Canciones como Abre tu mente, Si te marchas, Le deseo o Cal y arena avalan la trayectoria de la gaditana Merche, que acumula varios nº 1, Discos de Platino y una nominación a los Latin Grammy.

20 años de carrera ya, ¿qué ve si mira por el retrovisor?

—Bueno… Son ya 21, los hice el año pasado (risas). Sigo manteniendo la ilusión del principio y veo, sobre todo, los aplausos y los abrazos de mi público. Me dieron la mano y no me la han soltado nunca.

Soñaba con triunfar, en la música y en el amor...

—Lo he logrado aunque mi gran amor es la música, ya que nunca he tenido relaciones tan largas como con ella. Además, últimamente me está costando bastante en lo sentimental (risas).

‘Soy superviviente’ es su último single. ¿Le representa?

—Totalmente. Forma parte de un proyecto de recuperar canciones mías antiguas. Es el tercer single y es un alegato contra el dolor y la violencia que haya sufrido cualquier persona, da igual el sexo, la raza, su físico o sus creencias. Forma parte de un proyecto curioso, que es hacer continuaciones de varias canciones mías. Esta es la tercera, como una segunda parte de Si te marchas.

Un proyecto inhabitual.

—No creo que en España se haya hecho. Igual en Tailandia… (risas). Se me ocurrió para celebrar el 20 aniversario. Lo hice primero con canciones inéditas, en lugar de un recopilatorio, con el disco Vente conmigo, y como sigo celebrándolo, pensé en seguir con algo distinto. En lo creativo es un reto, ya que son temas inéditos pero con letras continuidad de otros temas de éxito. Están gustando mucho y me piden más; no lo he decidido aún, pero misión cumplida si ha reconfortado a una única persona. La gente se ha identificado mucho con la letra de Soy superviviente.

“Todo quedó atrás, ya lo superé”.

—Es otro de sus versos. Se refiere al dolor de sentirse excluido, cuando tu diferencia, en lugar de hacerte sentir especial, provoca que piensen que no sirves o no vales. La diferencia nos hace especiales y únicos. ¡Que aburrido sería ser iguales! Amo a la gente diferente aunque yo soy bastante normalita.

Bueno... canta que es una reina.

—(Risas). Con mis muchos defectos y alguna virtud, mi madre me enseñó a valorarnos, a quedarnos con lo bueno e ir a por todas. Que nada, ni el miedo ni la vergüenza, nos limite. Yo se lo intento inculcar a mi hija también. Y sí, me considero una reina, y que cada uno haga, viva, siente o ame como quiera. Lo más bonito del mundo es ser feliz sin hacer daño a nadie.

Hay muchas citas en sus discos y canciones a la libertad.

—Siempre he hecho lo que me ha dado la gana en lo artístico, desde el primer disco. Siempre tuve claro que si no cantaba mis canciones, prefería dedicarme a ser secretaria de dirección en mi orquesta o a dar clases, ya que estudié Magisterio. Al principio me vieron como un producto por mi estética, no casaba que una cantautora llevara el pelo rubio y minifalda. Si me decían algo, más rubia aparecía y más me cortaba la falda (risas).

Le costó al principio, ¿qué es lo más duro que ha vivido?

—Esta profesión es preciosa, pero muy sacrificada también. Lo peor es el agotamiento extremo que vives a veces. Yo he hecho series de 13 conciertos casi sin descanso. Y ahora que ya no tengo 20 años... A veces he llorado antes de salir al escenario porque no apetece porque estás algo malilla o cansada, viajas mucho o quieres estar con tu niña simplemente. Y mi misión es transmitir alegría, no bajón. Si no estás alegre, es más difícil.

Hablaba antes de cantautora.

—Sí, pero pop, de popular, claro, y con ese deje andaluz mío.

Y con influencias latinas, bailables, el soul, el blues y el jazz.

—Más allá de los éxitos, mis discos esconden influencias de Nueva Orleans, Billie Holiday, Camarón, Sting, Alaska y Dinarama, Ella Fitzgerald, Gloria Gaynor... Me siento igual de cómoda en las baladas que en el resto de ritmos. Es el reflejo de lo que soy. Soy tan coplera al cantar al amor, que es el motor del mundo, como divertida y bailonga, pero también solidaria y luchadora. Le he cantado a los inmigrantes y contra la violencia de género, el acoso laboral, el abuso infantil... Mi corazón dicta lo que canto y cómo hacerlo.

¿Cómo será el concierto de Bilbao en el Campos?

—Estaré con mi banda y las canciones de siempre serán las protagonistas. Habrá también algunas sorpresas y algún guiño a mis raíces andaluzas, ya que haré Prefiero verte de noche por tangos, en plan cuadro flamenco, y una versión de A quién le importa, por bulerías.