A favor del sufragio femenino, como protesta contra la Guerra de Vietnam, para llamar la atención en torno al cambio climático... o porque sí. Los motivos por los que son vandalizadas las obras de arte expuestas en los museos son tan variados como el modus operandi empleado por los asaltantes. Lo que no varía tanto son los cuadros elegidos para ser objeto de ataque. Cuanto más conocido sea el lienzo, mayor repercusión. Por ello, obras como La Gioconda siempre están en el punto de mira. De hecho, hace casi dos décadas que el lienzo original está protegido por una lámina de cristal.

No obstante, la imposibilidad de dañar directamente la pintura no ha evitado que los vándalos se sigan fijando en el retrato de la Mona Lisa, obra maestra de Leonardo da Vinci. Dos activistas climáticas arrojaron ayer domingo botes de sopa sobre la obra expuesta en el Louvre de París. Las dos mujeres, que fueron filmadas durante su acción, que duró casi dos minutos, lanzaron la sopa de color naranja y rápidamente pasaron por debajo de las barreras de madera que rodean el cuadro.

“¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y duradera? Nuestro sistema agrícola está enfermo”, gritó una de las activistas en francés, mientras alzaba el puño, antes de reivindicarse como miembro del grupo Riposte Alimentaire. Rápidamente, empleados del Louvre, el museo más visitado del mundo, colocaron unos paneles negros para evitar que el público filmase la escena. Posteriormente, la sala que acoge la obra de Da Vinci, Salle des Etats, fue evacuada para iniciar las tareas de limpieza.

Esta última acción coincide con la revuelta de los agricultores franceses, quienes desde hace días han bloqueado cientos de kilómetros de carreteras para reivindicar mejores salarios, menos normas medioambientales y más proteccionismo. Considerado el lienzo más famoso del mundo y también conocido como la Mona Lisa fue recientemente objeto de otro simbólico ataque cuando en mayo de 2022 le arrojaron una tarta. Aunque la lista de ataques que ha sufrido la obra se remonta a 1956, cuando un hombre con problemas mentales lanzó una piedra contra el cuadro que rompió el cristal de protección de la obra y provocó el desprendimiento de la capa pictórica a la altura del codo de la Mona Lisa.

A partir de este ataque se instaló el cristal antibalas que hizo posible que la obra no sufriera daños en otro ataque, esta vez con pintura roja que arrojó una mujer en 1974, cuando el cuadro estaba en una exhibición en el Museo Nacional de Tokio. La atacante protestaba contra la política del museo, que dificultaba el acceso a la pinacoteca de las personas con discapacidad. Este acto vandálico fue decisivo para decidir que la obra no volviera a salir del museo parisino. No obstante, ello no impidió que el lienzo volviera a ser atacado en 2009, cuando una mujer lanzó una taza de té que acababa de adquirir en la tienda de la propia pinacoteca. En aquella ocasión fue porque le habían denegado la ciudadanía francesa.

En los museos parisinos, en concreto, hay varios ejemplos de cuadros vandalizados en los últimos años. Desde la Fontaine, de Marcel Duchamp, en el Centre Pompidou, donde la atacaron a martillazos en 2006, a Le pont d’Argenteuil, de Claude Monet, que fue dañado en el Museo d’Orsay en 2007 como resultado de un puñetazo.

Ataques a la Mona lisa

1956. Un hombre con problemas mentales lanza una piedra contra el cuadro que rompió el cristal de protección.

1974. Una mujer lanza pintura contra el cuadro cuando estaba en el Museo Nacional de Tokio.

2009. Una mujer arrojó una taza que acababa de comprar en la tienda del mismo museo.

2022. Una activista lanza un pastel contra la obra para instar a la gente “a pensar en la tierra”.

2024. Dos activistas echan sopa naranja contra la pintura.