, Asier. 

Este no es el primer reconocimiento que recibe la banda, que es ilustre de su Bilbao natal (título que recibió en 2015 por la gracia del alcalde Azkuna) y de Bizkaia (2005). Para Asier, el mayor de los reconocimientos es el que recibe por parte de los entusiastas de su proyecto, que lo apoyan acudiendo a cada concierto de la orquesta. No obstante, ha reconocido que “ver plasmado todo ese trabajo a nivel institucional es un plus que nos anima seguir”. “Parece que estamos en el camino correcto”, ha dicho.

"Mi padre hizo los arreglos de la gran música y seleccionó los temas”

Asier Loroño - Presidente la BAOS

Esa senda, la misma que ha llevado a la formación hasta Cádiz, se abrió en 1963. Es entonces cuando Josu Loroño fundó la Orquesta Sinfónica de Acordeones con un objetivo: convertir un instrumento ligado a lo popular en caja de resonancia de las obras de los grandes compositores. “Tenía formación clásica [de piano, armonía y composición] y empezó a hacer métodos, formar alumnos e impulsar este proyecto”, ha recordado su hijo. Además, ha matizado que la orquesta no se trata de la mera suma de acordeones, sino de un planteamiento integral y exclusivo. “Hizo los arreglos de la gran música y seleccionó los temas”, ha precisado.

Así, el Presidente de la formación considera que ésta ha conseguido elevar un instrumento popular a un nivel sinfónico. “Supone poder hacer música de grandes autores con un instrumento, una expresión y una técnica diferentes”, ha valorado. Eso sí, la orquesta entiende el instrumento como un mero canal de las composiciones. Por eso, la banda sigue a rajatabla la regla de oro de su fundador: reconocer a los autores de la música que versionan como sus verdaderos artífices. “Y eso no se puede perder. Se puede mejorar o transformar, pero cuando versionamos una obra de Chaikovski quien suena es él, no nosotros”, ha matizado. 

Eclécticos

Las partituras de Chaikovski también dejan espacio a otras expresiones más folklóricas, una música que los músicos de la banda también valoran. Desde hace algunos años, están dirigidos por la hermana de Asier, Amagoia Loroño. Ambos han seguido los pasos de su progenitor porque llevan el acordeón en el ADN. “Lo teníamos en casa. Empezamos con cinco años y hemos cursado todas las disciplinas gracias a un maestro que nos impulsó y animó a seguir sus pasos”, ha explicado Asier.

El músico de Larrabetzu también ha apuntado que la Orquesta Sinfónica de Acordeones no es una formación profesional. Pero “su rendimiento artístico y musical sí lo es”. “Está formada por una gran familia comprometida con el proyecto”, aseguró. Esa incitativa comenzó con tal solo ocho miembros. Ahora son 30 los componentes de esta prole, que presume de una trayectoria de seis décadas. Su presidente define este recorrido como un canal para llevar la música de los grandes compositores a públicos que no están habituados a esas obras. “Tenemos diferentes proyectos. Uno de ellos está dirigido a un público más infantil, a niños de 12 a 13 años; otro para acercar a las personas de la tercera edad a los teatros... siempre hemos propiciado el directo”, se ha felicitado.

Todas las partituras que escupen los instrumentos en esas actuaciones en directo son únicas. “Las adaptaciones y arreglos de la orquesta son únicos y exclusivos”, ha aseverado Loroño. “Es decir, nosotros no cogemos partituras de centroeuropa y las tocamos, sino que tenemos una producción artística propia”, ha expuesto. Y esa es, según este, la mayor aportación de la banda a la escena musical vasca. Asimismo, Loroño ha subrayado que la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao está en forma. Es una agrupación a la que le queda mucho por hacer: “Creo que, como todas las cosas que nacen, es difícil de mantener. Hay que seguir buscando públicos, escenarios... montar más repertorio... El día a día se va modificando día a día. Hay mucho por hacer”, ha zanjado, convencido.